La historia del "otro" marplatense campeón del mundo y su experiencia inolvidable como auxiliar de la Scaloneta

Iván Guerrero (28 años) es entrenador de básquetbol profesional, con pasado en Peñarol, y este año asumió como coach del seleccionado femenino de Qatar. Pero se anotó como voluntario FIFA, y vivenció todos los entrenamientos de Argentina durante el Mundial. Su experiencia, ante 0223.

Guerrero, con los héroes de la Selección argentina de fútbol.

30 de Diciembre de 2022 17:45

Iván Guerrero sigue subido a una nube, a un sueño, del que es difícil de bajar. Cruces del destino, de su búsqueda personal por crecer profesionalmente como entrenador de básquetbol al dejar Mar del Plata hace dos años, el anuncio de una amiga pese a la incredulidad inicial, el "no" a una oferta seductora de Luxemburgo, lo llevaron de pronto a haberse convertido en auxiliar voluntario del seleccionado argentino de fútbol durante todos los entrenamientos del Mundial de Qatar, con su ídolo Lionel Messi a metros de distancia. Así, en menor medida, puede decirse que se convirtió en el "otro" marplatense campeón del mundo, junto a su coterráneo Emiliano "Dibu" Martínez.

Desde Doha, su residencia desde mayo, el joven de 28 años dialogó con 0223 sobre su magnífica experiencia, ser testigo privilegiado del laboratorio de Lionel Scaloni y compañía para terminar alzando la Copa: "Caigo de lo que viví cada vez que lo hablo, ¿viste?. Imaginate, mi rutina cambió totalmente. Iba a entrenar con mi equipo a la mañana, y a la tarde sabía que iba a ver entrenar al mejor jugador del mundo, a tratar de ayudar para que esté todo en orden y puedan desarrollarse de la mejor manera posible. Y eso ahora lo extraño, por más que haya sido gratuito porque nadie nos pagó nada, la experiencia de estar ahí y ver todo eso se extraña.Lo que lograron estos muchachos fue magnífico, porque un Mundial así, ganándole a equipos pesados, fue increíble. No sé si se va poder repetir", sostuvo con el entusiasmo que mantuvo durante toda la charla.

Desde regular la temperatura de las piletas donde los jugadores se recuperaban, pasando por que no falte nada en el gimnasio, colaborar con los utileros, trasladar los mini arcos y conos, pasarle las pelotas a los jugadores y ser, más distendido, "juez de línea" de los partidos de tenis-fútbol, fueron algunas de las funciones de este marplatense que, junto a otro argentino y un hindú, más el mánager de FIFA, fueron el nexo entre el plantel y la organización del Mundial.

Su camino previo: la medicina, Peñarol, Islandia y Dinamarca, hasta Qatar

Iván Guerrero jugó desde los diez años al básquetbol en Peñarol de Mar del Plata, "pero no llegué a nada", sostiene entre risas. Su amor al deporte lo llevaron a recibirse de entrenador profesional con licencia FIBA, y trabajar en el "Milrayitas", a cargo del equipo femenino del club, y también las categorías U17 y U19. A la par, en 2017, comenzó a estudiar la carrera de medicina en la Universidad Nacional de Mar del Plata. Y le surgió una primera experiencia profesional en el básquetbol de Islandia. Regresó a la ciudad, estudió hasta el cuarto año de la facultad, hasta que llegó la pandemia y en 2020, una oferta de Dinamarca: "En Islandia había jugado un par de torneos escandinavos. Conocí a un argentino que estaba en Svendborg, que es un pueblo danés. Me dijo que estaban buscando entrenadores, mandé mi currículum, les gustó y estuve dos años. Quedaron muy contentos con mi laburo. En enero de este año yo me volvía para Argentina, y recibí de un representante la oferta de Qatar. Me preguntó si me gustaría tener esta experiencia, a nivel Selección nacional, y tenía ese condimento de que se venía el Mundial. Claramente acepté, dije que no me lo podía perder. En mayo vine directamente para entrenar con la Selección mayor femenina, como head coach", relató quien analiza regresar para terminar la carrera de medicina.

En el conjunto qatarí, el marplatense encontró un gran desafío profesional, en el más alto nivel: "Me encontré con una selección muy golpeada pos pandemia. Estoy trabajando en un nuevo proyecto con las formativas, buscando un nuevo futuro con jugadoras jóvenes. Es una cultura diferente y se complica. Pero estoy contento, la gente me apoya en todo lo que pida y haga. Me dan la derecha y ellos están contentos conmigo. Me estoy adaptando a la cultura y la religión, y trabajando, porque hay mucho por hacer acá", manifestó. "Estamos trabajando mucho el básquet 3x3, mucha importancia le dan. Este año tuvimos los Juegos Asiáticos, los del Golfo. Los Juegos de la Solidaridad Musulmana, que es como un panamericano, en agosto. Hay competencias, está bueno, pero falta trabajo."

