River no pudo en Tucumán y Boca gritó campeón

El equipo de Gallardo no supo ganarle a Atlético y, de la mano de Tevez, el conjunto de Miguel Ángel Russo superó por la mímima a Gimnasia y se quedó con la Superliga.

El capitán Carlos Tevez marcó el gol del campeonato y encabezó los festejos en una Bombonera repleta. (Foto: Tw @bocajrsoficial)

8 de Marzo de 2020 00:18

Por Redacción 0223

PARA 0223

River tenía todo para ganarlo. Había vencido en todos los partidos del año y flaqueó en las dos fechas finales, resignó puntos con Defensa y Justicia en el Monumental y este sábado no encontró los caminos para superar a Atlético Tucumán y se le escurrió un título impensado. Convulsionado, con eliminación ante su clásico rival en el medio del torneo, cambio de entrenador y elecciones, Boca metió una seguidilla de seis triunfos en la recta final y con el 1 a 0 sobre el Gimnasia de Diego Maradona, se subió a la cima de la tabla de posiciones por una cabeza, gritó campeón y le arrebató la corona al que lo viene castigando desde hace cinco años. 

¿Boca brilló? Para nada. Pero qué le puede importar a los hinchas eso si lograron un campeonato que, la mayoría, sentía perdido desde hace un par de semanas, cuando River avanzaba a paso firme en la Superliga y no había triunfo propio que pusiera en apuros al subcampeón continental. En una Bombonera nerviosa, lo que tenía que hacer, era ganar. Y ganó. Con sólo 10 minutos de buen fútbol que fueron los primeros, con varias dudas en el resto, momentos de apuro y una aparición a pura jerarquía de su líder, el capitán Carlos Tevez, el que parecía que se iba en diciembre, se quedó y llevó de su mano al título.

¿Jugó mal River? Para nada. Pero tampoco es un aliciente para sus hinchas, porque se les escurrió una Superliga que tenía mucha importancia, que era cortar una racha de casi seis años sin consagraciones a nivel local, que superaron escollos difíciles para llegar a este momento con la ventaja y dependiendo de sí mismo. Pero, una vez más, una pelota parada le comenzó a ahogar la noche, algunos fallos de Loustau (que, como dijo Gallardo, a veces favorecen y a veces perjudican) que le impidieron encaminar la noche, el empate que le dio envión pero no suficiente para revertir la historia en la primera mitad y un complemento donde el apuro y la desesperación lo llevaron a apresurarse, a tirar demasiado la pelota y a llegar sin demasiada lucidez al arco de Luchetti. 

Atlético Tucumán, con Ricardo Zielinski en el banco de suplentes, se encargó de amargarle la existencia. Justo con el "Ruso" en el banco, el mismo que estaba sentado en el de Belgrano en la recordada promoción de 2011 que terminó con el histórico descenso de River a la Primera B Nacional. Gimnasia y Esgrima La Plata, con Diego Maradona homenajeado en "su casa", fue el convidado de piedra a la fiesta azul y oro, cobró cara la derrota, pero se fue con las manos vacías del "Alberto J. Armando". Donde Boca festejó, donde Miguel Ángel Russo dijo presente en su vuelta, donde Juan Román Riquelme, con sólo tres meses a cargo del fútbol, vuelve a gritar campeón.