Las últimas dos cartas que dejó Alfonsina Storni antes de arrojarse al mar

Dejó ambas misivas en la habitación de la pensión de La Perla en la que pasó sus últimos días, enferma de cáncer y con dolores insoportables por el avance de la enfermedad. El pedido desesperado por el futuro de Alejandro, su único hijo.

Alfonsina Storni envió su último poema, "Me voy a dormir", al diario La Nación y dejó dos cartas en la pensión de La Perla en la que pasó sus últimos días. Foto: Alfonsina Storni Ed. Nobis - Buenos Aires 1963

21 de Noviembre de 2022 16:04

Por Redacción 0223

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La historia ya es conocida: la madrugada del 25 de octubre de 1938, la poeta Alfonsina Storni abandonó la habitación que ocupaba en la pensión de calle 3 de Febrero 2871, en el corazón del barrio La Perla, y caminó en dirección al mar, decidida a internarse en el agua fría del océano Atlántico. 

Bajo una lluvia torrencial, caminó a lo largo de la calle San Juan (actual Hipólito Yrigoyen) y se dirigió al muelle del ya desaparecido Club Argentino de Mujeres. Su cuerpo fue encontrado cerca de las siete de la mañana por dos obreros que se disponían a iniciar su jornada laboral y desconocían de quién se trataba. Su identidad fue confirmada recién cuando fue trasladada al hospital.

Si bien un monumento de piedra que la homenajea ubicado frente a las playas que también llevan su nombre genera que muchos crean que ese fue el lugar elegido por la poetisa para terminar con su vida; en realidad, Alfonsina se internó en las aguas de Chacabuco y la costa, a la altura del balneario Alicante. Allí, enganchado entre las maderas de la rambla hecha con rieles de ferrocarril, quedó atrapado uno de sus zapatos.

Presa de los fuertes dolores que le provocaba el avance del cáncer de mama y que incluso ya había derivado en la mutilación de uno de sus pechos, Alfonsina viajó a Mar del Plata y se alojó en una de las habitaciones de la pensión de doña Luisa, su amiga de toda la vida. Durante su breve estadía, cumplió con sus compromisos (escribió y envió al diario La Nación el poema “Me voy a dormir”) y, con las últimas fuerzas que le quedaban, redactó dos cartas. Ambas misivas fueron encontradas en la habitación de la casa tipo chorizo de 3 de Febrero al 2800 y confirmaron que su plan había sido premeditado.

Uno de los manuscritos que dejó contenía una única frase, “me arrojo al mar” y llevaba la firma de la poetisa al pie. Los rasgos gráficos de la escritura denotan el impulso nervioso de la mano de Storni, a esa altura, prácticamente imposibilitada para tomar la pluma. El mensaje fue escrito en tinta roja sobre una hoja de papel oficio verjurado color celeste, en cuyas letras de agua lleva la leyenda “La Florida”.

La segunda carta estaba guardada en el interior de su cartera de mano y fue dirigida al novelista Manuel Gálvez, a quien le pedía por el futuro de Alejandro Alfonso, su único hijo. “Estoy muy mal. Por favor… Mi hijo tiene un puesto municipal, yo otro; ruéguele al intendente en mi nombre que lo ascienda acumulándole mi sueldo. Gracias. Adiós. No me olviden. No puedo escribir más”, pedía en la nota.

Alfonsina Storni tenía 46 años. Su cuerpo, tras ser reconocido en la morgue local, fue trasladado en tren a la sede del Club Argentino de Mujeres que funcionaba en calle Maipú al 900 para ser velado y antes de ser llevado al cementerio de la Chacarita.