Increíble: manejaba borracho, volcó, lo rescataron los bomberos y se acostó a dormir en la vereda

El conductor, de 38 años, embistió un cantero, chocó con una escultura y quedó atrapado dentro del vehículo. 

El siniestro tuvo lugar en el coqueto barrio cordobés de Cerro de las Rosas. Fotos cortesía Leonardo Guevara.

29 de Septiembre de 2023 11:35

Por Redacción 0223

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Un conductor cordobés fue protagonista de un hecho increíblemanejaba borracho, volcó con su auto, debió ser rescatado por los bomberos y, luego, se tiró a dormir apaciblemente en la vereda del lugar del siniestro. 

Cerca de las 4 de la madrugada de este viernes, el hombre, de 38 años, protagonizó un accidente en la calle Rafael Núñez al 4.450, en el coqueto barrio Cerro de las Rosas de la ciudad de Córdoba.

El auto Honda Fit quedó destruido. Foto cortesía Leonardo Guevara.

De acuerdo a lo trascendido, el automovilista perdió el control del vehículo, se subió al cantero, chocó contra una escultura y volcó. El auto quedó dado vuelta en medio de la calle y completamente destrozado.

En tanto, el hombre -que manejaba un Honda Fit negro- quedó aprisionado dentro y debió ser rescatado por personal de Bomberos, luego de que cortaran el vidrio del parabrisas para poder liberarlo.

El automovilista esperó a su padre dormido en la vereda. Foto cortesía Leonardo Guevara.

Hasta ahí el hecho era un siniestro más, en una zona en la que hay una concurrida movida nocturna. Sin embargo, era tal el estado de ebriedad del conductor que, cuando lograron bajarlo, se acostó a dormir sobre la vereda, a metros de su auto.

Incluso, al momento en que los bomberos intentaron llevárselo, no podía mantenerse en pie, estaba sin fuerzas y “se caía al suelo, un poco por el impacto y también por el alcohol que había consumido”.

Finalmente, Sergio, el padre del accidentado, se apersonó en el lugar para hacerse cargo de la situación. “Gracias a Dios han sido únicamente los fierros”, afirmó ante el medio local El Doce. Algo avergonzado ante la consulta de si su hijo estaba ebrio, se sinceró: “Digamos que sí”.