Miguel y su maldita vida

19 de Septiembre de 2017 10:03

En épocas donde en el discurso social y mediático se potencian los pedidos de mano dura, el endurecimiento de medidas punitivas y la estigmatización del detenido, te acercamos un producto realizado por jóvenes privados de su libertad en la Unidad Penitenciaria de Batan en el año 2014. Fue desarrollado íntegramente por ellos  a través de 4 meses de trabajo y busca acercarte algunas problemáticas que vive aquel que en algún momento fue detenido. El trabajo fue presentado dentro de la institución que habitaban, en el Festival Marplatense de Cine 2015 y en Marfici 2015 (Festival Internacional de Cine Independiente).

El aislamiento originado a través de medidas de encierro origina efectos deseados e indeseados en el individuo. La cárcel, como institución, contiene y aísla a quienes quiebran o traspasan las reglas sociales vigentes. La imposibilidad en la continuidad del plan de vida, la modificación de estilos vinculares, internalización de estereotipos y marcos de jerarquías penitenciarias, así como las dificultades en la llamada reinserción social, son algunos de los efectos inmediatos y visibles.

¿Te preguntaste alguna vez cuál es la real condena que vive un penitenciario?  ¿Y si ella termina cuando le dan la libertad? ¿Qué función tiene una pena y por qué se implementa? Interrogantes sobre un volver al “afuera”, que te deja fuera.

“El poder disciplinario, en efecto, es un poder que, en lugar de sacar y de retirar, tiene como función principal la de “enderezar conductas”; o sin duda, de hacer esto para retirar mejor y sacar más” (Focault, Vigilar y Castigar- 1975).