Juan Carrá: “Me debía un laburo de no ficción para un libro”

La última novela de Juan Carrá fue Agazapado. Mientras espera la aparición de una nueva novela y un libro de cuentos, trabaja en un proyecto de no ficción sobre la familia de Miguel Molfino.

Últimos libros presentados por Juan Carrá.

3 de Septiembre de 2023 12:54

“Estoy con una investigación de no ficción, que no sé, con los tiempos que estoy manejando, cuándo la voy a poder terminar. En realidad, voy bastante avanzado, pero es un libro que va a llevar uno o dos años de investigación y escritura”, comienza diciendo el periodista y escritor Juan Carrá, recién llegado de Paraguay y ya pensando en la clase que tiene que dar en algunas horas.

Se le nota el cansancio en la cara y es un mediodía frío en la ciudad de Buenos Aires. Mientras su gato le reclama por los días de ausencia, Juan se entusiasma adelantando algo sobre su nuevo proyecto. “Es la historia de la familia Molfino. Una familia que fue golpeada por la dictadura desde diferentes lugares, particularmente Miguel (el escritor y periodista Miguel Molfino). Él cae preso en la dictadura y desaparece, pero después lo blanquean con un juicio de guerra, mientras su hermana está en la clandestinidad. Pero luego ella desaparece junto al cuñado de Miguel y después se enteran que también estaba embarazada. Otra hermana se había ido al exilio con la madre y el hermano más chico. Este último comienza a tener una militancia más activa como correo de montoneros y terminan en una reunión general en Perú, allá por los 80. Ahí se da un operativo muy grande del Plan Condor con el Batallón 601 y se llevan a la mamá de Miguel y otras personas, entre ellas la madre de Fernanda Raverta. No se sabe bien por dónde anduvieron, se cree que los llevaron a Bolivia y de ahí a Brasil, luego a Argentina, a Campo de Mayo, pero a la mamá de Miguel la vuelven a sacar del país y la llevan a España. Ahí aparece muerta en un hotel con toda una escena montada, buscando montar una especie de armado para plantear la idea de que los desaparecidos estaban en Europa”, adelanta.

-Una lógica de operativos muy grande y perversa…

-Totalmente, un armado muy grande. Hasta llegaron a estampar huellas de personas que también habían sido secuestrada en Perú, pero que nunca habían viajado a Europa. Toda una cosa muy burda, pero con las desapariciones en Perú se había armado un quilombo internacional muy grande. Yo estoy reconstruyendo todo eso, pero a partir de la historia familiar. Me interesa la historia familiar de Miguel. Llegó a Perú, por supuesto, pero esa es la segunda parte del libro. Pero Miguel y su familia lleva gran parte de mi interés.

Viñetas de la novela gráfica Esma.

-Luego de lo ocurrido el 13 de agosto, en este contexto y con el avance de la derecha tan fuertemente en la sociedad, ¿cómo es trabajar, bucear en estos temas?

- Yo escribí Esma, la novela gráfica, durante el macrismo. Si bien el nivel de negacionismo no llegaba al punto a tal punto como el de hoy, también era un gobierno que venía a terminar con las conquistas logradas en materia de Derechos Humanos. Yo considero que la escritura de ficción y no ficción sobre el tema de la dictadura es, en algún punto, un reservorio de la memoria. Un espacio que nos permite, incluso a aquellos que estamos permanente en el debate, seguir repensándolos. Quizás mi mayor interés al escribir sobre esta época y sobre estas temáticas, tienen que ver con eso. En ese sentido, la época me golpea desde otro lugar, más desde lo anímico y desde lo político, porque que exista tanta gente que elige dos opciones, que claramente se identifica con la ultraderecha, habla muy mal de nosotros. O sea, de los que pensamos que el mundo va por otro lado y no de los que los votaron. Me parece que ahí hay una necesidad de autocrítica que es fundamental para quienes estamos en la comunicación, incluso en el arte o en la política en sí. Necesitamos repensar qué estamos haciendo. Porque si, claramente, tanta gente está desencantada con el tipo de mundo que estamos proponiendo, es porque en algo estamos fallando, puede ser en la base misma de ese mundo que proponemos o puede ser en la forma que tenemos de transmitirlos. A lo que voy es que, en la coyuntura para este tipo de producción no siento que sea más compleja la investigación. Probablemente sí, lo que pueda suceder, es que se complejice la publicación, al menos en una lógica más mainstream de circulación alta, pero eso nunca me preocupó, nunca pensé en eso y no me va a preocupar ahora tampoco.

- ¿Cómo es el proceso de investigación que llevás ahora?

- Trabajo en un mundo con mucha carga ficcionalizada. Por un lado, un trabajo de investigación de base muy grande. Por el otro, me estoy entrevistando con los familiares de Miguel y con familiares de personas desaparecidas vinculadas al caso. Con todas ellas converso mucho, es escuchar, es que me compartan sus archivos, lograr cierta confianza para que me compartan sus recuerdos, sus fotos personales. Cuando se logra dar eso, me dan más ganas aún de hacer este tipo de cosas. Creo que es necesario y ayuda a sanar. No solo para que se conozca la barbarie del Terrorismo de Estado, sino, lo que también es fundamental, para empezar a construir un nivel humano de la tragedia. Poder contar a esas personas desde lo cotidiano, a esta mujer que era una mamá, de su casa, que no tenían ningún interés por la política, que se angustiaba bastante con su hijo mayor cuando empezaba a vincularse con organizaciones como el ERP y termina siendo una persona comprometida, militando por sus hijos, por la desaparición de su hija, pero que también termina siendo una de las víctimas más feroces del Terrorismo de Estado.

Carrá trabaja en un proyecto de no ficción sobre la familia de Miguel Molfino.

Agazapado (Hojas del Sur – 2022) fue la última novela de Juan Carrá. Una historia original ubicada en la intimidad de la casa del capitán Alberto "El Dentista" Pinzón, un represor de la Armada, que comienza a ser juzgado por los delitos cometidos durante la última dictadura cívico militar. Pero, cuando parecía que su próximo material vendría por otros caminos, aparece este nuevo proyecto. “Pensé que, con Agazapado, en algún punto, iba a cerrar mi visita a los 70, pero me debía un laburo de no ficción que no fuese una novela gráfica. Me debía ese laburo porque yo tengo muchos trabajos de no ficción para revistas, pero no tengo un libro. Además, es un género del que, incluso, soy docente de esa materia. También llegué a la literatura por ese género, por eso creo que me debía un proyecto con estas características, para poder jugar con la realidad y con la literatura, pero en clave de construcción de historia. En ese sentido, estoy contento por eso, porque es un desafío que siempre postergaba porque el trabajo de campo es muy exhaustivo y porque lleva mucho tiempo la investigación”, asegura Juan Carrá. Y agrega, “Este es un proyecto al que yo le tengo mucho cariño en términos de afecto, porque tengo mucho cariño por Miguel y él confió en mí para que pueda contar la historia de su familia. Eso para mí, tiene un valor incalculable. Cuando le pregunté y él me dio el ok, para mí fue una responsabilidad muy grande, pero también un gesto de cariño que valoro mucho”.

 Mientras lleva en marcha su proyecto, Juan espera por la salida de otra novela, un “western gauchesco”, como lo denomina él, ambientada en los fines del siglo 19, principio del 20, que tiene como protagonistas a cuatro mujeres. También, de próxima aparición, un libro de cuentos espera su turno. Saldrá por Editorial Sudestada y son cuentos basados a partir de ideas que surgen de las letras de los temas de los Redondos.