Arroyo habló y desató la furia de Vidal

La última foto de Arroyo y Vidal fue en la Pastoral Social. 

18 de Julio de 2018 21:30

A pesar de muchos, el intendente Carlos Arroyo había vuelto al ruedo de Cambiemos en los últimos meses. La disparada del dólar y la inflación descontrolada fueron argumentos suficientes para replantear estrategias en la alianza gobernante. “Necesitamos de todos si queremos ganar en 2019”, repitieron diversos operadores. Sin embargo, el lunes Arroyo pudo haber traspasado la barrera de lo tolerable cuando le preguntaron si él había puesto 50 mil pesos para la campaña de Cambiemos de 2015 como figura en la Cámara Nacional Electoral y lo negó de manera contundente: “No aporté un centavo”.

Los dichos del jefe comunal rápidamente llegaron a medios nacionales. El intendente del segundo distrito de la provincia de Buenos Aires con mayor cantidad de votantes confirmaba que era un “aportante trucho”. Hasta ese entonces, el tema no había tenido tanta explosión mediática, más allá de muchos testimonios que había obtenido el periodista Juan Amorín, que inició la investigación.

 

Tal es así, que este miércoles la gobernadora María Eugenia Vidal le pidió la renuncia a Fernanda Inza, contadora General de la provincia de Buenos Aires, que había sido la responsable de la rendición de cuentas de la campaña. Y hace instantes el propio presidente Mauricio Macri se refirió al tema.

Desde el gobierno provincial, afirman, no le perdonarán esta actitud al jefe comunal. Aseguran que Vidal siempre fue una de las más reacias a sostener la gobernabilidad de Arroyo, luego de los múltiples cruces que mantuvieron. Sin embargo, dirigentes de su entorno la convencieron de que no había manera de salir bien parado si Mar del Plata explotaba. Por eso, primó la convivencia que incluso mejoró cuando los números electorales de Cambiemos cayeron. Así justificaron, por caso, la foto entre los dos mandatarios en la Pastoral Social que se realizó a fines de junio.

Aseguran que los dichos de Arroyo en torno al tema de los aportes de campaña no fueron casuales. “Él quería romper con Cambiemos y encontró esta manera”, afirmaron desde el entorno de Vidal. Recordaron que en medio del último paro de los recolectores de residuos en Mar del Plata, el intendente sacó un comunicado en el que le responsabilizó al gobierno provincial por el conflicto.

El Ministerio del Interior de la Nación le había girado 100 millones de pesos al municipio para ese tema. Antes de llegar a las cuentas de General Pueyrredon, esa plata debe atravesar la burocracia provincial. “El gobierno bonaerense nos trabó esa plata”, señalaban por esos días desde el entorno del intendente.  

El segundo motivo, señalan desde la Provincia, es el protagonismo que Vidal le da a Guillermo Montenegro en su objetivo de que se convierta en el futuro intendente de Mar del Plata.

Además, sostuvieron que los dichos del intendente “son falsos”, pues todos los candidatos de aquella campaña aportaron fondos. Este argumento es más endeble, si se tiene en cuenta que no es el único dirigente que desmintió haber puesto plata, aunque sí el de mayor relevancia.

Desde el arroyismo esperaban la reacción del gobierno provincial y dejaron en claro que las declaraciones del intendente no estuvieron armadas. “Si hubiésemos querido hablar de esto lo hacemos en una conferencia o de otro modo”, aclararon. Arroyo estaba recorriendo obras en un barrio cuando  la prensa le preguntó si había hecho aportes para la campaña. “Dijo la verdad. El principal capital que tiene es la honestidad y la transparencia. Y va a seguir actuando de ese modo”, remarcaron.  

 

El nuevo capítulo en la batalla entre Arroyo y Vidal recién empieza. Después de esos dichos, dirigentes de segunda y tercera línea del gobierno provincial se contactaron con funcionarios locales para hacer saber el descontento. En el municipio no se sorprenden y, por el contrario, valoran más algunos gestos del gobierno nacional que los reproches de la provincia. No fue casualidad que el entorno de Arroyo trabajara fuertemente para conseguir la foto del intendente con el presidente Mauricio Macri la semana pasada. Más allá de que intercambiaron unas pocas palabras festejaron haber llegado hasta allí.

No es la primera vez que Arroyo provoca el enojo en el gobierno provincial. Sin embargo, esta vez, el golpe llegó directo a sacudir uno de los principales slogans de Cambiemos: la transparencia. Por eso, aseguran, esta vez no lo dejarán pasar. Habrá que dejar pasar algunos días para conocer las implicancias de la decisión del gobierno provincial, aunque desde La Plata aclararon que no buscarán que explote el municipio. Pero entre el respaldo y la caída hay muchas cuestiones que deberán definirse: ¿seguirá habiendo aportes cuando se los necesite? ¿la plata que provincia iba a poner para garantizar el servicio de Cemase llegará? ¿Se quebrará –más- la relación en el Concejo Deliberante entre los distintos partidos de Cambiemos?