El viaje directo al ascenso

Mauricio Giambartolomei fue enviado especial del Diario El Atlántico en 2005, y recordó aquel clima de guerra en Córdoba y los festejos del "Tiburón", que hace 15 años lograba un importante ascenso. 

9 de Julio de 2020 11:53

Por Redacción 0223

PARA 0223

por Mauricio Giambartolomei

(hoy periodista de diario La Nación, cubrió en 2005 este partido para Diario El Atlántico).

Pasaron 15 años, pero el estallido de los vidrios rotos por la piedra que pasó a centímetros de nuestras cabezas y destrozó la imagen de una virgen en el ingreso del vestuario visitante se mantiene tan vívido como el paso de Aldosivi por Córdoba donde se ganó el derecho a jugar en el Nacional B.

La puerta se había cerrado abruptamente tras el paso de Corti, Levato, Severini, Gómez, Rebottaro y el resto de la delegación marplatense que escapaba de un grupo de hinchas de Racing que pretendía imponer con violencia el rigor de una localía manchada tras el 3 a 2.

Las balas de goma y los gases lacrimógenos, que luego se expandieron hacia las calles perimetrales al estadio cordobés, pusieron orden. La lluvia de piedras cesó. La calma llegó. Entonces sí, Aldosivi festejó. Fue el punto final de un recorrido que había incluido una soberbia final frente a Unión de Sunchales y un paso en falso en Rafaela, ante Ben Hur.

Por esos años organizar un viaje más allá de la provincia de Buenos Aires representaba un desafío mayúsculo para el diario El Atlántico, pero quienes formábamos parte de la sección deportiva intentábamos por todos los medios estar presentes donde hubiese un marplatense en alguna instancia definitiva. Aldosivi tenía la oportunidad de llegar al Nacional jugando la Promoción en Córdoba y había que estar ahí, como sea.

La búsqueda de empresas que patrocinaran el viaje no había dado resultado como en ocasiones anteriores y la única manera posible de viajar era en un colectivo repleto de hinchas que partió desde el Puerto, la noche anterior al partido, para cubrir más de 1100 kilómetros. Diego Izquierdo, fotógrafo, y otros colegas también formaron parte de ese viaje que, por momentos, se convirtió en una travesía.

Quizás fueron 12 o tal vez 15 las horas arriba de ese colectivo. Los periodistas, en los primeros asientos; los hinchas y algunos dirigentes, en el resto. Nadie durmió, o algunos pocos lo hicieron. Cantaron, comieron, tomaron, fumaron, jugaron truco y volvieron a cantar hasta el amanecer. Era un viaje de egresado que iba en busca de su foto grupal en el Cerro Catedral. Y que la tuvieron en la tribuna de la cancha de Racing.

Todo era carnaval hasta llegar al acceso a la avenida Circunvalación, ese anillo que rodea a la ciudad de Córdoba, donde un retén de la Policía Caminera obligó a descender a gran parte de los pasajeros. Parecía que había una orden de dejarnos pasar el tiempo allí, en el medio de la ruta, con las excusas más absurdas hasta que finalizara el partido. Por fortuna, ganó la razón, y se inició el último trayecto del viaje a contrareloj.

Corrimos todos varias cuadras; los hinchas a un lado, los periodistas hacia el ingreso de prensa. No hubo tiempo de tomar las alineaciones de los equipos, solo de sentarse en la tribuna, cerca de la popular local, recuperar el aliento y terminar de descubrir en el campo de juego las formaciones finales mientras el partido ya estaba en juego.

Corti dio el primer golpe; Severini, el segundo. Racing descontó a través de Poy, pero nuevamente Severini, ese alocado goleador, estiró la ventaja que dejó sin chances al equipo cordobés, a pesar del descuento de Albornos. Todos los goles llegaron en el segundo tiempo, como los incidentes que protagonizaron los hinchas cordobeses que trepados al alambrado amenazaban con invadir la cancha a diez minutos del final para evitar el inevitable final.

El clima se caldeaba, pero Aldosivi no se achicaba. Con paso firme, como toda la campaña de ese año, redondeó en esa tarde cordobesa una Promoción de ensueño en la que ganó los dos cruces, primero en el Minella, días después en territorio hostil para dejar atrás el paso errante en Rafaela. Al final volaron palos, piedras, gases lacrimógenos y balas de goma. También voló Aldosivi, al Nacional B.