Montserrath Otegui: "Me interesa más el mensaje que el virtuosismo"

Luego de casi dos años , la distinguida bailarina marplatense vuelve a los escenarios para presentar "Akasha, semillas del éter" una original propuesta que resignifica la danza y crea conciencia. Antes de su debut, dialogó con 0223

23 de Noviembre de 2019 16:06

La reconocida bailarina Montserrath Otegui presenta su nuevo espectáculo “Akasha, semillas de éter” el próximo 24 de noviembre, a las 21, en el Teatro Municipal Colón, Hipólito Yrigoyen 1665

Inspirada en el significado de la palabra akasha, que según explicó “quiere decir cielo o éter” y con un ballet compuesto por ocho bailarinas contará una historia que invita a reflexionar al público, un sello distintivo de cada una de sus propuestas.

Fiel a su filosofía, la bailarina remarca su creencia en que “el arte es un gran vector” y a pesar que a veces sea un lenguaje abstracto para el público en general a traves de la danza "podemos dar mensajes maravillosos".

Antes del debut, habló con 0223 sobre la obra y su labor en la fundación que lleva su nombre

- ¿Cómo te preparás?

-Después de 2017 volvemos al teatro Colon así que estamos muy contentos. Mirá, nosotros tenemos un trabajo de pre produccion muy importante. Arranqué en Enero a trabajar con los bailarines y en marzo empecé con la parte de montaje y producción del espectáculo

- ¿Cómo surgió Akasha?

-Desde el año 2006 hacemos Danza de Autor, en danza tenés la danza de repertorio que es la clásica la más conocida y todas las temáticas que tratamos y que abordamos tienen que ver con otra búsqueda. Trato de buscar siempre temas que me apasionan de la literatura de la filosofía y siempre tratamos de dar un mensaje desde la danza. Más allá de la técnica que es muy importante lo lindo es contar una historia que valga la pena ser contada

- ¿Y cual es esa historia?

- Akasha culmina un proceso creativo de muchos años, en los que hablamos acerca de la conciencia y sobre todo a mi me interesó el tema del cuidado del planeta, de lo que nosotros como seres  tenemos una misión y un propósito en la tierra y a veces en esto del día a día, de solucionar muchos problemas Akasha lo que dice es que no tenemos que olvidar que tenemos un origen divino que nuestro origen viene de las estrellas y que como parte del universo y del cosmos y como es en el cielo tendría que ser acá en la tierra.
Entonces tratamos de traer un poco de espiritualidad a la tierra.

La idea principal es que tenemos que ponernos al servicio del bien. Es muy difícil de explicar la danza. pero la idea principal es la de ponernos al servicio del otro, hacer el bien, iluminar a otro.

- Decías que es difícil explicar la danza, en tus espectáculos siempre hay imágenes y una voz en off como un hilo conductor. ¿En esta puesta es similar?

- En esta oportunidad trabajamos con dos vídeos, uno al principio y uno al final del ballet, con textos que la gente va a poder leer y funcionan como un hilo conductor. Es como danza- cine. La imagen por ahí cala más profundo. Porque en realidad no estamos tan familiarizados con el ballet entonces es un lenguaje que a muchos les queda extraño. Pero bueno. es un público difícil porque no estamos habituados a ver danza como pasa en otros países  en los que hay otra cultura intrínseca de ir a ver ballet. No lo digo en forma despectiva… La danza queda en un lugar abstracto muchas veces. Más en la danza contemporánea, que mayormente no tiene historia. Yo siempre digo que a mi no me interesa bailar por bailar y hacer piruetas y demostrar virtuosismo, si no que me interesa que haya un para qué.

- ¿El elenco es el mismo?

- No, en esta oportunidad trabajamos con cuatro bailarinas que vienen de Erotai y hay cuatro chicas nuevas. Porque a veces es muy difícil mantener un elenco estable porque muchas muchas veces lamentablemente los bailarines no pueden vivir de la danza y se hace muy difícil mantener un elenco estable porque pasa esto, los bailarines tienen que trabajar y muchas  veces se complica acudir a los ensayos y dedicarle todo el tiempo necesario al espectáculo

-¿De ahí el por qué de la fundación?

-Si, fue un poco por esto. Me pasaba en la escuela que tenía muchos chicos a los que les daba clases gratis obviamente y en la compañía me pasaba esto que los bailarines dejaban el elenco por temas ajenos a la danza y yo quería ayudarlos pero necesitaba un formato jurídico para poder avanzar en la ayuda.

La fundación la empecé a armar en 2015 y la personería jurídica la obtuve recién en 2017.  Ahora me encuentro becando a la gente, con otro formato, si bien todavía es muy difícil pero ya el marco jurídico para que cada chico tenga su nombre y apellido y tenga su beca. Hace seis meses que abrí la escuela y a futuro voy a trabajar con un equipo interdisciplinario.