Una negativa a Luxemburgo y la inscripción en FIFA gracias a una amiga

Una amiga de Iván le comentó sobre la inscripción que habitualmente FIFA abre previo a cada Mundial, para ser voluntario. "Me enteré de casualidad. Ella me comentó que se había anotado, y yo le pregunté  ´¿qué es eso, vas a ir a cortar tickets a la puerta de los estadios o acomodar a la gente?´. Y me comentó que había varias opciones, entre ellas decía que podías acompañar los entrenamientos de una Selección. Que era lo que más realmente me interesaba. Como entrenador de básquet, aprender cosas de otra disciplina era re bueno, más en este nivel máximo, ver cómo se manejan. Me anoté, tuve un par de entrevistas, me dijeron que quedé pero sin decirme para qué equipo", explicó Guerrero su puntapié inicial hacia la gloria. 

Hasta que llegó lo deseado: "el 31 de octubre (20 días antes del inicio del Mundial) me llamaron y me dijeron que iba a ir con la Selección argentina. En ese momento se me salió el corazón de la boca. Fue increíble, porque la verdad que mi ídolo, como el de todos, es Messi. Y poder verlo a él de cerca, ya era un sueño cumplido". El marplatense fue uno de los 20 mil voluntarios del certamen (15 mil residentes, 5 mil internacionales). 

En julio pasado, Iván Guerrero pudo haber cambiado su destino y perderse todo lo que vivió posteriormente. Recibió una oferta muy tentadora del básquetbol de Luxemburgo. Pero el Mundial, pudo más. "económica y deportivamente me seducía. Pero me habían confirmado como voluntario, decidí quedarme, seguir con esta experiencia. Si me iba a ver el Mundial por televisión en Luxemburgo me iba a arrepentir toda mi vida. Hablando con mi familia y amigos, decidí quedarme y fue la mejor decisión que tomé en mi vida, porque realmente es increíble lo que viví este mes", sentenció.

El sueño increíble: ver entrenar a Messi

Argentina goleó a Emiratos Árabes Unidos el 16 de noviembre en Abu Dhabi, y a la par Iván Guerrero comenzó a trabajar en la Universidad de Qatar, concentración del equipo de Scaloni. "Primero conocí el complejo con la persona a cargo de la base de operaciones, preparamos lo que necesitaba la Selección para arrancar, bajamos las cosas de utilería y comenzamos", contó. "Nuestra función era ser el nexo entre la delegación y FIFA, en todo lo que ellos necesiten. Que no les faltara nada. Controlar el riego tal como lo pedían, mover arcos, llamar médicos...Y también controlar los 15 minutos que tenía la prensa para ingresar a los entrenamientos", explicó.

El entrenador marplatense tuvo su primer contacto con la delegación con el entrenador de arqueros Martín Tocalli. "Un fenómeno. Me dice ´seguro que vos no me conocés a mí, pero yo sé que querés ver a Lionel´. Pero sí lo conocía. Hicimos una muy buena relación con los entrenadores de arqueros, con los preparadores físicos, Luifa, Rodrigo, todos unas grandes personas". Pero pese a la buena onda y el respeto, Iván supo mantener la distancia con los jugadores y el cuerpo técnico: "no tuvimos más que un ´hola, cómo va´. O en los últimos momentos de las prácticas, que era más distendido, íbamos a buscar alguna pelota que se iba y ellos mismos hacían alguna broma.  Ellos estaban muy concentrados en la suya y nosotros no queríamos molestar. Ellos van a entrenar y uno entiende que en una competencia de esta envergadura, solo teníamos que ayudar, que era nuestra función", explicó.

"Se han habido situaciones, como estar Lisandro Martínez pegándole con efecto a la pelota para que entre, y se la pasaba yo, y jodíamos con cómo tenía que pegarle. Nos cagábamos de risa y estaba re bueno. Pero pavadas así. Nunca nos pusimos a hablar de la vida", añadió. Guerero también contó que lógicamente tenían prohibido hablar con la prensa: "cuando me hicieron una nota de TyC Sports antes del Mundial, yo estaba conmovido, un poco se viralizó mi historia y tuve miedo que me dijeran algo. La Selección es muy sensible a la prensa, pero no pasó nada", sostuvo.

