Relajar en Chapadmalal

No importa la época del año, agarrar el auto y encarar hacia el sur de la ciudad siempre es buen plan para conectar un ratito con la naturaleza.

Chapadmalal es el lugar ideal para ir a contemplar el mar y desconectarse.

Chapadmalal es el lugar ideal para ir a contemplar el mar y desconectarse. 

Desde que vivo en Buenos Aires tengo la necesidad de ver el mar cada vez que llego a Mar del Plata. Acercarme a la orilla, sacarme las zapatillas, poner los pies en la arena o en el pasto y oler el olor a mar. Siempre que puedo aprovecho para irme hasta Chapadmalal para pasar la tarde, disfrutar de los paisajes llenos de acantilados y esa naturaleza todavía virgen que se ve por ahí.

Si estás buscando paz, aclarar o acomodar las ideas, respirar o simplemente conectar un poco con la naturaleza y con vos, te dejo algunas recomendaciones para conocer o recordar que existen y visitarlas cada vez que puedas.

1.- “Playita” (según Google Maps)

La "Playita" es la más linda de la costa argentina.

Así es como se llama esta playita chiquita que amo porque es tranquila, reparada y con una linda vista entrando por un bosquecito divino.

¿Cómo la ubicamos? Viniendo desde Mar del Plata inmediatamente después de “La Redonda Eco Acampantes”, a la altura del Camino de las Estancias, en frente del Rancho AFT. Si entrás por el bosquecito tenés espacio para dejar el auto y disfrutar de la vista. Si estás con tiempo, podés emprender una caminata hacia la Redonda sin bajar a la playa y vas a encontrarte con un camino que te cruza hasta el balneario Cruz del Sur. En el medio, vistas divinas, caminata suave, un gran spot con banquito que te espera para sentarte un rato a pensar y la playa más linda de la costa argentina esperándote del otro lado.

2.- Playa “Crater” (nombre según info de locales)

Es el lugar para ir solo y meditar. ¡Llevá abrigo!

Si venís desde Mar del Plata, posterior a “Playita” vas a ver un espacio para entrar el auto y una piedra grande que evita el ingreso de una especie de bajada de autos. Si dejás el auto ahí y emprendés la caminata, vas a encontrarte caminando por un secret spot hasta llegar a una escollera que divide la tierra del mar. Lindísima, de los mejores lugares para ir solo -y abrigado- a meditar un rato sentado en alguna de las piedras.

3.- Samay Huasi (casa de té) y el arroyito

Podés disfrutar de un té en uno de los jardines más hermosos.

Samay Huasi, además de ser una casa de té, tiene uno de los jardines más lindos que vi en mi vida. El pasto es perfecto, la variedad de flores es increíble, y tienen algunos elementos en su jardín que lo convierten en un verdadero templo para pasear, sentarte un rato en el pasto y contemplar la naturaleza.

Samay Huasi tiene un arroyo increíble: te llena de paz.
 

Si caminás por la calle de Samay Huasi hacia el lado contrario de la costa, vas a encontrar que del lado del camino hay un arroyito. Si te animás a entrar, se forma un caminito al costado, y el sonido del viento que mueve a los árboles te llena de paz. Aire fresco, puro, limpio para volver a la ciudad totalmente renovado.

 

4.- Casa Pampa

Comida de autor y buen vino... qué más.

 

Si querés una escapada gourmet para deleitar tu paladar y vivir una experiencia de cava y aire libre, te recomiendo Casa Pampa. A la altura del kilómetro 543, te vas a encontrar con este restaurante de cocina de autor frente a los acantilados que cuenta también con un complejo de cabañas y servicios exclusivos. 

Un highlight del lugar: los ciclos de cocina acompañados por distintos maridajes gracias a su tremenda colección de vinos de la exclusiva Bodega Rutini. 

Amantes de paellas, carnes, pescado y del aire libre, deben de considerar conocer este lugar, ya sea por el día o para una escapada de fin de semana en sus cabañas.

Si tenés tiempo podés ir detrás de estos tres spots. Y si tenés otros para recomendar, ¡te leo!