Ese hombre por el barrio Alfar

El 25 de marzo de 1977, Walsh fue secuestrado por un grupo de militares luego de escribir la Carta abierta a la Junta Militar. A 44 años del hecho, el escritor y periodista continúa desaparecido, como así también algunos textos que fueron robados de su casa, un día después de su secuestro.

24 de Marzo de 2021 14:44

Por Redacción 0223

PARA 0223

Son trece las cuadras de la calle que lo recuerda en Mar del Plata desde 1996. Ese año, se impuso el nombre de Rodolfo Walsh a la calle 405 (ex 30) desde la traza del Paseo Costanero del Sud Presidente Arturo Illia, hasta su encuentro con la calle 405 (proyección de la calle Malabia- ex calle 20). El mismo Decreto suponía que el Departamento Ejecutivo de entonces colocara una placa recordatoria en la intersección de dicha calle con la Colectora Nº 14 con el siguiente texto: “Rodolfo Walsh (1927- 1977) Escritor, periodista y militante político intachable.”

Todo transcurre en el barrio Alfar.

Rodolfo Walsh 

¿Quién fue Rodolfo Walsh? ¿Un periodista, un escritor, un militante, un intelectual que fue más allá de ese papel?  Él mismo se definía: "Fui lavacopas, limpiavidrios, comerciante de antigüedades y criptógrafo".

Había nacido el 9 de enero de 1927 en la provincia de Río Negro, en la localidad de Choele Choel en el seno de una familia conservadora, de ascendencia irlandesa. Estudió en un colegio de monjas irlandesas y fue interno en una congregación de curas, también irlandeses. "Tengo una hermana monja y dos hijas laicas", se reía. A los 17 años comenzó a trabajar en la Editorial Hachette como traductor y como corrector de pruebas, y a los 20 comenzó a publicar sus primeros textos periodísticos. En 1953 publicó su primer libro de cuentos, Variaciones en rojo, con el que había ganado el Premio Municipal de Literatura de Buenos Aires.

Para entender la vida de Walsh es necesario dividirla en dos partes. “Operación Masacre cambió mi vida. Haciéndola, descubrí, además de mis perplejidades íntimas, que existía un amenazante mundo exterior", dijo refiriéndose al libro que inició el movimiento periodístico-literario de la novela testimonial.

Tras la frustración por la impunidad de la que gozaron los autores de los fusilamientos, Walsh dejó de pedir justicia para comenzar a estudiar los datos y establecer la mecánica de sucesión de ciertos hechos. La investigación se ocupa de hechos límites que movilizan y ponen en cuestión compromisos, actos, ideas. La masacre de José León Suárez fue la perfecta culminación de un sistema; el caso Rosendo García desnuda la esencia del vandorismo; el asesinato de Satanowsky proyecta luz sobre el funcionamiento de los servicios de informaciones y su conexión con los grandes diarios.

Cuando se produjeron los fusilamientos de José León Suárez, Walsh estaba trabajando en la compilación de cuentos de la Editorial Hachette. Una tarde de 1956, jugando al ajedrez en un bar de La Plata escuchó la frase "Hay un fusilado que vive". Nunca se le fue de la mente. A fines de ese año, comenzó a investigar el caso con la ayuda de la periodista Enriqueta Muñiz, y se encontró con un gigantesco crimen organizado y ocultado por el Estado. Walsh decidió recluirse en una alejada isla del Tigre con el seudónimo de Francisco Freyre, y con la única compañía de un revolver. El 23 de diciembre Leonidas Barletta, director de Propósitos, denunció, a pedido de Walsh, la masacre de José León Suárez y la existencia de un sobreviviente, Juan Carlos Livraga.

Walsh en Cuba

Antes de partir a Cuba, publicó el Caso Satanowsky, en donde evidenció que matones de la SIDE asesinaron al abogado Marcos Satanowsky debido a oscuros intereses en torno a la propiedad del diario La Razón. En la investigación dio con los culpables.
En Cuba fundó la agencia Prensa Latina junto con su colega y compatriota Jorge Masetti. Había decidido que no sería nunca más un simple observador privilegiado del mundo, sino que quería formar parte activamente de él: como jefe de Servicios Especiales en el Departamento de Informaciones de Prensa Latina, usó sus conocimientos de criptógrafo aficionado para descubrir, a través de unos cables comerciales, la invasión a Bahía de Cochinos, instrumentada por la CIA.

El resto es historia conocida

Su hija Vicky, militante de Montoneros y con 26 años, murió en un enfrentamiento el 29 de septiembre de 1976. Murió también su amigo Paco Urondo en Mendoza, perseguido por fuerzas militares conjuntas.

El 24 de marzo al cumplirse un año de la dictadura, envió su famosa Carta Abierta de un escritor a la Junta Militar a las redacciones de los diarios. Nadie la publicó. El 25 de marzo, entre las 13.30 y las 16.00, Walsh fue secuestrado por un grupo de Tareas de la ESMA, comandado por el oficial de Inteligencia García Velasco. Sobrevivientes de la ESMA le acercaron a su hija Patricia Walsh una versión de lo sucedido. Según esa versión Rodolfo debía ser tackleado por el oficial de Marina y ex rugbier Alfredo Astiz, quien falló en su intento. Esto generó una momentánea confusión que permitió a Rodolfo gatillar el revólver calibre 22 que guardaba en la entrepierna. Así hirió a uno de sus agresores, que quedó rengo. A fines del ’77 ese hombre fue galardonado con una medalla en una ceremonia secreta de la ESMA.

El 25 de marzo de 1977 asesinaron al hombre que decidió para siempre ser "fiel al compromiso de dar testimonios en tiempos difíciles" #AntesDeSerCalle