La historia de 300 palabras

La historia de las palabras también nos cuenta el momento en que transita la humanidad. 300 ejemplos que sorprenden desde su uso primigenio hasta el actual.

El cine y la música han popularizado la representación del “muerto viviente”.

12 de Febrero de 2023 08:06

Como todo, las palabras tienen su propia historia. Una historia que, en la mayoría de los casos, viene de mucho tiempo atrás y, en otros es más reciente. Pero esa historia también habla de cruces fronterizos. “La historia de nuestra lengua está llena de préstamos del latín, el griego, el árabe, el vasco, el francés o el inglés, que se han adaptado en su forma y muchas veces también en su significado” nos dice Juan Gil, autor de 300 historias de palabras. Cómo nacen y llegan hasta nosotros las palabras que usamos (Espasa – 2015).

El libro busca desandar el camino de cada una de las 300 palabras. Camino que nos muestra no solo su origen etimológico sino, también, la actualización de su significado y desde cuando la Real Academia Española lo incluyó en su diccionario.

Dice Lope de Vega: ¡Caso extraño, que el lenguaje / tiene sus tiempos también: / Vienen a ser novedades / lLas cosas que se olvidaron.

De ahí la necesidad que ve Juan Gil para este estudio diacrónico de la lengua.  

1 Academia.

El término academia entró en el español del siglo XVI para hacer referencia, en primer lugar, a la escuela filosófica fundada por Platón en torno a 387 a. C. Y con este mismo nombre proliferaban ya por entonces en la Italia renacentista, y comenzaban a extenderse por el resto de Europa, sociedades científicas, literarias y artísticas con patrocinio público.

Pero para acercarse al origen de la palabra hay que remontarse al mito y, más concretamente, al héroe ateniense Academo, quien dirigió los pasos de los gemelos Cástor y Pólux hacia la fortaleza de Afidna cuando estos sembraban la destrucción en el Ática en busca de su hermana, la bellísima Helena, que había sido raptada por Teseo. A este personaje mítico se le atribuía la posesión de una gran finca situada en las cercanías de Atenas, la Akadḗmeia, propiamente ‘el jardín de Academo’, que, en recuerdo de la ayuda ofrecida a los Dioscuros, fue siempre respetada por los espartanos. Allí reunía Platón a sus discípulos, de modo que su escuela de filosofía tomó también este nombre. De él se deriva la voz latina Academīa, que daría lugar al término castellano —aunque el desplazamiento del acento se deba, probablemente, a la influencia del acadèmia italiano— y tomaría en nuestra lengua los significados que hoy conocemos.

DRAE: La voz aparece ya en el Diccionario de autoridades de 1726 con varios significados: «Lugar de Atenas donde Platón enseñaba la filosofía»; «Estudio general, dicho comúnmente Universidad, donde se enseñan las ciencias y facultades»; «Junta o congreso de personas eruditas que se dedican al estudio de las buenas letras»; «Juntas literarias, o certámenes que ordinariamente se hacen para celebrar alguna acción grande», y «Academias de Pintura, Escultura, de Música y de otras Artes liberales donde concurren los profesores de estas facultades, para conferir y adelantar lo que conduce a su mayor perfección y aumento». Con el significado general de «establecimiento en que se instruye a los que han de consagrarse a una carrera o profesión» puede encontrarse en 1884.

Este libro busca desandar el camino de 300 palabras a lo largo de su historia.

2 Ajedrez.

Aunque su origen se pierde en el mito, en su forma actual el juego del ajedrez parece ser originario de la India, donde sabemos que se practicaba en el siglo V; desde allí pasó a Persia, y fueron los árabes quienes lo extendieron por Occidente. La presencia árabe facilitó la difusión del ajedrez en la Península y el rey Alfonso X el Sabio mandó traducir y recopilar en su Libro de ajedrez, dados y tablas (1283) diversos tratados árabes sobre el juego.

La palabra, como es de esperar, siguió un camino paralelo: el castellano, donde no está documentada antes del siglo XIII, la tomó del árabe hispano aššaṭranǧ o aššiṭranǧ, derivado del árabe clásico šiṭranǧ, y este del sánscrito čaturaṅga, literalmente, ‘de cuatro miembros’, lo que alude a las cuatro armas del ejército indio. Estas eran infantería, caballería, elefantes y carros de combate, que aparecen representados en el tablero por los peones, los caballos, los alfiles y las torres, respectivamente. Su función, claro, es defender al rey (šāh JAQUE).

DRAE: El término ajedrez se recoge ya en el Diccionario de autoridades de 1726, aunque con la grafía axedrez, que era la entonces empleada y que se mantendría en las sucesivas ediciones hasta 1817. Se define así: «Juego que se compone de diferentes piezas, la mitad blancas, y la otra mitad negras, que son dos reyes, dos reinas, cuatro alfiles, cuatro caballos, cuatro roques o torres, y dieciséis peones».

3 Hipopótamo.

Pese a su aspecto calmado y a su condición de herbívoro, el hipopótamo es un animal feroz. Puede llegar a pesar cuatro toneladas y vive en los lagos y ríos africanos, donde pasa sumergido gran parte del día. Los más recientes estudios genéticos, de hecho, parecen emparentarlo directamente con los cetáceos. No era esta, lógicamente, la idea existente en la Antigüedad. Así, los griegos lo llamaron hipopótamos, de híppos, ‘caballo’, y potamós, ‘río’; literalmente, por tanto, caballo de río. De esta voz se deriva la española (documentada ya en el siglo XVI), a través del latín hippopotămus.

