A 50 años del Olavarría-Mar del Plata que se pareció a una guerra

Una Selección marplatense de fútbol que hizo historia al ser campeona argentina, pero que previamente vivió un partido traumático e histórico, con jugadores saliendo del campo de juego en carros del Ejército. El recuerdo y un video de aquel encuentro.

Los tanques del ejército que viajaron desde Azul a Olavarría para sacar a los jugadores del seleccionado marplatense. Foto: archivo revista "Así".

16 de Noviembre de 2020 10:16

Hoy es una historia que se recuerda todavía con asombro y hasta de forma risueña. Pero pudo haber sido una tragedia de dimensiones inimaginables. Ayer, domingo 15 de noviembre, se cumplieron 50 años de "la batalla de Olavarría", aquel partido que la Selección marplatense de fútbol no pudo terminar ante su par de aquella ciudad, debido a serios incidentes provocados por los más de 3.000 espectadores que no toleraron la cómoda clasificación de los marplatenses al Cuadrangular Final de la ya desaparecida Copa "Adrián Beccar Varela", certamen que en diciembre la "Roja" obtendría marcando uno de los hitos más importantes del fútbol local. Aquella tarde culminó con los jugadores marplatenses escapando del estadio del "Parque Guerrero" en tanques del Ejército, y el micro de la delegación incendiado. 

Claro que todo tiene que ver con todo. El contexto del país tuvo influencias en lo sucedido. Argentina estaba bajo el gobierno de facto de Roberto Levingston, que esa noche del partido había repudiado el paro que la CGT había iniciado tres días antes. El "Cordobazo" del año 1969 todavía era recordado, el General Juan Domingo Perón desde el exilio clamaba "...yo no entiendo una juventud que no sea revolucionaria", y la violencia en las calles era moneda corriente. Un clima de época agresivo, enrarecido.

Mientras tanto, una gran Selección marplatense de fútbol se encaminaba al éxito en la Copa "Béccar Varela" (se jugó entre 1929 y 1989 con seleccionados de todo el país), bajo la conducción del "Negro" Abel Alberto Pacheco y futbolistas de gran desempeño como Juan Vicente Miccio (de Aldosivi, luego figura en México), Carlos Miori, Roberto "Botellón" Parodi y Juan Domingo Loyola, entre otros. 

En la Etapa Eliminatoria, en partidos ida y vuelta, dejó en el camino a La Pampa y Bahía Blanca. Y se topó con Olavarría, elenco al que venció 3 a 1 el domingo 8 de noviembre en el viejo estadio "San Martín", con goles de "Mingo" Loyola -crack de San Lorenzo-, Moyano en contra y Gustavo Ripke. 

Aquel encuentro comenzó a "calentar" lo que sucedería una semana después. Las crónicas de la época y testimonios de los protagonistas, mencionan que hinchas del seleccionado marplatense maltrataron a los de Olavarría, a quienes les robaron una bandera. Y dentro de la cancha, el arquero local Jorge Videla habría provocado a algunos rivales, ya enardecidos por un polémico arbitraje de Roberto Broghini. 

Jorge Tauler, preparador físico de aquel equipo recordó ante este cronista años atrás:"Pacheco (DT) me pide que lo acompañe a lustrarse los zapatos en la calle, y el pibe nos dice: ¿ustedes no son de acá no? Uh, mañana no salen vivos, los matan eh´”. Y agregó: “la noche previa en el hotel, un mozo se acercó y preguntó ´¿cuál es Jesús? Si esta es la última cena, él estuvo en ella´.”

De todos modos, nadie imaginó lo que sucedería después. Ya en la cancha, sorprendió la presencia de un carro de asalto del Cuerpo de Infantería de la vecina localidad de Azul para custodiar a la multitud con efectivos armados de pistolas lanza gases apuntando, cascos de acero, bastones largos y perros adiestrados. El estadio del club Estudiantes, de grandes dimensiones y rodeado de una pista de ciclismo, no era seguro. Y que el fenomenal Juan Domingo Loyola haya anotado el primero de sus cuatro goles a los tres minutos de juego, decepcionó por completo a los hinchas olavarrienses, que soñaban con la hazaña de revertir el 3-1 de la ida. 

El micro marplatense con las pertenencias de los jugadores, incendiado.

Montanaro empató para Olavarría, pero antes del descanso, Loyola respondió con el 2-1. Tras un entretiempo caótico que anticiparía el desenlace, otra vez "Mingo" anotó para el 3 a 1. Y llegó una agresión al arquero marplatense Jorge Videla, que se tomó todo el tiempo del mundo en cada acción y enardeció aún más a la multitud. Según contó luego, ¡fue agredido por un ladrillo que un fotógrafo sacó de su bolso!. Entonces, el partido se detuvo entre protestas durante 15 minutos. Los hinchas locales comenzaron a lanzar objetos contundentes al campo de juego, el capitán de Olavarría -Guillermo Pelliccione- intentó por los altoparlantes calmar la situación pero hasta él mismo ligó un botellazo en la cabeza que le produjo un corte. 

