Detuvieron a uno de los prófugos por el crimen del empresario descuartizado
Es el desarrollador inmobiliario Maximiliano Pilepich, una de las últimas personas que vio con vida a Fernando Pérez Algaba. Continúa la búsqueda de Nahuel Vargas, su principal cómplice.
Por Redacción 0223
PARA 0223
La Policía Bonaerense detuvo este miércoles en Paso del Rey a Maximiliano Pilepich, uno de los principales sospechosos del asesinato de Fernando Pérez Algaba, de 41 años, el empresario asesinado y descuartizado.
Pilepich permaneció refugiado en la casa de una mujer dedicada al negocio inmobiliario. Fuentes del caso confirmaron que la camioneta Ford EcoSport de Pilepich fue hallada en la zona y fue la que condujo a su aprensión, luego de una búsqueda dirigida por la DDI de Lomas de Zamora y el Departamento de Homicidios de la zona.
Nahuel Vargas, su principal cómplice, continúa prófugo, con un pedido de captura internacional ordenado por el fiscal Marcelo Domínguez. Ambos era amigos y socios de "Lechuga" y ahora están imputados por el delito de "homicidio cuádruplemente agravado por haber sido cometido mediante el uso de arma de fuego, con alevosía, por codicia y por el concurso premeditado de dos o más personas".
Para la Justicia, “entre las 18 del martes 18 de julio y las 3 AM del miércoles 19, Maximiliano Ezequiel Pipelich, Nahuel Sebastián Vargas, Matías Ezequiel Gil, Luis Alberto Contreras, Alma Nicol Chamorro, Horacio Mariano Córdoba, Flavia Lorena Bomrad y Fernando Gastón Martín Carrizo, actuando de manera premeditada entre sí, provocaron dos lesiones de arma de fuego en la parte posterior del torso de Fernando Pérez Algaba”.
Con esta novedad, ahora son 6 los detenidos en la causa por el crimen del trader: Pilepich, Gil, Contreras, Carrizo Chamorro y Bomrad. Vargas permanece prófugo y pesa sobre él una orden internacional de captura.
Hasta donde se sabe, el 18 de julio a las 5 de tarde "Lechuga" se reunió en un descampado de la localidad de General Rodríguez con Pilepich y Vargas, dos hombres que habían tenido con él una relación de amistad y de negocios, pero con quienes se había enemistado por una supuesta estafa inmobiliaria y porque le debían 150 mil dólares.
En un primer momento, ambos prestaron declaración de forma espontánea en la causa en calidad de testigos, porque fueron los últimos que vieron con vida al trader. Ante el fiscal, aseguraron que, el día anterior, le habían abonado 90 mil dólares en una escribanía y que habían acordado reunirse en ese inhóspito lugar para saltar el resto de la deuda. De acuerdo a su versión, una vez que terminaron la transacción, el trader se quedó allí solo con su perro "Kupper" y con los 60 mil dólares, a la espera de que alguien lo pasara a buscar.
Aunque no pudieron precisar a quién esperaba Pérez Algaba, dijeron que cuando se fueron del predio, cruzaron un auto en dirección contraria, del que tampoco pudieron aportar marca, modelo o color. El perro, de raza bulldog francés, fue encontrado días después deambulando por la zona de Villa Lugano.
Sin embargo, para los investigadores había varios "cabos sueltos" en el relato de los dos hombres, que los llevaron a profundizar esa línea investigativa. Finalmente, este lunes el juez ordenó 18 allanamientos. Se llevaron a cabo inspecciones en Moreno, Hurlingham, Lomas de Zamora, en Pilar, en Capital Federal, en Morón, en San Miguel, Tres de Febrero e Ituzaingó.
El lugar más importante entre los que allanaron es un edificio donde se sospecha que descuartizaron a Pérez Algaba. Se trata de un edificio de cuatro pisos y planta baja que aún está en construcción, ubicado en la calle Londres al 1665, en el partido de Hurlingham, donde los peritos recabaron rastros que podrían ser compatibles con manchas hemáticas.
Los investigadores pudieron establecer que, desde las 7 de la tarde del 18 de julio hasta la mañana del 19, hubo entrecruzamiento de llamadas entre los implicados y movimientos extraños delatados por los posicionamiento de los celulares en el mapeo de antenas. A eso se sumó una reciente declaración de un testigo de identidad protegida que aseguró que "Lechuga" le dijo ese 18 de julio: "Maxi me cagó, estoy yendo para el campo".
