Falta de privacidad y de acceso a la tecnología: los problemas de estudiar en cuarentena

Dificultades para contar con una computadora o de una buena conexión a internet, son algunos de los mayores inconvenientes. Los docentes trabajan el doble, producto de la virtualidad.

20 de Junio de 2020 10:35

Hace poco más de 90 días, la llegada del coronavirus al país provocó la suspensión presencial del ciclo lectivo y con ello, el obligatorio uso de la tecnología para acceder a las clases virtuales.

En ese marco, contar con una computadora o con un celular con buena conectividad y poseer un correcto ancho de banda para garantizar una buena conexión  de internet, fueron algunas de las dificultades diarias que atravesaron miles de familias, que por distintas circunstancias no pudieron acceder a los módulos escritos disponibles en las instituciones.

“Lo primero que hay que decir es que los docentes no dejaron de dar clases en ningún momento con la presencia virtual, con los condicionamientos que eso significa. Esta pandemia agarró a muchas familias y docentes sin los insumos necesarios que quizás, hubiera sido diferente si no se hubiera desarmado por parte del gobierno anterior el programa Conectar Igualdad, que había beneficiado a 5.700.000 alumnos y docentes”, evaluó en diálogo con 0223, Gustavo Santo Ibáñez, secretario general del Suteba General Pueyrredon.

Si bien el gobierno nacional garantizó la gratuitidad en el acceso a los contenidos bajo los dominios .edu.ar .gov.ar , la pandemia desnudó la brecha digital que existe en el uso de la tecnología tanto para alumnos como docentes y obligó a estos últimos a aggiornarse a la fuerza y con ello también, a sobrepasar la carga horaria laboral.

“Principalmente al inicio, las jornadas resultaron caóticas y algunos docentes trabajaban entre 12 y 14 horas diarias. Es por eso que esa tarea fue reconocida por el gobierno nacional en el último acuerdo paritario, donde contempla la sobrecarga laboral y el derecho a la intimidad. Significa que no en cualquier momento están disponibles y tienen derecho a la desconexión. Deben trabajar en el horario que les correspondía antes de la pandemia”, explicó el referente sindical docente.

Asimismo, Santo Ibáñez reconoció que la cuarentena, “reflejó la gran vulnerabilidad y la falta de acceso a tecnología. Ha dejado en términos educativos, grandes referencias regionales en la Argentina y también en términos de desigualdad y acceso al conocimiento. Mar del Plata es un claro ejemplo de ello”, razonó.

“Estamos trabajando el triple que antes de la pandemia”

Por su parte, Sofía Martín, profesora en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de Mar del Plata, expuso las dificultades que atraviesan los docentes universitarios por la pandemia en el marco del teletrabajo, que no está contemplado dentro de los derechos laborales de los trabajadores de la educación.

“Cada uno tuvo que arreglárselas como pudo, pero nos pusimos la camiseta de la educación como hemos hecho otras veces y acompañamos en este proceso a nuestros alumnos. Yo no tenía computadora pero la conseguí por la Universidad pero tenía internet aunque otros tuvieron que usar los datos móviles del celular. Se trabaja de esa manera mientras nuestro salario se va a pique y en medio de esta situación de incertidumbre”, señaló Martín, integrante del Espacio Sindical de Base, en diálogo con 0223.

El dictado de clases virtuales desde el ámbito hogareño, pone de manifiesto distintas cuestiones vinculadas a la privacidad del hogar y al poco espacio que pueda existir entre cuatro paredes mientras se realiza una clase virtual. Un párrafo aparte lo padecen los docentes con hijos pequeños y la atención que se les debe prestar mientras ellos deben afrontar sus clases.

“Algunos idealizan esta situación de virtualidad compulsiva avizorando una situación nueva con una educación a distancia y otros en otro extremo, con una posición muy negativa, diciendo que esto no funciona. En definitiva, suponemos que los empleadores deben poner a disposición estas herramientas y respetar las horas de descanso, porque estamos trabajando el triple de lo que estábamos haciéndolo antes de la pandemia”, concluyó Martín.