Octubre Rosa: tres historias de superación

A horas que comience una nueva edición de la "oleada rosa" que anualmente desde hace casi una década tiñe la costa de la ciudad, 0223 presenta tres historias de mujeres que superaron la enfermedad y se dedican a ayudar a otras que atraviesan una patología que puede ser mortal si no se trata a tiempo.

Mariana Verónica y Fernanda superaron el c{ancer de mama y, desde su lugar ayudan a otras mujeres que son diagnosticadas con la enfermedad.

23 de Octubre de 2022 09:00

En Argentina por año se detectan más de 22.000 casos  de cáncer de mama - una enfermedad que afecta mayoritariamente a las mujeres y se producen más de 5.500 muertes por la enfermedad. De acuerdo a los datos suministrados por el Ministerio de Salud de la Nación, se estima que la muerte de una de cada cinco mujeres por cáncer en la Argentina se atribuye al de mama, con una tasa de 73,1 casos por cada 100.000; es decir que 1 de cada 3 mujeres con cáncer tiene cáncer de mama.

Octubre es el mes de la concientización sobre esta enfermedad. A horas que comience una nueva edición de la "oleada rosa rosa" -la primera después de la pandemia- generada por la correcaminata solidaria de 5k que desde hace casi una década tiñe parte de la costa de la ciudad con el objetivo concientizar sobre la importancia de la detección temprana del cáncer de mama, 0223 presenta tres historias de mujeres que superaron la enfermedad y se dedican a ayudar a otras que atraviesan una patología que puede ser mortal si no se trata a tiempo.

Mariana y la misión de concientizar sobre la importancia del autocontrol

En abril de 2019, frente al espejo, la periodista Mariana Gérez notó que tenía un bulto cerca de la clavícula derecha. Pensó que era una contractura producto de las fuerzas de brazo que había realizado el día anterior y se lo comentó a su preparador físico que le aconsejó que se haga ver por un médico. “Faltaba un mes para que me haga los chequeos de rutina anuales”, recuerda en diálogo con 0223 y asegura que no tenía noción que las glándulas mamarias alcanzaban esa altura del cuerpo. Sin pensarlo, adelantó los chequeos, aunque no pensaba que entre las posibilidades esté la opción de ser diagnosticada con cáncer de mama: si bien estaba en el grupo etáreo que debe realizarse controles anuales, no presentaba factores de riesgo ni antecedentes de la enfermedad en la familia.

"Me hicieron una ecografía y una mamografía. Supe que algo no andaba bien, aunque no me lo dijeron cuando me pasaron a otro mamógrafo. Después me hicieron una resonancia por contraste… me dijeron que era cáncer y fue un golpe muy fuerte. Trabajando en este medio uno ve un montón de casos, pero los ves de afuera, nunca pensás que es algo que le puede tocar a uno", admite. Llamó a su hija para que la vaya a buscar al instituto en el que había tenido la consulta médica y, sin dudarlo se lo contó. “Le dije que tenía cáncer, que iba a hacer todo lo que esté a mi alcance para estar en el 90% de las personas que superan la enfermedad y me acuerdo que lloramos. Para ella también fue una noticia muy dura. En mi familia yo vi el refugio y el sostén necesario para enfrentar lo que se venía”, recuerda.

Mariana Gerez fue diagnosticada en 2019.

Ese “hacer todo lo que esté a su alcance” incluyó una operación para remover el tumor y un tratamiento de quimioterapia. “Fue duro. Mi cabeza no paraba pero tuve la suerte de encontrar un grupo de profesionales súper empáticos que también fueron fundamentales para transitar todo este camino para sanar”, recuerda al tiempo que resalta que desde que tuvo el diagnóstico supo que no quería que la vean como una víctima de la enfermedad. Entonces decidió no compartirlo más que con su círculo íntimo y no dejar de trabajar.

“La contención es clave”, asegura Mariana al tiempo que sostiene que desde que tuvo el diagnóstico comenzó a trabajar en el “para qué”. “La quimioterapia es otro golpe muy fuerte porque primero te enfrentas a algo que no conocés y después estas cinco horas en un lugar pasándote drogas”, recuerda. Antes de comenzar el proceso de quimioterapia, su médico le consultó si quería conservar su pelo, entonces a Mariana se le abrió un abanico de contactos hasta entonces desconocido.

“Yo no sabía que existía la posibilidad de conservar tu pelo haciéndote quimioterapia pero tenía clarísimo que no iba a raparme. Respeto mucho a las personas que deciden hacerlo antes de empezar el tratamiento y a quienes eligen usar pañuelos o pelucas, pero no quería eso para mi. Entonces le dije a mi médico que si había posibilidad de hacerlo, quería conservarlo y me puso en contacto con el grupo Superpoderosas que realiza cascos refrigerantes”, dice.

