Condenan por homicidio a Camilita, la joven que vende videos eróticos desde la cárcel

Sofía Camila Ibarra Salazar tiene 22 años y está presa desde el 2020, acusada de organizar un robo en un prostíbulo clandestino de la capital mendocina en el que había trabajado y en el que murió un presunto proxeneta. Esta semana afrontó un juicio abreviado y fue condenada a 13 años de cárcel por participar del crimen como autora intelectual, pero eso no le cambió su rutina en la prisión: apenas unas horas después de recibir la condena, siguió vendiendo contenido erótico desde la cárcel.

Camilita se hizo tristemente célebre el mes pasado, cuando se supo que se saca fotos en su celda y hace videos con su celular, y los vende a través de su perfil de Facebook, algo que está prohibido por el Servicio Penitenciario. Recaudó muy buen dinero, que se deposita en una cuenta que está a nombre de su madre. Así, el negocio queda en familia y Camilita podrá usar lo recaudado cuando salga de prisión. Aunque no será en breve.

La joven fue juzgada es el asesinato de un balazo en la cabeza de Marcos David Figueroa, un supuesto proxeneta que dirigía un prostíbulo clandestino dentro de un complejo de departamentos de la capital mendocina en plena pandemia.

Acorralada por las pruebas que se acumularon en contra suya como autora intelectual del crimen, Ibarra reconoció su responsabilidad en el hecho en un juicio abreviado y acordó la pena con la fiscal de Homicidios Claudia Ríos.

Ante la confesión de la acusada, el juez Ramiro Salinas le dictó una pena 13 años y cuatro meses de cárcel, de acuerdo a lo que publicó publicó el diario El Sol. La misma condena recibió María Fernanda Albares, una de sus cómplices.

Apenas seis horas después de escuchar la decisión de los jueces, “Camilita” volvió a las redes para seguir con su lucrativo negocio en prisión y publicó una nueva historia. “Venta de contenido súper hot”, escribió junto con una foto de sus partes íntimas tapadas con emojis.

La joven convicta pública el número de celular, una de las polémicas que se genera con los detenidos, y escribió: “Al que le interese que me hable”. Según indicaron los medios locales, Camila vendía en 2 mil pesos el “pack” de 20 fotos, cobra $3.000 por sus videos (filmados en la celda) y también ofrecía un servicio de videollamadas por mil pesos más para comunicarse con sus clientes desde el penal.