Desvalijaron una lencería: le dejaron una tanga y un mensaje mafioso
Ocurrió este jueves por la noche en un comercio ubicado en Avellaneda al 1200 que había abierto hace apenas dos meses. “No me voy a recuperar más de esto”, lamentó la dueña del local.
Por Redacción 0223
PARA 0223
Cuando Andrea González decidió abrir "Capricornio", un emprendimiento de venta de indumentaria y boutique, jamás pensó que dos meses más tarde tendría que empezar, literalmente, de cero. Es que este jueves por la noche, delincuentes ingresaron tras doblar dos barrotes de la reja que protege una ventana que da a un patio interno y se llevaron todo lo que encontraron. Lo único que dejaron fue un conjunto de ropa interior, un control remoto y una bombacha en un estante.
“Se llevaron hasta el papel higiénico del baño”, resumió Andrea en diálogo con 0223, y reconoció que la primera reacción que tuvo al llegar este viernes al comercio ubicado en Avellaneda al 1200 y ver la vidriera vacía fue de sorpresa. “Pensé que era una broma, no caía y me puse a hacer un video”, contó.
Mientras recorría el local con su celular en mano vio que, en la pared en la que se encuentra la barra de atención al público, le habían dejado un mensaje informándole quién fue la persona que “entregó el comercio”. “No lo podía creer, encima me dejaron un mensaje mafioso”, dijo, aún sorprendida por la situación.
“Cuando me vine para acá, hace dos meses los vecinos me dieron la bienvenida y me comentaron que había varios robos en la zona, entonces hablé con la dueña del comercio, reforcé la cerradura y puse las rejas. La alarma todavía no la había puesto pero sí había asegurado la mercadería”, detalló.
En esta línea, Andrea aclaró que aún no hizo el cálculo de la equivalencia en pesos de lo que se llevaron, pero tiene claro que tras el robo, “Capricornio no existe más". "No me voy a recuperar más de esto, así que cerraré y me dedicaré a otra cosa”, dijo, al tiempo que indicó que los delincuentes se llevaron hasta las cajas con la documentación del comercio.
“Se llevaron la ropa del local y del depósito, la tele, percheros, decoración; hasta los rollos de papel higiénico del baño”, enumeró aún sin poder salir de su asombro. “La gente pasa y me pregunta si me estoy mudando, porque realmente si hago una mudanza no saco tantas cosas”, concluyó la comerciante, resignada.
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