Gases lacrimógenos en las tribunas que enardecieron a los hinchas olavarrienses.

Increíble, pero el juego se reanudó. Y Loyola marcó el 4 a 1, que decretó la suspensión final a los 30 minutos del segundo tiempo. Un policía envió una granada de gas lacrimógeno ante la multitud, y el escenario se convirtió en una verdadera batalla campal. Volaron botellas, asientos, piedras, radios. Mientras, los jugadores del seleccionado marplatense se reunieron en el círculo central, todos espalda con espalda, con temor por sus vidas. Carlos "Rulo" Moreno, histórico defensor del fútbol local, recordó: “No sabíamos adonde ir. No pudimos ir a los vestuarios al principio por los gases que tiraron en el túnel, y debimos quedarnos un tiempo en la cancha.” 

Atención médica al arquero marplatense Jorge Videla, agredido por un proyectil aparentemente lanzado por un fotógrafo. 

Pero la gravedad de los hechos se trasladó a las afueras del estadio, en la única calle de salida del Parque Carlos Guerrero. Desde allí los violentos lanzaron bombas molotov hacia los vestuarios donde los futbolistas marplatenses ya se habían resguardado. La policía, agresiva también en la represión, estaba desbordada. El micro marplatense de la empresa "El Rápido", estacionado a la vuelta del estadio, fue incendiado con todas las pertenencias de los jugadores, y los bomberos no pudieron acudir a sofocar las llamas. 

En el peor momento, llegó una columna del Regimiento 2 de Tiradores Blindados de Caballería, encabezada por un jeep que llevaba al teniente coronel García, que había dejado de ver el partido en el entretiempo para irse a jugar al polo. Con ellos, un camión del Ejército, y tres tanques de combate con ametralladoras emplazadas y medio centenar de soldados armados con fusiles FAL. ¿Fútbol o guerra?.

Lo cierto es que los jugadores de Mar del Plata, solo con la "pilcha" de futbolistas como pertenencia, fueron subidos a los tanques para poder salir del estadio. Las agresiones continuaron. Las balas provocaban que las ramas de los árboles cayeran encima de la gente. "Rulo" Moreno recordó: "estábamos muy asustados. En una cancha de fútbol nunca viví algo así. No sabias para donde mirar, de dónde venía el problema". El "panza" Videla, agregó: "El profe Tauler nos iba sacando en tandas de a seis para subir al tanque. Fue una impresión tremenda, pero era la única forma de salida. Dentro del tanque justo pasamos al lado del micro en el momento que explotó el tanque de nafta. También recuerdo que en los árboles estaban colgados los perros muertos de los policías…fue algo difícil de describir. Yo pienso que eso no pudo haber pasado por el fútbol…debía haber otra cuestión de fondo”.

El vestuario de la Selección marplatense también fue atacado.

Los tanques debieron sortear la salida ante la multitud, que entonó la marcha peronista y abucheó a los oficiales. Finalmente, llegaron a la ruta 226 y la Selección marplatense fue llevada a la localidad de Azul, donde se subieron a otro micro que de madrugada los depositó en Mar del Plata, en la puerta del restaurante "El Rey del Bife" en la avenida Colón y 14 de julio, que era del padre del periodista y relator Juan Carlos Morales. En Olavarría quedaron heridos de bala, algunos de gravedad. El club Estudiantes perdió millones de pesos en reparaciones.  “…el mayor bochorno para la cultura de la sociedad olavarriense (…), el mayor baldón (sic) que pudo incorporarse a la historia de este pueblo de trabajo”, se escribió en la plana del Diario El Popular del día siguiente.

La Selección "roja" se encaminó al título. Disputó el Cuadrangular final en el estadio San Martín, dejando en el camino a Córdoba, Rosario y Mendoza en la final (2 a 1, goles de Eduardo Picabea y Carlos Miori), disputada el 14 de diciembre, y marcando el primer gran logro en la historia del fútbol marplatense. Pero un mes antes, habían vuelto a nacer. La personalidad y el fútbol se impusieron, y Mar del Plata agrandó aquella epopeya en Olavarría con el título de campeón.

Archivo fotográfico: diario El Popular de Olavarría y revista "Así" de Buenos Aires. Video: programa "Pivot en el deporte", resguardado por Juan Carlos Morales - Archivo DeporTEA.