Una estancia modelo por la que pasaron casi todos los presidentes y la nobleza británica y terminó en manos de un empresario bancario
Construida en 1906, fue hasta 2004 propiedad de la familia Martínez de Hoz y es un punto de referencia en la zona. Por allí pasaron con excepción de Illia, Aramburu y Perón casi todos los presidentes como así también miembros de la corona británica y figuras del espectáculo.
Por Redacción 0223
PARA 0223
Muchísimo antes de que Chapadmalal explote como lugar turístico con una gran variedad de ofertas y se convierta en uno de los puntos de preferencia para jóvenes que eligen veranear en Mar del Plata, una familia tradicional levantó un castillo estilo tudor para tener allí su residencia de verano. Se trataba de la familia Martínez de Hoz, que, tras la compra de la estancia Chapadmalal, comenzó en 1906 con la construcción de la residencia principal que con los años se llamó "Malal Hue".
Cuentan que el castillo de estilo Tudor, mientras perteneció a la familia Martínez de Hoz, contaba con una gran enredadera que cubría todos los muros como si se tratase de una clásica propiedad inglesa, y tenía tradiciones que se respetaron de generación en generación. Una de ellas era el clásico té de las cinco de la tarde y la cena con código de vestimenta, incluso en los últimos años.
La estancia fue una de las más importantes del país, por allí pasaron el Príncipe Eduardo de Gales, el Duque de Edimburgo, el Premio Nobel de Literatura bengalí Rabindranath Tagore y Henry Kissinger, secretario de Estado de Richard Nixon, presidentes de la Nación y figuras como Victoria Ocampo y Luis Sandrini, entre otros.
Según consta en los registros de la comuna, la estancia fue adquirida en 1854 por José Toribio Martínez de Hoz y tenía una extensión de 25 mil hectáreas. Tras su muerte, los hijos del hacendado y su viuda, Josefa Fernández Coronel, viajaron a Inglaterra, donde se radicaron hasta que Miguel Alfredo Martínez de Hoz se graduó en el prestigiosos colegio Eaton y decidió volver a Argentina. Entonces el joven heredero comenzó a construir establos en la estancia, llevó animales y, en paralelo, comenzó la construcción del castillo que se inauguró en 1906.
Inspirado en las edificaciones de Inglaterra, Miguel Alfredo contrató al arquitecto William Bassett-Smith para que diseñe la vivienda. La estancia brilló durante décadas. Pero, a fines de los años ‘20, con la Gran Depresión, la situación cambió de manera inesperada: su propietario perdió sus tierras. Entonces, sus tres hijos les recompraron a los bancos 5.000 hectáreas de las 12.500 que componían originalmente.
Durante los años a cargo de los tres hermanos, María Julia Elena, José Alfredo y Miguel Eduardo Martínez de Hoz llevaron adelante la estancia, pero tras la muerte de María Julia Elena los hermanos se dividieron la tierra y Miguel Alfredo quedó a cargo de la estancia que bautizó Malal Hue.
En las últimas décadas como propiedad de los Martínez de Hoz, en Malal-Hue veraneaban los cuatro hijos de Miguel Alfredo y sus respectivas familias, Según afirman, los sucesivos y drásticos cambios económicos a lo largo del tiempo los llevaron a tener que vender tierras para mantener viva la estancia. Así, el campo se fue achicando hasta que finalmente quedaron 1500 hectáreas alrededor del casco. En 2004, estas hectáreas fueron vendidas al banquero Andrés Garfunkel, que se encargó de llevar el tendido eléctrico hasta el casco de la estancia y quitó la enredadera.
Hoy, la familia Garfunkel es la encargada del mantenimiento del lugar que sigue asombrando a propios y extraños con las anécdotas que guarda..
Leé también
Temas
Lo más
leído