Calamaro: “El mundo se contempla a sí mismo, no solo somos conservadores liberales o populistas socialdemócratas”

El músico argentino llega a Mar del Plata este fin de semana para presentar “Cargar la suerte”. En la previa, respondió a varias consultas de 0223 sobre la música, la política y los recitales.

Calamaro vuelve a Mar del Plata después de exactamente seis años.

12 de Octubre de 2019 17:14

Pocos días después de su presentación en Bolivia, con una función que mereció una cruda auto-crítica por su rendimiento sobre el escenario, Andrés Calamaro desembarca en Mar del Plata para dar a conocer en el estadio Polideportivo su última producción, “Cargar la suerte”.

La cita se anunció para este domingo 13 de octubre -luego del cambio de fecha del recital que estuvo previsto inicialmente para noviembre-, y significará el retorno del músico a la ciudad luego de seis años, exactamente en la misma fecha de fin de semana largo y también con epicentro en la misma sede.

En la previa de su llegada a la costa atlántica bonaerense, el músico argentino respondió a varias consultas de 0223 sobre el nuevo disco -décimo quinto en su carrera solista-, analizó las diferencias entre Europa y Latinoamérica y explicó cómo resuelve un artista haber tenido una presentación negativa en el escenario.

-Son muchas tus producciones musicales y en varias de ellas han quedado canciones fuera del disco. ¿Pasó lo mismo con Cargar la suerte? ¿Cuál suele ser el destino de los temas que quedan finalmente excluidos?.

-No sabemos, a veces se olvidan. De CLS tenemos más maquetas y algunas letras interesantes sin música. En este mismo período escribí dos canciones para Raphael. En la actualidad los discos se excluyen enteros, antes se le daban más oportunidades a un álbum, a más canciones para intentar algo. El éxito actual es un misterio, nadie lo entiende.

-Las crisis sociales, ¿repercuten de alguna manera en tus creaciones? ¿Puede el humor social influir alguna interpretación?

-El humor es buen humor o es otra cosa, sentido del humor. La comunicación digital no es social, es abstracta. Nuestras letras son casi todas graciosas, tienen los componentes autóctonos del humor, las intentamos tocar con gracia y eficacia. El blues de letras tristes es género alegre, lleno de vitalidad y espíritu.

 

 

-Cerca de los 60 años y con tantas décadas de trayectoria, ¿cómo te encuentra esta edad en relación a la música?, ¿por dónde percibís que irá tu futuro?

-No puedo pensar más allá de la gira porque nos falta más de un año para terminar, es exigente. Tenemos más discos para presentar y proyectos con la música, también para cine y expresión plástica. En el futuro nos morimos todos.

-Muchos te preguntan cómo ves a la Argentina cada vez que venís por el país. Pero sería interesante que cuentes cómo ves a España. Más allá de ciertas diferencias económicas, las complejidades en Europa también son mayúsculas. ¿Hay en el mundo una mirada negativa sobre la Argentina, realmente crees que se puede vivir mejor en un lugar que en otro?

-La semana pasada tocamos en Bolivia, son dos países, Bolivia andina y la federalista de Santa Cruz de la Sierra. España es más que dos países pero se entiende -la paradoja boliviana- con escenario en Catalunya. Además es un año de elecciones. El mundo se contempla a sí mismo y no solo somos “conservadores liberales” o “populistas socialdemócratas”. Del mismo modo que en nuestro país pensamos en nosotros y nuestro permanente conflicto, ocurre en España y en todas partes. Un eje de opinión es Venezuela; en España los “no socialistas” no simpatizan con gobiernos populistas, tampoco son solo los conservadores. En España no sobra trabajo, se pagan impuestos severos y los alquileres son altos, pero no existe casi inflación. Que las urgencias sociales y políticas no posterguen el blindaje cultural que merecemos Argentina y España.

¿Tenés un análisis hecho sobre la revolución en Puerto Rico, que tuvo la particularidad de ser encabezada por artistas?

El “levantamiento de Ricky Martin”… Puerto Rico es distinto a todo, es un país y un estado asociado a los Estados Unidos. Tampoco me consta que reclamen la independencia pero sé que existen patriotas boricuas que reclaman más que identidad o idioma. Algunos murieron presos en USA. Puerto Rico es la madre de la música de América Latina, tan importante como Brasil, Cuba, Colombia o Argentina. Ponce, Puerto Rico. La isla de Lavoe y Rivera.

“Aprendo del blues y del flamenco porque enseñan más que la mayoría de los géneros”

-No es habitual que un músico pida disculpas y realice una autocrítica como te pasó en Bolivia. ¿Como remedias un mal concierto?

-Con el siguiente concierto bueno. Es la única forma. Lo último que queremos es no cuajar un recital bueno y completo. Deberíamos cobrar el doble cuando la sufrimos y devolver la guita cuando disfrutamos, pero no es la idea de una gira rentable. Estas cosas no se hacen por dinero.

-En ese momento hablaste de los horribles teléfono en alto. ¿Qué te sucede con esa manía de querer registrarlo todo?

-En la gira de piano me pasé un año entero intentando apagar las lámparas de los teléfonos porque se ven desde el escenario, prefiero que no me afecte en lo posible. Un recital lleno de teléfonos en alto es un “triunfo incompleto anunciado”; ojalá pudiéramos subyugar a todo el mundo para que participen de otra manera, tampoco pedimos silencio. En Louvre está lleno de teléfonos buscando la selfie de la Mona Lisa. Nada más queda.

 

 

-¿En qué consiste este formato tipo teatro y con cercanía al escenario que anuncia la producción del show en Mar del Plata?

-En España tocamos en teatros y en otra clase de locales, festivales y polideportivos. El escenario está donde está, en esta parte de la gira llevamos a Vicente Linares y sus pantallas. La cercanía es la del público que se siente cercano y nos abriga con su amistad. Quizás, si, esta gira es menos escénica porque estamos enfocados en tocar y cantar, entonces nos presentamos como músicos.

-¿Escuchás música de bandas argentinas?, ¿algún grupo está en tu radar?

-Estoy escuchando música de guitarras, los Allman y cosas relacionadas. Son épocas. Toco guitarra sobre los discos, estoy con el blues. Tengo épocas de trompetas, de baterías y de guitarras de cuerpo sólido. Aprendo del blues y del flamenco porque “enseñan” más que la mayoría de los géneros. Podemos descubrir música todos los días y nos sobraría música. Espero que días también.

-¿Qué te pasa cuando otros músicos te hacen homenajes, como sucedió ahora con el proyecto de #MardelPlayingCalamaro?.  

-Una canción que cantan otros artistas está en otra dimensión porque trasciende al autor. Yo no sé dónde se están escuchando las canciones ahora mismo; algunas y especialmente algunas, se grabaron muchas veces. En las plataformas existe cien versiones distinta de Mil horas. Es un privilegio que me privilegia.

-¿Tenés alguna referencia sobre tu último recital en Mar del Plata?. Aquellos que estuvimos lo recordamos como un show memorable. 

-Creo que el último fue eléctrico en el Polideportivo. No se supone que haya grandes diferencias entre un recital y otro, para nosotros son las sensaciones en el escenario, escucharnos bien… nuestras cosas. No tendría que haber mucha diferencias entre los mejores y los menos buenos. Recuerdo muchos conciertos y más cosas, en Mar del Plata. Si hago memoria me pongo la misma camisa que la vez anterior.

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