"Yo seguía trabajando con mi Selección todos los días, y a la tarde me iba a la concentración de ellos, al entrenamiento. Iba dos horas antes, y me iba dos horas después, porque luego de cada práctica se quedaban trabajando y recuperándose con los kinesiólogos, y si necesitaban algo teníamos que estar al pie del cañón. Era una jornada de 8 horas aproximadamente", contó Iván sobre su rutina laboral y especial.

Del golpe ante Arabia a la previa a la final: "Mis amigos me preguntaban la formación del equipo"

Argentina debutó con una derrota dolorosa ante Arabia Saudita, 2 a 1, un golpe que a la postre, llegó a tiempo.¿Cómo fueron esos días antes del partido decisivo ante México? Iván Guerrero lo recuerda así: "En la previa era todo emoción y ansiedad. Pero yo no lo noté tan tenso al ambiente después de esa derrota, la verdad. Es más, hablábamos con los profes, y ellos tenían que seguir laburando, convencidos de lo que estaban haciendo. Ellos siguieron entrenando de la misma forma, y un golpe podía pasar, como en los mejores equipos."

Pero, claro, el Mundial fue largo y las emociones fueron creciendo: "Se vivían todos los estados de ánimo. Alegría, nervios, tensión, pero seguían concentrados y confiados. Se los veía enfocados. Cuando fue la derrota del primer partido, sabíamos que teníamos que estar más disponibles para el equipo todavía, porque claramente teníamos que apoyarlos. El clima iba a cambiar, lo sabíamos. Y a medida que fueron avanzando, nosotros también sentíamos ese nerviosismo. Como todo hincha, queríamos que salgan campeones, más con este equipo que transmitía cosas muy lindas. Se veía en los entrenamientos que era realmente un grupo muy unido, cuerpo técnico y jugadores. Era todo muy fuerte", relató el marplatense.

Claro que su privilegiado lugar de auxiliar y testigo de cada entrenamiento le permitía tener de primera mano las formaciones titulares de Argentina durante el Mundial. Lo que cualquier periodista querría saber. "Mis amigos sobre todo me preguntaban ´¿y qué equipo paró Scaloni?´. Nosotros sabíamos todo, porque en los entrenamientos repartía las pecheras y sabíamos qué equipo jugaría. Pero era parte de nuestro trabajo mantener la cordura y empujar para el mismo lado", explicó. Aunque reconoció, luego: "a mis amigos cercanos, sí. Sabían cómo saldría el equipo, dónde patearía Messi los penales, esas cosas fueron increíbles".

Iván presenció, como hincha, todos los partidos del Mundial: "Por suerte saqué entradas para todos los partidos hasta la semifinal, porque no quería quemar con la final. Como solo estaba en los entrenamientos, los días de partido los tenía libre y pude ir como fan. Eso estuvo buenísimo, era uno más. Alentaba al equipo y al otro día sabía que iba a ver a Lionel y los chicos en la recuperación. Eso fue increíble", comentó. Para la final, AFA le consiguió un ticket, el cual tuvo que abonar. 

Uno de los momentos extraños fue en la previa a Países Bajos, cuando surgió la falsa información que Rodrigo De Paul se había desgarrado y se perdería el resto de la competencia. Eso provocó el enojo de Lionel Scaloni ante la prensa. "Fue rarísimo. Estábamos ahí y yo veía las noticias en mi celular mientras entrenaban y salió lo del supuesto desgarro. Nos dijimos ´¿cómo puede ser si el entrenamiento es a puertas cerradas?´. De Paul había estado en el gimnasio. No sé si desconfiaron de nosotros, nunca dijimos nada. Se filtra muy fácil la información desde adentro, ellos lo saben. Pero nadie nos dijo nada", recordó.

Messi, el ídolo humilde y que replicó los penales que entrenaba 

El sueño de Iván Guerrero era estar cerca de Lionel Messi, y vaya si lo estuvo. Aunque recién en el día previo a la final con Francia pudo pedirle una foto por intermedio de uno de los utileros de la Selección, el marplatense convivió con el astro de Rosario, disfrutar de cerca su talento, y ver cómo practicaba los penales que al día siguiente replicaba de forma exacta. "Como lo ven en la televisión, es en la cancha, en la vida. Un tipo respetuoso, humilde, que no habla mucho. Está metido en lo suyo, hace su trabajo. Muy laburador, y que tiene una magia, un aura...cuando Messi llega al lugar, ya se nota que está él porque cambia el clima. Se pone todo tenso, pero lindo. Diferente. Transmite una energía que sólo puede transmitir él", recordó con admiración. 

