Horacio García: "La situación de Mar del Plata es muy similar a la del conurbano"

El flamante secretario de Seguridad habló con 0223 sobre la situación de la ciudad, respondió a las críticas por no ser de Mar del Plata y marcó que el gobierno nacional está "profundamente comprometido" con la seguridad de los marplatenses. 

El flamante secretario de Seguridad charló con 0223 en el COM. Foto: 0223.

13 de Noviembre de 2020 15:07

Horacio "Totó" García recibió el llamado de Guillermo Montenegro con una propuesta: que venga a Mar del Plata para reemplazar a Darío Oroquieta en la Secretaría de Seguridad de General Pueyrredon. Fue un llamado similar al que recibió hace 13 años cuando lo convocó a sumarse al Ministerio de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires. Se conocen desde hace años y el exdirector nacional de Migraciones no dudó en aceptar la propuesta y que ambos se reencuentren en la gestión.

Las primeras críticas que recibió fueron por no ser de Mar del Plata. En una entrevista con 0223, García asegura que para ocupar un cargo en la gestión pública hace falta vocación y experiencia. Y afirma que tiene ambas. Sin críticas a su predecesor, el flamante funcionario municipal se despega de los cuestionamientos que Oroquieta realizó a las autoridades del Ministerio de Seguridad de la Nación y sostiene que el gobierno nacional está "profundamente comprometido" con la seguridad de los marplatenses. De hecho, en plena entrevista, recibirá un llamado de un funcionario nacional con quien acordará acciones de cara a la temporada de verano.

Elige la definición "mano justa" para posicionarse ideológicamente respecto a su visión de la seguridad y esquiva la polémica por las pistolas Taser. "Más allá de mi opinión personal, creo que ciertos debates, cuando las posibilidades no son reales, lo único que hacen es entorpecer los canales de diálogo", dice. Y finalmente admite que la situación de Mar del Plata es "similar a la del conurbano" y remarca que el desafío es lograr un buen trabajo mancomunado entre la policía y la justicia.  

-¿Qué expectativas tiene?

-Con expectativas módicas, como siempre. Cuando uno regula las expectativas, no existe la defraudación. Me parece que la sociedad marplatense tiene que tener bien en claro que no existen hombres iluminados, providenciales, sino personas que vienen a sumar al esfuerzo para construir una seguridad que les sirva, principalmente, a los marplatenses.

-Hace pocos días que está, ¿qué pudo ver?

-Me reuní primero con gente vinculada a la intendencia y con el intendente. Después me reuní con autoridades policiales y con toda la estructura de la secretaría. Vemos que tenemos que generar un gran fenómeno de articulación.

-¿Qué se puede resolver desde la Secretaría de Seguridad?

-Creer que la Secretaría de Seguridad mágicamente puede transformar algo me parece que es un error. Tenemos que articular principalmente con las fuerzas de seguridad, tanto nacionales como provinciales. Eso es fundamental. Tenemos que generar un mayor espacio de confianza mutua para trabajar en conjunto y ver cuáles son los problemas que ellos ven dentro de la ciudad. Nosotros debemos aportar desde el Municipio el esfuerzo para consolidar que las fuerzas nacionales estén en Mar del Plata con mayor número y las fuerzas provinciales también lo hagan así. Hay que ver los problemas de recursos que tienen y ver cómo los podemos paliar en esa constante merma que se ve desde hace muchísimos años en el país. Esa articulación tiene que funcionar.

 

-En su discurso habló del Poder Judicial. ¿Cómo imagina esa articulación?

-Es muy importante la articulación con el Poder Judicial, tanto federal como provincial. Hay que acercarse y generar un vínculo real porque todo lo que realiza la policía tiene un correlato en la Justicia. Esas dos miradas tienen que estar articuladas y ser compatibles.  Queda claro que cuando la Justicia no convalida cuestiones que lleva a cabo la policía hay un fenómeno disvalioso: primero la Justicia empieza a tomar desconfianza de la fuerza de seguridad y después la fuerza de seguridad empieza a perder encomio espiritual porque creen que todo lo que van a hacer va a ser revocado por la Justicia.

-¿Siente que eso ocurre de manera frecuente o es más una percepción ciudadana de que las cosas no funcionan?

-Esto que digo tiene que ver con la experiencia. Llevo 39 años trabajando con la Justicia y la policía. Y he visto que cuando no hay condiciones de confianza mutua, de acercamiento, y de poder sentar alrededor de una misma mesa a operadores del sistema policial y judicial la cosa no termina de cuajar ¿Por qué? Porque en el campo de la Justicia provincial, la instrucción está en manos del fiscal. Y es fundamental que el fiscal deje en claro cuáles son las pruebas que tiene que tener por parte de la policía, que es quien recoge los elementos de convicción en el campo, para sostener un caso y llevarlo a juicio. Tiene que ser muy fluida esa comunicación. Tiene que quedar claro qué quiere uno y qué necesita el otro para poder hacer con esto un maridaje que nos lleve a todos los marplatenses a estar mucho más seguros. Sin esas dos patas, no hay seguridad posible. Son simplemente anuncios. Hay que ver cuáles son las compatibilidades que existen entre ambos trabajos. Si eso surte efecto, el tema avanza. Esa primera mirada se tiene que basar en la articulación de la seguridad y la Justicia.

