Guías a la par: los atletas que hacen posible el deporte adaptado en Mar del Plata

Desde 2017 acompañan a atletas ciegos y disminuidos visuales. Actualmente son 35 las personas que asisten a deportistas en las disciplinas de atletismo, ciclismo y montañismo.

20 de Agosto de 2023 14:24

Domingo, 6 am. Miles de atletas profesionales y amateurs realizan su entrada en calor en la costa a metros de los icónicos lobos marinos detrás del vallado dispuesto para garantizar la organización de la Maratón de Mar del Plata. Aunque hay quienes prefieren utilizar la remera del grupo con el que se prepararon durante meses para el evento, la mayoría llega con su remera técnica y el dorsal correspondiente. Minutos antes de la largada van ingresando a la manga en busca de un buen lugar de salida que les permita correr “sin tener que esquivar gente” o sobrepasando la menor cantidad posible.

7 am. Conteo y largada de elite. 7.05, conteo nuevamente y largada de atletas adaptados. 7:10, último conteo. Empezó la fiesta. Entre los runners de remeras azules que rezan en naranja “Run your way” -corre a tu manera/marca tu camino- se destacan personas remeras verde flúo que van atadas a atletas con problemas visuales y son aplaudidos por el público que se agolpa en cada edición. Son Guías a la Par.

Los Guías a la Par surgieron en 2017, cuando Marisa Arregui estudiaba Terapia Ocupacional y tuvo la inquietud de convertirse en guía de personas ciegas ya que era algo que le faltaba a Mar del Plata y tampoco había, en ese entonces un lugar para capacitarse. 

“No tenía un lugar para capacitarme, entonces me contacté con José Luis Campo, profesor mío en la facultad en ese momento de la cátedra de deporte, y él me contactó con una chica ciega y con ella empezamos a crear códigos y aprender en esto de guiar a una persona con discapacidad visual en el deporte”, recuerda en diálogo con 0223 Marisa. La iniciativa rápidamente fue aceptada entre los deportistas que en menos de dos meses tenía consultas para entrenar con otros atletas con problemas visuales. “Empezamos en la pista de atletismo y a los dos meses de ir con esta chica ya había tres o cuatro personas ciegas que querían que venían a la pista para que yo los guiara. Entonces, charlando con Campos surgió la idea de crear un espacio para que las personas ciegas pudieran hacer actividad física y para eso necesitaba guías porque yo sola no podía guiar a todos”, cuenta.

La necesidad de un guía no era lo único que necesitaba Marisa, “también necesitaba que sea un voluntariado porque tampoco teníamos dinero como para crear un grupo y pagar a las personas para guiar”, dice. entonces realizaron el 17 de mayo de 2017. La fecha no fue casual: en esa fecha se conmemora el Día Internacional del Guía del Deportista Ciego. A ese encuentro asistieron cinco personas, de las cuales tres quedaron como guías fijos. “Quedamos para los domingos, encontrarnos en Plaza España, para ofrecer un espacio donde la persona tuviera un guía voluntario, la persona ciega, para poder correr o caminar por la costa. En un primer momento inició con dos personas ciegas y estos tres guías voluntarios y yo”, recuerda.

Hoy en día tenemos 35 personas con discapacidad visual y personas con otra discapacidad que funcionan como guía, como personas con síndrome de Down que son guías de personas ciegas, o alguna persona con discapacidad intelectual que también funcionan como guías y eso está muy bueno porque hace lo que comprueba lo que nosotros, la idea que nosotros tenemos de inclusión”, explica Marisa, quien define a la ONG como “un grupo de amigos que corre y que uno está atento a la necesidad del otro, no importa si tienes discapacidad o no, acá lo que se adapta es la actividad para que todos la podamos hacer”.

Los guías se capacitan, realizan talleres periódicamente y difunden las actividades en sus redes sociales. "Las capacitaciones constan de una parte teórica donde se habla de discapacidad, de terminología, de un montón de cosas que sacan estos mitos que hay sobre la discapacidad y una parte práctica, donde los guías se ponen un antifaz y son guiadas por nuestros guías ya experimentados que les enseñan la técnica. “Después cuando vuelven y se sacan la venda y guían a una persona ciega y la persona ciega es la que termina de capacitar al nuevo guía”, detalla Marisa.