Heródoto, el padre de la historia, afirmaba que los egipcios rendían culto al hipopótamo. Y así era, en efecto. Aunque, en realidad, el hipopótamo macho era sobre todo temido. Se consideraba una encarnación del mal y estaba ligado al dios Seth. Como tal, era enemigo del faraón —encarnación terrestre de Horus—, por lo que son muchas las representaciones de los monarcas egipcios dando caza a hipopótamos. El hipopótamo hembra, por el contrario, tenía atributos benévolos y, asociado a la diosa Tauret, se consideraba protectora de la maternidad.

DRAE: Así se define el término en el Diccionario de autoridades (1734): «Animal feroz que se cría en los grandes ríos, y particularmente en el Nilo. Tiene dos uñas hendidas como el buey: el cuello, crin y espalda de caballo, y relincha como él. Tiene el rostro romo, la cola torcida, y los dientes como los colmillos del jabalí. Dicen pretende tener acceso con su madre, y si el padre lo defiende le hace rostro, y le mata si puede».

Los griegos lo llamaron hipopótamo que significaba caballo de río.

4 Negocio.

El término negocio tiene diferentes significados relacionados entre sí, aunque el más común es el de “ocupación o trabajo, especialmente aquel en que se persigue un beneficio económico”. Se documenta en castellano en la primera mitad del siglo XIII y procede del latín negotium, un derivado de otium, ‘reposo, descanso’, formado mediante la anteposición del adverbio negativo nec: literalmente, “no ocio”. Si atendemos a la etimología, por tanto, el negocio es lo opuesto al ocio, aunque el otium latino pudiera estar consagrado a las letras o a las artes. Del mismo modo, el otiousus dies, día de descanso, se opone al dies negotiosus, día laborable. Son estas, por cierto, cuestiones que no está de más recordar, incluso recurriendo al latín, en estos tiempos de tanto ajetreo, en los que la ociosidad —pese a ser catalogada como la madre de todos los vicios— constituye un verdadero privilegio.

DRAE: El término se recoge ya, aunque con significado muy general, en el Diccionario de autoridades (1734): «Término genérico con que se significa cualquiera ocupación, empleo o trabajo».

5 Robot.

La palabra robot, máquina programada para realizar automáticamente operaciones y movimientos propios de las personas, es otra de las voces españolas de origen checo. Concretamente, procede de robota, trabajo, prestación personal, en particular la de los siervos de la gleba, aunque entrara en muestra lengua a través del inglés robot. El término fue utilizado por el escritor Karel Čapec en una de sus obras de teatro, R. U. R. (Robots Universales Rossum), donde daba nombre a un androide que ejecutaba las tareas normalmente reservadas a los humanos. La obra, estrenada en Praga en 1921, tuvo gran éxito internacional, lo que facilitó la difusión del vocablo. Desde entonces el desarrollo de la robótica ha sido espectacular, pero el interés general por los robots se relaciona, fundamentalmente, con la literatura y el cine de ciencia ficción, en los que se pone de manifiesto tanto la fascinación como el temor hacia seres carentes de cualquier sentimiento. Ello se manifiesta también en el lenguaje, donde robot ha desarrollado un significado derivado, generalmente cargado de connotaciones negativas: autómata, persona que se comporta como una máquina.

DRAE: La voz se recoge por vez primera en la decimonovena edición, de 1970: Ingenio electrónico que puede ejecutar automáticamente operaciones o movimientos muy varios.

Robot procede de robota, trabajo, prestación personal, en particular la de los siervos de la gleba.

6 Zombi:

El cine y la música han popularizado la representación del “muerto viviente”, devuelto a la vida por arte de brujería y hechizo con el fin de dominar su voluntad (...) Es más que probable que la palabra zombi tenga su origen en África occidental, donde al parecer podría haber dado nombre a una divinidad con forma de serpiente. Desde África, habría saltado al continente americano a través del tráfico de esclavos, asentándose en la lengua criolla de Haití. Es conocida la vinculación racial, lingüística y, en amplio sentido, cultural entre Haití y África. De hecho, la palabra zombi se encuentra claramente asociada al nombre de la isla caribeña donde floreció el vudú —otra voz, por cierto, de origen africano occidental, que significa ‘espíritu’—, término que engloba un conjunto de creencias y prácticas religiosas sincréticas de amplia difusión entre las comunidades negras de América y también del sur de Estados Unidos. El culto a las serpientes, el sacrificio ritual, el trance como vía de comunicación con los dioses africanos primigenios y, por supuesto, los zombis, serían sus elementos definitorios.

DRAE: El término se recoge por vez primera en el Diccionario manual de 1985, y se incorpora al usual en la vigesimoprimera edición, de 1992: En Haití y sur de Estados Unidos, cuerpo del que se dice que es inanimado y que ha sido revivido por arte de brujería. || Antiguamente, la deidad de la serpiente pitón en los cultos vudúes del África occidental.

300 historias de palabras. Cómo nacen y llegan hasta nosotros las palabras que usamos nos muestra la enorme riqueza y lo sensible de las palabras y de su uso.