-Habló también de su buena relación con funcionarios del Ministerio de Seguridad de la Nación y se diferenció de un discurso muy crítico de Darío Oroquieta. ¿Ve posible el retorno de las fuerzas federales?

-Creo que la Nación está profundamente comprometida con la seguridad de los marplatenses. Y la Provincia también, por lo cual es un ámbito propicio para que ambos hagan un aporte como ya  lo vienen haciendo y para tener las charlas pertinentes para saber cuánto más pueden aportar para que los marplatenses estén más seguros.

 

-Se compara a Mar del Plata con los distritos del conurbano. ¿En materia delictiva, tiene similitudes o todavía no es comparable?

-Se está llevando a cabo un proceso de situaciones económico-sociales bastante similares a lo que se ve en el conurbano. Trabajé 18 años en la Justicia Federal, en la provincia de Buenos Aires, en una jurisdicción que incluía a La Matanza y Lomas de Zamora, donde hay barrios con muchas carencias. La situación es muy similar a la del conurbano. Por supuesto que es una situación compleja pero que se puede abordar si hacemos este fenómeno de acercarnos a los lugares. A veces hay demandas pendientes de distintos barrios y lo que nosotros decimos es que nos vamos a acercar a los barrios. Ir a los barrios significa ir a ver una realidad. Y no lo vamos a hacer solo desde la intendencia sino que vamos a tratar de ir acompañados con operadores del sistema policial porque ellos son los que pueden captar rápidamente las mejores demandas y soluciones posibles. Porque también los vecinos aportan soluciones y si realmente nosotros hacemos un cotejo y vemos que este grupo de demandas, más las soluciones que se aportan, tienen alguna lógica las vamos a poner en marcha. Acá hay que tener un diagnóstico rápido y una respuesta rápida. Por supuesto que mágicamente no se van a solucionar los problemas.

-¿Qué soluciones pueden aportar los vecinos?

-Por ejemplo, con el tema de las cámaras: podemos redireccionar cámaras según la experiencia policial, según la demanda del barrio, son cosas que me parece que podemos ir llevando en un tema como la seguridad electrónica a través de imágenes. Las cuadrículas es otro elemento muy interesante que se puede llevar a cabo con una periodicidad lógica sabiendo cuáles son las demandas insatisfechas de la policía. Porque para cubrir una cuadrícula se necesitan móviles, se necesitan hombres y mujeres que realicen la tarea.

-¿El municipio puede sumar algo en eso?

-Estamos pensando aportar desde el Municipio cuestiones vinculadas a la patrulla. Para algunos casos. Hay eventos que no generan un riesgo superlativo pero provocan la pérdida de hombres y mujeres de la policía. Eso podría ser satisfecho con personal municipal. Si podemos avanzar en estas cuestiones, la gente va a sentir una diferencia y un acercamiento del Estado al problema diario que sufre.

 

-¿Qué rol le asigna a la Policía Local, que tiene un espíritu municipal, pero depende de la Provincia?

-En este momento hay que ordenar el tablero. Cuando empiezan estas designaciones y miradas también empiezan a aparecer intereses que se empiezan a cruzar. Primero hay que definir qué es lo que necesita el vecino para adquirir seguridad. Todos los elementos que tenemos por separado no sirven para nada pero si nos sentamos, escuchamos y vemos cuáles son las problemáticas en el campo podemos aportar un elemento que revitalice el espíritu de la gente y después dejamos para otra instancia discusiones que tienen que ver con la política de seguridad y la política en general.

-¿Cómo está el centro de monitoreo en cuanto a operadores?

-Todo esto ha sido atravesado por la pandemia. En este lugar se han generado muchísimas bajas por gente que se enfermó o por ser personas de riesgo. Pero vamos a abrir una gran oferta para todos los funcionarios del Municipio que quieran sumarse al videocotejo de cámaras. Me parece que eso lo tenemos que fortalecer, que se puede hacer y eso va a redundar en una mirada mucho más cercana a la seguridad.

-En seguridad siempre se genera el debate de mano dura sí, mano dura no, ¿Usted dónde se ubica?