“Siempre decimos que es hacer el taller más allá de quedar en el grupo como guía voluntario o no, está bueno hacerlo porque uno se va con un aprendizaje o con otra mirada de la persona con discapacidad”, sostiene

A diferencia de un runner, que tiene planificado su entrenamiento por un profesor que diagrama días de fondo, cuestas o pasadas y el ritmo al que debe correr cada atleta en cada actividad, los guías trabajan con una planificación más laxa y teniendo en cuenta no el ritmo propio, sino el de la persona que es guiada. Para el guía, es más importante la resistencia.

“La manera de trabajo difiere un poco de lo que es un grupo convencional, porque tenemos varias cuestiones que no dejan de ser un obstáculo y que superamos por suerte día a día, pero bueno, son cuestiones que afectan al entrenamiento”, relata Marisa ante la consulta puntual de 0223 de cómo es un día de entrenamiento de un guía. 

En esta línea, la mujer explica que “se hace muy difícil una planificación porque al ser los guías voluntarios uno nunca sabe quién va a ir ese día a la plaza o a la pista a entrenar y personas ciegas siempre son más que los guías. Siempre necesitamos guías, entonces quizás si uno planifica un entrenamiento de fondo o de cuestas o de pasadas que tocaría ese día, no se puede realizar si no tenemos un guía por guiado, así que bueno, se modifica la actividad”, sostiene al tiempo que destaca que siempre se realizan actividades". “La actividad se hace igual. Se hacen trabajos de fuerza, nos pueden llegar a ver por la costa haciendo rampas o escaleras, utilizando las paredes como herramienta porque ese día quizás no alcanzan los guías”, dice.

“Cuando hay un guía para cada persona tratamos siempre de que roten, de manera que todos nos conozcamos con todos y cualquier guía esté capacitado para guiar a cualquier persona ciega y no siempre a la misma persona, como que no es un guía particular para cada persona”, aclara ante la idea que, un atleta que prepara una maratón, por ejemplo, trabaja siempre en equipo con un único guía.

El running no es la única actividad que realiza un guía: desde hace un tiempo agregaron ciclismo y trekking y trail (running aventura). “Todas las actividades fueron creciendo de acuerdo a las necesidades de las personas con discapacidad, a medida que nos dábamos cuenta que quizás una persona que ciega nunca había andado en bicicleta”, dice mientras agrega que estas “necesidades y cuestiones hacen que uno no pueda mirar hacia el costado y encarar qué necesitamos”

“Para conseguir una bicicleta tándem -una bicicleta adaptada para dos personas- trabajamos mucho”, dice al tiempo que cuenta que el grupo de guías de Aventura surgió por la inquietud de los voluntarios que gustan del montañismo  “Mauro se encarga de todo y ya van cinco veces que hacemos el ascenso a tres picos. Hicieron dos personas ciegas y dos guías el ascenso al volcán Lanín y este año tenemos como proyecto el Cerro Penitentes”. El trekking y el trail incluyen varias actividades de vida en la naturaleza. “Acampamos, hacemos fogatas, trekking en la sierras, rapel. Vamos a Sierras de los difuntos o a Bachicha (Balcarce)”, dice.

Desde 2017 hasta la fecha Guías a la Par creció de una manera impensada en la época en la que se fundó y siempre piensa en la inclusión como un concepto que alcanza no solo al deportista adaptado sino que realizan también actividades solidarias para brindar asistencia a diferentes espacios solidarios de la ciudad.

“Ahora, el 18 de septiembre tenemos nuestro bingo anual y todo es una cuestión comunitaria. Por ejemplo, los premios en el bingo, que siempre son muchos y muy lindos, son todas donaciones que conseguimos entre todos y todo el dinero que se recauda va destinado a viajes o, por ejemplo, en este caso tenemos que juntar para este ascenso que tenemos al Cerro Penitentes y tratamos de que salga lo menos posible para cada persona y, de hecho, algunas personas que no lo pueden pagar al viaje bueno, se paga desde la ONG, todo sustentado con este dinero”, detalla.

Por último, Marisa cuenta que, desde hace unos meses, los guías  también asisten a personas ciegas que quieran aprender danzas nativas. "Incorporamos folklore para personas ciegas, que es donde las profes que también son voluntarias se modifican por ahí las coreos o la danza para que en lugar de ser enfrentada como es la típica danza folclórica sea a la par y es muy lindo y gratificante", cierra.