Florencia Canale nos presenta a Bernardo de Monteagudo

El Diablo. Bernardo de Monteagudo, el hombre prohibido, el héroe imposible es el nuevo libro de Florencia Canale. La escritora marplatense lo presenta en el ciclo Verano Planeta 2024.

El Diablo, de Florencia Canale.

21 de Enero de 2024 20:36

Bernardo de Monteagudo nació en 1789 en Tucumán. Hijo de la esclava mulata Catalina Cáceres y, según dicen, de un cura, es criado por Miguel de Monteagudo. Su origen mestizo le proponía una vida compleja y excluida, pero el destino y su carácter le tenían pensado otro lugar en la América que estaba formándose.

Bien lo narra Florencia Canale en su libro El diablo. Bernardo de Monteagudo, el hombre prohibido, el héroe imposible (Planeta – 2023). La escritora marplatense se impuso el desafío, luego de una rigurosa investigación, de presentarnos a aquel que fue injustamente olvidado o silenciado por la historia oficial. Bernardo de Monteagudo, el Diablo, “Tuvo una historia fascinante: un hombre de origen humilde, hijo de una esclava mulata, mulato él, que pudo sobreponerse al racismo imperante y ocupar sitios de poder. Además de su fama de conquistador empedernido” ha dicho la autora.

Bernardo de Monteagudo es considerado por muchos el primer revolucionario debido a su participación en la revuelta de Chuquisaca. Él tenía apenas 18 años, pero fue uno de los primeros que se levantó contra España, mucho antes de 1810. “Monteagudo lideraba un círculo de jóvenes letrados que lo escuchaban con atención. La calle estaba tomada por las voces de los muchachos. Aunque el temor a una posible represión crecía, el coraje, de todos modos, se había quedado a vivir. —Camaradas, insisto, es nuestra gran oportunidad —Bernardo bajó un poco la voz y miró, cauteloso, en derredor. —Murillo viene haciendo un trabajo formidable en La Paz para ganar voluntades. Somos cada vez más, y no solo en Charcas. El avance de las ideas rebeldes cruzaba fronteras. Se había tornado imposible acallar las voces ávidas de cambio. Con tono cálido y vibrante, Monteagudo persistió con su discurso, mientras los oyentes tragaban sus dichos con voracidad. —¿Qué esperamos? Legalmente, ningún gobierno español, ahora, es legítimo en América. El presidente Pizarro no representa sino un simulacro de autoridad. Hemos firmado un acta, algunos, por la que nos hemos enfrentado a ciertas pretensiones denigrantes. Los Zudáñez están con nosotros, ustedes los conocen bien —afirmó. Algunos levantaron sus puños. Parecían listos a derrotar al enemigo. —¡Basta de España! Ningún godo vale más que un criollo”, se lee en el libro.

Fue un hombre primordial para el proceso independentista del país y de Sudamérica. Tuvo contactos con Bolívar y San Martín, además de manifestar ideas cuando fueron necesarias, pero también de defenderlas con las armas y el cuerpo cuando lo demandara.

Bernardo de Monteagudo murió a los 30 años en la ciudad de Lima. Tuvo una vida breve, pero intensa. “Eran las once y media de la noche, faltaba la luna en aquel 28 de enero de 1825. Las candelas de las casas iluminaban la penumbra, las risas y la música de aquí y más allá, hacían que las calles no parecieran muertas. Bernardo estaba de punta en blanco. Como siempre, pero sobre todo porque lo esperaba, en su casa, la grácil Juanita Salguero (…) Buenas noches, señor. Dispénsenos, ¿nos daría lumbre? Monteagudo los miró. El que pidió hedía a vino y exponía su cuerpo con jactancia, el otro, mulato, aguardaba en silencio. Con la mente en los labios de Juana Salguero, distraído, le tendió el cigarro. Fue ahí. El chulo, en un movimiento, le clavó el puñal en el pecho. El mulato, por si acaso, intentó dispararle con una pistola. El tiro no salió. Bernardo permaneció de pie, se apoyó contra una pared y puso sus manos sobre el mango. —Me muero… me muero —jadeó, pero ya no quedaba nadie. Los asesinos se perdieron entre las sombras.”, se narra en El Diablo.

No hay retrato de Bernardo de Monteagudo. En un principio se lo intentó blanquear para simular que pertenecía a otro sector. No solo tuvo que pelear contra los perjuicios de su tiempo en vida, sino también después de muerto. Fue un niño pobre y mulato que tenía ganas de saber y estudiar. Le tocó hacerlo en un lugar de ricos, Chuquisaca, pero logró ganarse su lugar. Nunca escondió su origen. Siempre asumió sus ideas.

El libro de Florencia Canale, El diablo, no es una biografía de Bernardo de Monteagudo. Ella misma lo aclara, “Es una novela histórica”. Hay diálogos, reproducción de escenas, caracterizaciones, pero además una profunda investigación.

La leyenda cuenta que su muerte fue vengada. La historia cuenta, hoy, que su lugar en nuestra independencia también.

(*) Florencia Canale presentará El Diablo. Bernardo de Montegaudo, el hombre prohibido, el héroe imposible; en el ciclo Verano Planeta 2024 el 22 de enero a las 21 en el hotel Costa Galana, ubicado en Boulevard Marítimo Patricio Peralta Ramos 5725.