Para reconstruir los movimientos de los sospechosos también fueron de gran ayuda para los investigadores las cámaras de seguridad del oeste del conurbano, en sincronización con la geolocalización de los celulares de los imputados, que se movieron en, al menos, dos vehículos.
Por el peso de todos esos indicios y de la prueba recabada en la causa, el juez ordenó, finalmente, la detención de Pilepich, de Vargas y de sus cuatro cómplices, que se suman a la mujer trans que, hasta el domingo, era la única que permanecía en prisión por el crimen.
Un subcomisario involucrado fue pasado a disponibilidad
Sobre Oscar Córdoba no pesa aún un pedido para apresarlo, pero también fue imputado en el crimen de Pérez Algaba. Se trata de un subcomisario de la Policía de la Ciudad a quien el fiscal pidió investigar por su presunta participación en el crimen y fue pasado a disponibilidad en la fuerza mientras avanza la causa y se analiza su responsabilidad, informaron hoy fuentes policiales.
Aunque el juez no le concedió al fiscal la orden para detener a Córdoba, al haber sido imputado en la causa por la fiscalía, las autoridades de la Oficina de Transparencia y Control de la fuerza porteña resolvieron el pasado lunes pasarlo a disponibilidad mientras avanza la causa.
El Ministerio Público cree que Córdoba le entregó a Pilepich un número de abonado telefónico con el que el acusado mantuvo diversas comunicaciones -incluso con el comisario- entre el 18 y 19 de julio pasado, días en los que se cree que Pérez Algaba fue asesinado de dos tiros por la espalda y luego descuartizado y arrojado a un arroyo de Ingeniero Budge dentro de una valija y un bolso.
Quiénes son los otros imputados
- Maximiliano Pilepich: es un emprendedor inmobiliario de la zona de Hurlingham que se reunió con "Lechuga" y Vargas en un loteo de General Rodríguez para, según sus dichos, saldar una importante deuda en dólares que tenía con el empresario descuartizado. La camioneta Mercedes Benz en la que llegó hasta allí, continúa desaparecida. Además, tenía una larga relación de amor-odio con Pérez Algaba.
- Nahuel Vargas: es un ex amigo de Fernando Pérez Algaba y socio de Pilepich. También estuvo presente en esa última reunión y fue quien llevó hasta allí a "Lechuga", a bordo de una Range Rover Evoque blanca que fue peritada en busca de manchas de sangre. Se encuentra prófugo.
- Luis Alberto Contreras: es hermano de Alma Nicol Chamarro, quien cayó por la valija en la cual se hallaron parte de los restos del trader asesinado. En la localidad de Ingeniero Budge, lo conocen como “Pepe Tiratiros” o “Pitón”. Los investigadores lo definen como “un pesado que opera en la zona de La Salada” y, como su alias lo indica, es contratado para realizar “aprietes” a los tiros. Vive a tres cuadras de donde encontraron el cuerpo. Un testigo asegura haberlo visto con "Kupper", el perro bulldog francés del empresario, horas después del homicidio.
- Flavia Lorena Bomrad: es gestora y era amiga de “Lechuga” Pérez Algaba. A la vez, trabajaba para Pilepich con quien tuvo comunicaciones el día de la desaparición de la víctima. Los investigadores encontraron en su auto sangre, pelos y un aro que serían de la víctima. En un primer momento, había declarado como testigo en la causa.
- Matías Ezequiel Gil: también trabajaba para Pilepich como "prestanombre", aunque en su registro laboral aparezca como empleado de un socio del dueño del predio “Renacer”, el barrio cerrado de General Rodríguez al que fue la víctima para cobrar una deuda poco antes de ser asesinado. Gil está sospechado de haber transportado el cuerpo de "Lechuga" en su auto VW Polo.
- Gastón “Tonga” Carrizo: oriundo de Hurlingham, es amigo y empleado de Pilepich. Sería la persona encargada de la seguridad en otro de sus emprendimientos sin finalizar en la calle Londres, donde podrían haber descuartizado al comerciante. Los detectives pudieron asentar que existieron varias comunicaciones entre él y Pilepich en el momento en el que pudieron haber cometido el crimen.
- Alma Nicol Chamorro: la mujer trans fue la primera detenida en la causa. Vive en situación de calle y se cree que fue la última persona que tuvo en su poder la valija en la que estaban las extremidades seccionadas del empresario, que fue arrojada en un arroyo de Ingeniero Budge, en Lomas de Zamora. El fiscal llegó a ella por una serie de documentos pertenecientes a una familia, que fueron encontrados dentro del equipaje.
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