Es tiempo de paz

19 de Septiembre de 2018 19:52

La crisis socioeconómica que atraviesa la Argentina tiene entre muchos efectos nocivos para la población un efecto secundario: arrasa con el clima político electoral. Lógicamente, el gobierno (local, provincial o nacional) tiene problemas más importantes que pensar en 2019, pero a la oposición también le cuesta sacar rédito cuando los ánimos están tan golpeados. Un paso en falso puede significar caer en el oportunismo y ganarse el repudio de la gente.

Es por eso que en estos días (semanas ya) la frase más recurrente entre oficialistas y opositores cuando se los consulta por la contienda electoral del año próximo es No es momento de hablar de candidaturas. Eso no quiere decir que no tengan presente que el año será, en términos políticos, una batalla crucial. Aunque ahora todos buscan conciliar y sumar apoyos. Es tiempo de paz.

Esas internas virulentas que se ven semana a semana en el Concejo Deliberante, especialmente dentro de Cambiemos, no se traducen –al menos por ahora- en las superestructuras.

La semana pasada, por caso, el presidente de la Cámara de Diputados Manuel Mosca llegó a Mar del Plata para participar de diversas actividades. En una charla con 0223 ratificó su rechazo a la decisión del intendente Carlos Arroyo de vetar el nombre Plaza de los Lápices para la plaza frente a la casa donde vivió el genocida Miguel Etchecolatz durante su prisión domiciliaria en el Bosque Peralta Ramos. Sin embargo, esas diferencias (y las muchas otras que arrastran desde hace tiempo) no le impidieron al presidente de la cámara baja y hombre de confianza de María Eugenia Vidal considerar al intendente como un engranaje dentro del diverso armado de Cambiemos.

“Nadie lo imagina fuera de Cambiemos”, le dijo Mosca a 0223. ¿Es un aval para que busque la reelección? Por ahora, no. El Pro no desiste en su plan para que desembarque Guillermo Montenegro en el despacho principal de Luro e Yrigoyen. El diputado nacional, que recientemente dijo que lo “desvelan los problemas de los marplatenses”, sigue siendo una figura repetida cada vez que un funcionario provincial o nacional llega a Mar del Plata.            

Mientras articula su tarea en el Congreso, Montenegro sigue recorriendo barrios e instituciones con el objetivo de instalar su nombre y su cara entre los marplatenses, una tarea para nada sencilla.

Más allá de las predilecciones y de los dolores de cabeza que le trajo Arroyo a la gobernadora, saben que los votos cautivos que pueda tener –más cerca de su piso histórico que de los 50 que sacó cuando fue electo intendente- serán valiosos el año próximo. “Si Arroyo llega a jugar por afuera, esos puntos pueden darle el triunfo a otro partido”, dicen.

Entonces se vislumbran dos posibles caminos. Uno, es impulsar una gran interna en la que participen todos los integrantes de la coalición (Arroyo, Montenegro, Guillermo Castello por la Coalición Cívica y el radical que surja entre Vilma Baragiola y Maximiliano Abad). La otra opción es convencer a Arroyo de que forme parte de Cambiemos sin que él sea candidato. Algunos aventuran con la posibilidad de que su hijo Guillermo escale a una diputación provincial o nacional para conseguirlo.

Como sea, falta demasiado tiempo para imaginar una estrategia. Por el momento, lo importante es mantener a todos los actores dentro del espacio, sin provocar internas incendiarias.

No son los únicos que buscan ampliar los lazos. En la oposición también se piensan esquemas más abarcativos para tener posibilidades concretas el año próximo. Todos rechazan la grieta, pero está evidenciado que cada vez hay menos lugar para los grises: se es oficialismo u oposición.

El martes, por caso, el Partido Socialista compartió con el referente de Sumar, Santiago Bonifatti, el lanzamiento de la propuesta para reflotar el Banco Municipal en Mar del Plata, una herramienta que se creó en 1961 bajo la Intendencia de Teodoro Bronizni, pero que jamás se implementó. Ninguno de los dos sectores hoy habla de un acuerdo electoral, aunque la presentación conjunta sea un primer paso que sirve para mostrar coincidencias.

No son los únicos. Hay otros sectores que también trabajan, por ahora en secreto, para conformar una alternativa competitiva de cara a un 2019 que será intenso.