"La verdad que cuando lo vi la primera vez, no sabía qué hacer. Si saludarlo o no, era difícil. Y al segundo día de entrenamiento, Lío se confunde de puerta y sale por donde nosotros estábamos tomando mate. Me lo crucé de frente, nos saludó amablemente pero con la cabeza gacha. Es muy humilde. Está muy en su mundo. No molesta a nadie. Pero su energía la notás. Fue una de las mejores cosas que me pasó en este Mundial, poder conocer a Lionel."

El rosarino del París Saint Germain, cuenta Iván Guerrero, se sumaba a cada práctica minutos después que sus compañeros: "Generalmente al principio hacen el famoso ´loco´ y juegan a uno o dos toques, el que toca más veces la pelota le pegan, pero Lío no llegaba a jugarlo. Recién se suma al final de eso, y empieza a entrenar." Iván sostiene que el crack exBarcelona "entrena a un 30 % y después en la cancha sale al 110 %".

Pero lo más maravilloso que le pasó, entre el beneficio de ser voluntario y a la vez hincha en el estadio, fue corroborar cómo Messi pateaba los penales en los entrenamientos y luego los replicaba en los partidos. El mejor ejemplo, fue el convertido al arquero croata Dominik Livaković en semifinales, de un modo distinto al habitual: "Venía pegándole despacito, con esa carrera corta, abajo y a colocar. Estaba con mi amigo atrás del arco y le dije ´Gaby, ayer lo estuvo practicando fuerte y alto, rompiéndole el ángulo arriba, a la derecha, cruzándola". Y cuando Lío lo hizo, mi amigo me abrazó y a los gritos empezó ´¡sos un genio, vos sabías, vos sabías...!´ Eso estuvo re bueno y fue demostrar que hacen las cosas que entrenan. Es así".

Fueron pasando los días, y desde Mar del Plata, familiares y amigos de Iván Guerrero le preguntaban por Whatsapp "¿y para cuándo la foto con Messi?". El propio protagonista sentía también esa ansiedad de eternizar en una imagen el encuentro con su ídolo. "No pedimos fotos hasta el último día previo a la final. Pasaron los octavos, los cuartos, la semi. Y así. Hasta que dijimos ´este es el último día, las tenemos que pedir´. Uno no quiere molestar. Imaginate que les piden fotos todo el tiempo, todo el mundo. Y nosotros estábamos encima laburando, intentando ayudarlos, y encima les pedimos una firma... era romperles la intimidad. Pero en el último entrenamiento nos sacamos", recordó sobre aquel sábado 17 de diciembre.

Pero fue tal su timidez, que Iván apeló a su vínculo con el utilero Juan Cruz Souto: "le pedimos a él que nos hiciera de nexo, cuando terminaron de entrenar, Juan le dijo ´Lionel, estos son los chicos que estuvieron ayudándome todo el mes, podés sacarte una foto con él?´ y accedió de la mejor forma".

Así, el exPeñarol se tomó fotos con Nicolás Otamendi, Ángel Di María, Lautaro Martínez, Enzo Fernández, Julián Álvarez, Pablo Aimar, Franco Armani y Emiliano "Dibu" Martínez, con quien charló pero nunca le dijo que era marplatense como él: "Soy un poco tímido, no me gusta molestar, si fuera cara rota le habría comentado. Estando ahí mismo te das cuenta que hay distancia, que ellos están en la suya. El jugador de fútbol, el cuerpo técnico, por ahí pasa y no te saluda. Ellos entrenan y después del vestuario no los veías más. Al día siguiente sí, cuando ganaban, los esperábamos y los saludábamos y felicitábamos con un ´bien muchachos´, y ellos agradecían. Pero no más que eso".

Iván también valoró la importancia del acompañamiento de Sergio Agüero, Giovani Lo Celso y quienes quedaron afuera de la lista a último momento, en los entrenamientos previos a la gran final: "Con la llegada del Kun, sentí que la situación se descontracturó todo. Él hace chistes, se puso los botines y pateó penales a los arqueros, la verdad que estuvo muy buena su presencia, fue para mejor", entendió.

A modo de síntesis, con el título consumado y la felicidad encima, Iván Guerrero reflejó qué le dejó como experiencia ver los entrenamientos de la selección campeona del mundo. "Me quedó en claro que hay un montón de gente detrás de la Selección, que no fueron solo cuatro entrenadores y 26 jugadores. Hay 3 kinesiólogos, 3 médicos, 3 preparadores físicos, 4 entrenadores de arqueros. Y uno está preparando a uno, otro recuperando a otro. Cuando entrenaban ´Papu´ y Di María diferenciados, estaban con sus recuperaciones personalizadas".

