A 40 años del regreso de la democracia, ¿cómo fue aquella primera sesión del HCD en 1983?

Un 5 de diciembre de 1983 se llevó adelante la Sesión preparatoria del Honorable Concejo Deliberante. Pero no era una sesión cualquiera. Se trataba de la primera sesión de ese cuerpo legislativo después de siete años de dictadura en el país.

Los concejales presentes en esa histórica sesión fueron: Argueso, Benítez, Bonavida, Cabrera, Cano, Córdoba Ruiz de Huidobro, Dematteis, del Rosso, Gelemur, Guerrero, Junco, Lockhart, López Oliver, Martín, Palazzo, Pi de la Serra, Rech, Remaggi, Reyes, Saggese, Scotti, Siccardi, Sirochinski y Vitarella. Los 24 concejales electos en las primeras elecciones después de la larga noche de la dictadura cívico militar.

Veinte minutos habían pasado de las diez de la soleada mañana, cuando el funcionario municipal Faustino Chavarri, secretario “ad – hoc” procedió a la apertura del acto, dando lugar e invitando al concejal de mayor edad a que presidiera la sesión (como indica la Ley Orgánica de las Municipalidades) hasta que se decidieran las autoridades. Es así que Mario Del Rosso, por el partido Unión Cívica Radical, asumió provisionalmente la presidencia y, siguiendo la tradición, designó al concejal de menor edad para que actuara como su secretario: el doctor Luis Rech por el mismo partido.

A continuación, los concejales de las distintas bancadas (Unión Cívica Radical, Partido Justicialista, Movimiento de Integración y Desarrollo y Alianza Demócrata Socialista) restituyen la vigencia del Reglamento Interno del HCD que había regido hasta el 23 de marzo de 1976, devolviéndole el
movimiento interno y democrático al poder legislativo municipal. 

La sesión pasó a un cuarto intermedio y retomó la actividad a las 19 del mismo día, pero esos pocos minutos alcanzaron para emocionar y reflexionar sobre el costo de esos años para la democracia. Quizás hoy, muchos no logren dimensionar lo histórico de aquellos pocos minutos, pero para eso juega
el deber de la memoria, para evitar los mismos errores del pasado y ver cuáles pueden ser las consecuencias de esos yerros.

Formada la Comisión de Poderes del cuerpo, cinco minutos después de las siete de la tarde se retomó la sesión. Se desarrollaron los protocolos de entrega de diplomas y elección de autoridades, así como el pedido de licencia de José Cano, quien iba a ocupar el cargo de secretario de Economía y Hacienda del Municipio, ingresando como su suplente el concejal López Oliver.

El primero en hablar fue el concejal por la UCR Carlos Martín: “Obviamente, el primer sentimiento que golpea nuestro espíritu es la emoción de sentirnos protagonistas de esta incipiente y postergada democracia. Esta democracia que transformará a la intolerancia en la tolerancia abierta y razonable, en
el debate que supone el pluralismo partidario. Y este sentimiento de emoción está, yo estoy seguro, en todos nosotros acompañado de otro que es igualmente dominante, cual es el de la responsabilidad que sentimos pesar sobre nosotros, porque nos sentimos desde estos modestos puestos donde nuestra población, nuestros conciudadanos nos han querido ver, depositarios casualmente de la esperanza de este pueblo”. Para cerrar diciendo, “Y si quisiéramos hacer una síntesis de cuál es el espíritu, de cuál es el motor que nos anima en esta tarea que en común iniciamos, yo diría, señor Presidente, que aquí estamos para que nuestros hijos puedan crecer libres de miedos y de odios”.

Por su parte, Jorge Córdoba Ruiz de Huidobro, presidente del bloque del PJ, agregó: “Este marco de la democracia es el único que nos va a permitir a nosotros, concejales de Mar del Plata, trabajar para mejorar la calidad de vida del hombre que tanto la merece para que el hombre, el niño y la mujer de
Mar del Plata transiten su libertad con dignidad”. 

Ricardo Junco, desde la Alianza Demócrata Socialista, añadió: “Debemos admitir que será responsabilidad de todos contribuir a fortalecer esta salida democrática que para muchos será una novedad y que encontrará críticas persistentes de los enemigos de la libertad que añoran regímenes autocráticos. No deseamos más la vuelta de los salvadores, de los iluminados, de los endiosados. Que los gobernantes sean expresión de las urnas y no de la conjura que irrumpe los mandatos populares. El compromiso ha sido asumido por todos”.

Por último, el representante del MID, José Vitarella, insistió en que, “Debemos recordar el pasado inmediato los argentinos, porque no es cerrando las puertas al pasado como vamos a garantizar la vigencia de las instituciones y de la democracia. Los años tenebrosos que ha vivido la Argentina
significan una gran lección y un dura precio que se ha pagado con vida de otros y con angustia de todos”.

Al finalizar las palabras de cada uno de los bloques políticos que conformaban el Concejo Deliberante, se decidieron las autoridades, las primeras autoridades luego de siete años de dictadura. La responsabilidad recayó en Néstor Mario Sagesse como presidente, Raúl Héctor Reyes para
vicepresidente y seguido de este Pablo Sirochinski.

Culminaba aquella primera sesión histórica. La última sesión previa al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 había sido el 9 de ese mismo mes. Es decir que, durante 7 años y siete meses, el silencio se había apoderado del recinto del Consejo Deliberante. Un largo silencio que se pagó muy caro, pero
que, a partir de ese 5 de diciembre, al menos desde lo dicho, se asumía el compromiso y la responsabilidad de defender los valores democráticos.
Ya con los concejales electos y en funciones, el espacio Legislativo estaba dispuesto a recibir al Intendente elegido en las votaciones del 30 de octubre de 1983: Ángel Roig.

Ángel Roig había encabezado la lista de la Unión Cívica Radical, la que ganó con 115.304 votos, representando el 51 por ciento de los votos en el Partido de General Pueyrredon. En la misma elección se eligieron los 24 concejales para conformar el HCD, fue de esta manera por única vez, resultando 14 bancas para la UCR, 6 para el PJ, 2 para el MID y 2 para la Alianza Demócrata Socialista.

El 11 de diciembre de 1983, a las 18.40 de la tarde, el Intendente electo Ángel Roig, asumió y juró en su nueva función: “Yo, Ángel Roig, juro por Dios y por Ia Patria desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de lntendente Municipal del Partido de General Pueyrredon y observar y hacer observar
fielmente las leyes que reglamentan su ejercicio. Si así no lo hiciere, Dios y la Patria me lo demanden”.

No hubo palabras ni discursos por parte del flamante Intendente. Tenía 54 años y era la tercera vez que se presentaba como candidato a la intendencia del partido de General Pueyrredon. La democracia comenzaba a transitar sus nuevos primeros pasos.