Una renuncia con olor a candidatura

El joven dirigente de 37 años renunció a la vicepresidencia y todo indica que será candidato a la presidencia. Como queda el resto del mapa política de cara las elecciones del 7 de febrero.

Otto Sonnenholzner, ex vicepresidente de Ecuador.

14 de Julio de 2020 07:25

El vicepresidente de Ecuador, Otto Sonnenholzer, renunció a su cargo en medio de la crisis por el coronavirus. Si bien los términos de su salida fueron buenos y no se hizo mención a una eventual postulación, la decisión se tomó a 70 días de la fecha de inscripciones de las candidaturas para las elecciones presidenciales de 2021. 

En este marco, empieza a configurarse en Ecuador el escenario político que competirá para gobernar el país entre 2021 y 2024. Otto Sonnenholzner buscará ser la figura que algutine a la centroderecha para darle continuidad al modelo económico de austeridad iniciado durante la presidencia de Lenin Moreno. 

La consultora IESOP publicó un relevamiento con datos que muestra que en un contexto de mala imagen para el conjunto del sistema político, Sonnenholzer tiene una imagen positiva que oscila entre los 43 y los 47 puntos. 

Joven, empresario de los medios de comunicación e integrante de la elite de Guayaquil, Otto buscará poner en valor su condición de outsider de la política tradicional por sobre el cargo que ocupó desde el 11 de diciembre de 2018 en un gobierno con muy mala reputación.

 Los objetivos de la gente que trabaja para la candidatura del dirigente de 37 años son ambiciosas y apuntan a convencer tanto a los partidos tradicionales como el Partido Social Cristiano o el Movimiento Concertación, empresarios de la Asociación de Comercialización y Exportación de Banano (Acorbanec), el Fondo Monetario Internacional y movimientos sociales, campesinos e indígenas como la Federación Nacional de Organizaciones Campesinas que estuvieron en las protestas contra el gobierno de Lenin Moreno en octubre del año pasado. 

En el espectro de la derecha aparece nuevamente el ex banquero, Guillermo Lasso, para volver a competir luego de la derrota con Lenin Moreno en 2017 en una propuesta con menos ambigüedades y más dirigida al riesgo del retorno de la izquierda al poder encarnada en el expresidente, Rafael Correa. Habrá que ver si su presentación por fuera sirve para asegurar un triunfo en segunda vuelta  similar a los comicios en Uruguay o la dispersión del electorado debilita su propuesta y la de Otto como sucedió en Ecuador en 2017.

Por ese andarivel aparece el correísmo con una recientemente lanzada plataforma llamada Union por la Esperanza que trabaja para que, además del espacio Revolución Ciudadana,  se logre ampliar la base de sustento de 30 puntos de intención de votos de su espacio. 

La plataforma agrupa a ocho organizaciones, entre ellas, los movimientos políticos Fuerza Compromiso Social (FCS), que cobijó al correísmo en los comicios regionales del 2019 y está observado por Contraloría en lo que han denunciado como intento de proscribir al principal partido de oposición.  También forma parte Centro Democrático, del exprefecto del Guayas, Jimmy Jairala, el Foro Permanente de Mujeres Ecuatorianas, Confederación de Pueblos y Organizaciones Indígenas Campesinas del Ecuador (FEI), Fuerza Rural y Productiva, Coalición Nacional por la Patria, Frente Patriótico Nacional y SurGente.

Union por la Esperanza pretende ser la voz de los enojados con la gestión Moreno y para ello, deberá diseñar propuestas de futuro que excedan el repaso de logros del pasado.  Además, batallará contra el fantasma de la corrupción que parte de un montaje o no, se instaló en la agenda desde la salida de Correa y juega un rol decisivo en la opinión pública.

Los nombres que lideren esa propuesta tambien formaran parte de un debate muy fino. La imposibilidad de jugar la carta de Rafael Correa en el binomio presidencial por las maniobras que cambiaron aspectos centrales para la registración (por ejemplo el requisito de hacerlo de manera presencial cuando Correa vive en Bélgica) y las causas abiertas, algunas con orden arresto, contra el ex mandatario complican el panorama.

No obstante, si bien juegan al hermetismo,la figura que crece dentro del correismo es la de Pabel Muñoz, asambleísta, economista y una figura con solidez académica para discutir pormenores de la crisis económica, con capacidad de debate y lo mas importante, sin ninguna causa ni procesamiento. "Con Correa como candidato a vice dandole carisma es una formula que puede ganar en primera vuelta", confió a Enfoque Global uno de los armadores del espacio. 

Por fuera de estas fuerzas aparece el ex alcalde de Guayaquil y dirigente histórico del Partido Social Cristiano, Jaime Nebot, quien hace algunas semanas era un número puesto pero decidió no presentarse. Su alfil, sucesora en la alcaldía y ex candidata a presidente en 2017, Cynthia Vitteri,  es otro nombre en danza pero sus niveles de aprobación solo son altos en Guayaquil (53 por ciento). El alcalde de Quito, Jorge Yunda, es otra figura a tener en cuenta y, según IESOP, tiene 53 por ciento de aceptación de gestión en Quito y 35 imagen positiva en Guayaquil. Ambos casos no perforan mas allá de su territorio. 

Pedro Pablo Duart no quiere quedarse atrás. El reciente renunciado gobernador de Guayas renuncio al cargo y manifestó su voluntad de acompañar a Sonneholzner en una formula. 

Por otro lado, hay expectativa respecto de lo que decida la Confederación de Nacionalidades de Indigenas quienes tuvieron un rol calve en las movilizaciones de octubre. La organización tiene profundas diferencias con Rafael Correa y descartan cualquier alianza con su espacio. Esto abre un espacio para un acuerdo con Sonnelhonzner o alimenta la posibilidad de presentar una candidatura propia. 

Finalmente, hay una figura para seguir que es la Fiscal General Diana Salazar. La jóven funcionaria judicial se ha convertido en la cara de la lucha contra la corrupción, en especial en la ofensiva contra Rafael Correa. De perfil alto, con mucha presencia mediática  y empujada por los índices de apoyo cercano al 45 por ciento hay quienes no descartan una inminente incursión política similar a la de su homólogo brasileño, Sergio Moro, con quien además comparte ciertas metodologías arbitrarias en los procesos judiciales. 

La sucesión a Lenin Moreno está en marcha. Un presidente que con su giro a la derecha no supo resolver los problemas estructurales a los que acusa de responsable a su ex aliado y padrino político. En estos años, solo se pudo ver una obsesión con Correa, un alineamiento automático con la política exterior de Estados Unidos, una pesada deuda externa e intenciones de avanzar en reformas jubilatorias, laborales o de quita de subsidios que generaron al reacción masiva de la población. 

La pandemia fue un problema adicional que golpeó con fuerza a un gobierno que ya venía golpeado y agravó situaciones preexistentes. Ecuador es uno de los países con mayor tasa de letalidad por coronavirus y Lenin ha brillado por su ausencia y falta de reacción. Como figura más visible durante la crisis, Sonnelhozner puede sumar apoyos y evitar que haber sido funcionario de Lenin lo tire para abajo.

El desafío será mostrar que se puede llevar a cabo un proceso electoral sin proscripciones y con garantías en un país que ha mostrado todo lo contrario en los últimos años y ha mostrado signos de absoluto colapso. Las cartas están sobre la mesa, los actores empiezan a jugar sus piezas y gane quien gane, el fierro será caliente y difícil de sobrellevar.