El grupo Superpoderosas Mar del Plata realiza cascos de gel refrigerante para las sesiones de quimioterapia. El gel cierra los tejidos del cuero cabelludo y hace que las drogas que se utilizan en casa sesión no impacten de forma masiva y genere alopecia. “Obviamente cada organismo responde de manera diferente y no todos los casos llevan el mismo tratamiento. Las drogas que me pasaban a mi no eran tan fuertes y gracias al casco perdí muy poco pelo”, revela.

Gracias a Superpoderosas, Mariana conoció otro grupo: el grupo de remo de mujeres que superaron el cáncer de mama de Mar del Plata. “El movimiento de las remeras rosas para mi es muy importante, lo desconocía completamente y cuando propusieron hacerlo me anoté. Obviamente, antes consulté con mi médico. Es un deporte lindísimo y nos hace bien además psicológicamente. Estás con personas que pasaron por lo mismo que vos y te entienden y no tenes la necesidad de contextualizar todo cada vez que contas algo”, sostiene con una sonrisa.

La periodista también contó que procesar todo el tratamiento, le llevo un trabajo psicológico de aproximadamente un año. “El factor emocional también es muy fuerte. Más cuando trabajas en esto y estás al tanto de las estadísticas. Te dicen cáncer y se te cruza la idea de la muerte… Hice terapia y pude trabajar entre otras cuestiones el para qué de la enfermedad, dije bueno, ya que tengo el don de la comunicación usémoslo para difundir y concientizar de alguna manera sobre la prevención y la concientización de que si el cáncer es detectado a tiempo, hay muchas posibilidades de superarlo”.

 

Fernanda, la peluquera que ayuda a otras mujeres a transitar la quimioterapia

En febrero de 2017, la peluquera y esteticista Fernanda Mel trabajaba en un centro de estética y se había realizado un estudio de rutina que arrojó un resultado que no esperaba: le diagnosticaron cáncer de mama y, su médico le informó que lo adecuado en su caso, era comenzar con la terapia de quimioterapia. Su mundo entonces se vino abajo “Cuando me dijeron que tenía que hacer quimio me tuve que rearmar. Yo le pedía a mi médico que me diese tiempo para pensar porque creía que si esto me pasaba era para ayudar a alguien”, recordó en una de las tantas entrevistas que le brindó a este medio. 

Una de las consecuencias más notables de la quimioterapia y a la que muchos de los pacientes que se someten a esta práctica le temen es la alopecia. En un primer momento, Fernanda creyó que “pelada” no iba a poder seguir trabajando y buscaba diferentes maneras de despejar su mente hasta que leyó en un cartel la frase “para poder seguir hay que comenzar de nuevo” y eso, le dio un nuevo sentido a su diagnóstico.

Entonces, nació “Quimio con estilo” en principio como una página de Facebook en la que relataba la evolución y las sensaciones que le dejaba el tratamiento al que se sometió para superar la enfermedad y que le llevó 16 sesiones de quimioterapia y 33 de rayos x que ella eligió llamarlas "rounds".

Fernanda Mel lleva adelante la ONG Quimio con Estilo desde 2017

Luego, la iniciativa salió de la virtualidad y se convirtió en un grupo de contención gratuito para personas que son diagnosticadas con cáncer de mama y deben someterse a un tratamiento muchas veces doloroso, familiares y amigos de pacientes oncológicos en el que se brinda acompañamiento psicológico, cursos sobre cuidado de la piel y maquillaje terapéutico y se entregan pelucas a quienes lo necesiten de forma gratuita. .

Desde que comenzó la pandemia, “Quimio con estilo” entregó 500 pelucas a personas en tratamiento y dio apoyo terapéutico a otras 120. “Muchas veces llega llorando y se van con una sonrisa y poder ayudar a esas mujeres que pueden reencontrarse con ellas mismas, te llena el alma”, cuenta Fernanda.
 

Verónica y el origen del equipo de remo Rosas del Mar

En 2019 Verónica Cufré estaba en Barcelona. Una mañana realizándose un autocontrol de rutina  frente al espejo, notó que tenía retracción en uno de sus pezones, consultó con un profesional que le indicó los estudios tradicionales (mamografía y eco mamaria) que confirmaron sus sospechas: tenía cáncer. De inmediato volvió a la Argentina y comenzó un tratamiento, se sometió a una mastectomía y comenzó con terapia de rayos primero y luego con quimioterapia. Mas tarde, de manera preventiva debió someterse a otras intervenciones quirúrgicas..