También le llamó la atención la duración de algunos entrenamientos: "Me parecían cortos, de 45 minutos, y decías ´cómo puede ser?´. Pero entiende uno que la competencia es corta, intensa, y los jugadores titulares no pueden entrenar más que eso, y regulando." Y observó la importancia del rol del cuerpo técnico respecto al manejo de la presión: "He notado mucho que las entradas en calor son todas didácticas, puro juego. Messi es igual que Almada. Ocupa el rol de uno más, ahí no es jugador. Y todos quieren ganar, y se ríen, y está muy bueno porque notás que les quita presión. Nunca sentí en algún momento que el cuerpo técnico hablara de que ´tenemos que ganar´. Nadie hablaba de eso. Poca presión. Eso me llamó la atención porque uno como entrenador siempre quiere ganar e inculcarle a los jugadores ese espíritu. Pero acá nunca fue necesario al menos en los entrenamientos."

Ver futbolistas de elite en primer plano, al costado del campo de juego e incluso a veces realmente al lado, fue un privilegio al margen de la emoción como hincha. Ver la calidad de los jugadores fue otro aspecto que guardará por siempre Iván: "Tienen un guante en el pie. Al día siguiente de la derrota con Arabia Saudita, estaban De Paul y ´Papu´ Gómez pegándole a la pelota. Todos estaban en el gimnasio pero ellos se fueron a la cancha y jugaban a colocarla a los arquitos chiquitos desde larga distancia, a dejarla sobre una línea, o pegándole desde el córner con efecto, y lo hacían. Es increíble la calidad que tiene. Y todos, eh. No había uno que dijeras ´este es medio maleta´. Pezzella, Guido Rodríguez, que fueron los que menos jugaron, cuando le pegaban al arco tenían una calidad increíble", expresó. Aunque desde su mirada de entrenador de básquetbol, que siempre se pide que sus jugdores no erren los tiros fáciles como una bandeja, relató: "Pero los jugadores de fútbol erran mucho, con el arco vacío, sin arquero, sin defensa. Eso me sorprendió bastante".

Por último, recordó la intensidad de los entrenamientos de los arqueros "Dibu" Martínez, Gerónimo Rulli y Franco Armani: "los ví siempre muy de cerca. Los tipos vuelan, se tiran y caen, no regulan. Es totalmente diferenciado al entrenamiento del equipo. Recién interactuan con los jugadores de campo al final de la práctica, con unos tiros al arco. Después de entrenar por ahí jugaban un fútbol-tenis y yo estaba ahí atrás tirándoles las pelotas. Nos reíamos, o les hacía de árbitros controlando las líneas."

"Después de la final no los pude ver. El día previo sacamos todo con los utileros porque ya se iban a las 3 de la mañana. Los ayudamos a desmantelar todo, cargar el camión y se fueron. Después nos mandamos mensajes con los utileros, con Luifa, felicitándolos, a José Alcaraz que estaba en Estados Unidos e hizo el scouting. Ellos nos agradecieron por el laburo. Fue algo inolvidable para todos."

Qatar, ahora

Iván Guerrero retomó la rutina habitual el mismo 19 de diciembre posterior al triunfo de Argentina ante Francia, con una alegría inmensa, todavía "pellizcándose" la piel. De a poco, Doha y todo Qatar empezó a "desmundializarse".

A doce días de finalizado el campeonato, el marplatense analizó cómo se vivió el Mundial allí: "Hubo mucha deserción por parte de europeos,que no han venido. Se notaba en la cancha que no había gente. Sí argentinos, mexicanos, de Arabia. Pero mismo en el partido ante Países Bajos, había solo 600 de ellos. Muchos de India, del extranjero que apoyaba a Argentina". Y una de las explicaciones que encuentra al poco caudal de hinchas, fue la prohibición del acceso al alcohol: "eso hizo como que le faltara la pólvora necesaria para la fiesta. Eso a los europeos les gusta mucho. Y acá son muy estrictos con sus reglas. No iban a cambiar algo por más que sea un Mundial. Creo que ahora Qatar tendrá una salida de gente muy grande, porque se acabó el torneo, gente que vino a trabajar se está yendo en estos días. Y quiero ver cómo estará en enero y febrero el país. Tienen eventos como la Copa de Asia, pero no va a volver a ser lo mismo como el Mundial", sentenció, antes de valorar la buena impresión que dejó el país en cuanto a lo organizativo: "el transporte funcionó y fue gratuito. El acceso a los estadios. En eso, Qatar fue de primera".