-Sergio Berensztein una vez habló de mano justa. Pero más allá de los motes, lo que hay que hacer es lo que marca el verdadero sentido común jurídico. Hay cosas que tenemos que redefinir entre todos para saber qué se permite y qué no se permite. Por ejemplo, en la nocturnidad: si nosotros decimos que no va a haber noche, ¿alguien puede pensar que porque un funcionario dijo no va a haber noche entonces nadie va a salir? Sí, la gente va a salir pero tenemos que determinar dónde se va a generar la actividad artística y de entretenimientos y orientar hacia ese lugar a todos los marplatenses y turistas para que vayan ahí, garantizando la seguridad y condiciones lógicas para el tránsito. Me parece que hay que empezar a pensar qué es lo lógico y qué es lo ilógico en una ciudad tan grande como Mar del Plata. Si en una mesa común pensamos qué queremos aprobar, hacia dónde queremos enfilar los mejores esfuerzos de la ciudad, va a ser mucho más fácil. No creo en que todo esté permitido porque eso es un desgobierno que no lleva a ningún lado. No queremos la clandestinidad, por ejemplo, y si evitamos eso, vamos a dar un paso importante. Hay que trabajar para eso y estamos dispuestos a hacerlo.

-Se dio hace un tiempo un debate acerca del uso de las pistolas Taser. La decisión no depende de la jurisdicción municipal pero hubo muchos intendentes que se mostraron a favor. ¿Qué postura tiene?

-Yo participé junto al intendente Montenegro en la creación de la Policía Metropolitana, en el plan de seguridad integral en Caba, y también en el debate que se dio en ese momento. Más allá de mi opinión personal, creo que ciertos debates, cuando las posibilidades no son reales, lo único que hacen es entorpecer los canales de diálogo. Tenemos que amigarnos entre todos. Pasamos un año muy duro. Lo que tenemos que hacer los argentinos y los marplatenses especialmente es sentarnos alrededor de una mesa. El trato tiene que ser amoroso. Hay que tratarnos mucho mejor y las cosas van a fluir mucho más fácilmente. Si nos maltratamos, todo sale mal. Es el círculo negativo de las cosas porque todos están pensando en cómo hacer que fracase un proyecto. Los egos, que es el gran tema en la política, es lo que hay que congeniar. Porque la megalomanía es el fenómeno que abunda en la política: todos se creen salvadores de la patria pero la tarea de la política es congeniar esas personalidades tan fuertes para que la gestión sea armónica y se pueda hablar de proyectos. Siempre digo que si a la dirigencia política la metemos dentro de un cuartito y les decimos que tienen 48 horas para encontrar una solución sin salir, creo que a las 10 horas ya van a encontrar una solución. Tenemos que tratar de buscar el bien común y pensar en la seguridad de los marplatenses y vamos a ver cuántos puntos en común tenemos con los que creemos que no tenemos ningún punto  de acuerdo.

-La oposición le cuestiona no ser de Mar del Plata, ¿le molesta?

-Lo primero que hay que tener es vocación. La función pública tiene un gran componente de vocación sustentada por alguna pericia o experiencia. Yo creo que tengo el conocimiento y la vocación. Si estoy sentado acá, trabajando junto a mi amigo Guillermo Montenegro por el bien y la seguridad de los marplatenses, es porque quiero hacer algo en concreto. Hay que abrir el corazón, el espíritu, la cabeza y estar dispuesto a hacer las concesiones que haya que hacer para que en la ciudad reine la seguridad. Eso es importante. Cuando uno se sienta en una mesa, uno tiene que estar dispuesto a ceder en cosas que uno cree importante. Tenemos que ir al punto de la solución.

 

-Si bien lleva poco el tiempo, ¿pudo hacer un diagnóstico de las problemáticas de seguridad y cuáles son las zonas más castigadas?

-Veo que en los barrios se siente algún tipo de desasosiego. En el centro, a sensibilidad del marplatense es mucho más alta que la del hombre de la Ciudad de Buenos Aires. Si en Mar del Plata hubiese dormitorios cada dos cuadras, en la calle, gente cruzando con carros y palos, me parece que eso sería tremendo. Veo que la sensibilidad está muy bien. Acá cuidan mucho el tema de la seguridad. Veo una situación a atender muy fuerte en los barrios, en el casco más urbano, y hay que estar muy encima de las cuestiones que generan alteraciones al orden y que encienden una mirada de zozobra en el ciudadano. Pero creo que es fundamental el trabajo con la policía, reconociéndoles las cosas que hacen bien pero también exigirle con respeto y de una manera armónica las cosas que tienen que mejorar. Si le faltamos el respeto a la gente, lo único que vamos a lograr es que la respuesta sea mucho más adversa de lo que esperamos. Hay que hacer una apuesta a favor de las fuerzas de seguridad, de la Justicia, de trabajar en conjunto. Por ese lado viene el diagnóstico. Un plan de seguridad no es un menú que se presenta para cualquier comensal del país. Cada menú tiene que tener los platos que la zona requiere. No es lo mismo la videovigilancia en Mar del Plata que en Tandil. No es lo mismo los corredores escolares en Mar del Plata que en una ciudad muy pequeña o en la misma Buenos Aires donde hay aglomeraciones de tránsito descomunales. Cada cosa tiene un trabajo casi artesanal y hay que tomarse el tiempo. El intendente Montenegro lo ha demandado claramente: la seguridad de los marplatenses es lo fundamental.