Una vez que pasó el cimbronazo del diagnóstico y las intervenciones quirúrgicas, Verónica comenzó a interiorizarse sobre los beneficios de la actividad física en personas mastectomizadas y, hablando con una amiga que vivía en España tuvo conocimiento de grupos de mujeres que habían superado la enfermedad y practicaban remo y los beneficios que tenía. Entonces comenzó a indagar sobre la existencia de un equipo o club que esté integrado por personas que hayan padecido situaciones como la suya y notó que a Mar del Plata le faltaba un equipo de remadoras.

“Antes de largarme a hacer remo, consulté con mi oncólogo a ver si realmente podía hacer actividad y cuando me dijo que sí, junto a 15 mujeres empezamos a remar”. El 27 de enero de 2021, las 15 llegaron a una plaza y realizaron una votación para elegir el nombre que las identificaría: “Rosas del mar” fue el nombre ganador.

La agrupación, actualmente cuenta con 31 miembros que dos veces por semana entrenan en Laguna de los padres junto a los profesores Victor Gorostiaga y Román Pallet y además reciben instrucción en musculación y fortalecimiento del tren superior -brazos, pecho, core y espalda-. “No es necesario tener conocimientos previos del deporte ni tenemos límite de edad”, explica Verónica aunque aclara que para ingresar a Rosas del Mar es necesario contar con apto médico y completar una ficha médica. “Cuando empezamos, todas estábamos “curadas”, pero en el medio van pasando cosas”, confía.

Tanto para Verónica como para las demás integrantes de Rosas del Mar, el remo no es solo actividad física, es también “algo terapeutico". Rosas del Mar participa de diferentes actividades de concientización para la prevención del cáncer de ama que en el mes de octubre se intensifican. "Este mes por ejemplo participamos de talleres de confección de corpiños para mujeres mastectomizadas que van a ser donados a distintas instituciones. Fue una experiencia muy linda en la que además, charlamos con otras mujeres y aprovechamos para resaltar la importancia de los chequeos preventivos", cierra

El lazo rosa, símbolo de la lucha contra el cáncer de mama

El lazo rosa conmemora a aquellas mujeres que enfrentan o enfrentaron el cáncer de mama. Este símbolo surgió hace 20 años de la mano de Evelyn H. Lauder, nuera de la fundadora de Estée Lauder. 

Por entonces no se hablaba del cáncer de mama, entonces Evelyn inició una campaña en la que logró que la industria cosmética y la opinión pública concientizar sobre esta enfermedad.

En 1992 nació la iniciativa del lazo rosa que simboliza esperanza, fuerza y supervicencia. Por ese motivo, Evelyn creó una ONG, denominada Breast Cancer Research Foundation , cuyo objetivo era recaudar fondos para dedicarlos a la investigación de esta enfermedad.

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El cáncer de mama se presenta en una primera instancia como un tumor que comprende diferentes tipos y varía sus efectos sobre la salud. Entre estos se encuentran el carcinoma ductal localizado, carcinoma lobulillar in situ, angiosarcoma y enfermedad de Paget mamaria como las más recurrentes en pacientes. 

En cuanto a sus causas, los especialistas aseguran que existen diferentes factores que pueden derivar en este diagnóstico como condiciones y mutaciones genéticas hereditarias, consumo de tabaco y alcohol, menopausia tardía, mutaciones genéticas adquiridas, debidas a cuestiones ambientales o externas, obesidad, exposición desmedida a estrógenos que derivan a la generación de la enzima aromatasa y alto consumo calórico y de grasas en dietas o exposición a radiación a temprana edad.

Los especialistas coinciden en que la detección temprana del cáncer de mama es fundamental para un tratamiento exitoso. Por eso recomiendan que, a partir de los 35 años las todas las mujeres se realicen exámenes anuales de control y, en los casos en los que exista herencia genética o factores de riesgo a partir de los 30 años, además de realizar autocontroles una vez por mes -preferentemente una semana después de finalizado el ciclo menstrual o en caso de personas menopaúsicas siempre en la misma fecha- que permitan  detectar alguno de los siguientes síntomas: presencia bultos, nódulos, cuerpo o masa anómala en la mama, alteraciones de color, tamaño, forma o aspecto de la mama, enrojecimiento de la piel, inversión o retracción del pezón, pérdida de peso, aumento del tamaño de los ganglios linfáticos, cercanos a la axila, o la aparición de bultos en esta área, secreciones por el pezón, dolores o molestias en el área mamaria e hinchazón en los brazos.

El chequeo rutinario puede ayudar a la prevención y detección temprana de esta enfermedad, contribuyendo con la capacidad de curación y recuperación de los pacientes.