Facundo Pastor y su nuevo trabajo: Isabel. Lo que vio. Lo que sabe. Lo que oculta.

Isabel. Lo que vio. Lo que sabe. Lo que oculta. Es la nueva novela de no ficción de Facundo Pastor. No es una biografía de María Estela Martínez de Perón, sino una búsqueda a través del silencio de la ex presidenta.

El nuevo trabajo de Facundo Pastor sobre Isabel Perón.

17 de Marzo de 2024 12:07

Isabel. Lo que vio. Lo que sabe. Lo que oculta. (Aguilar – 2024) es el nuevo libro del periodista Facundo Pastor. Como en su anterior trabajo, Emboscada, se da una interesante combinación de entrevistas, testimonios, investigación y narrativa absorbente, buscando desentrañar un enigma: en el caso de Isabel es el silencio de una mujer que seguramente tiene mucho por decir.

María Estela Martínez de Perón, Isabel como se hacía llamar, es un personaje fascinante por lo que no se ve de ella, que en definitiva fue lo que me motivó a profundizar esta historia. Siento un poco que el enigma que persigue mi novela de no ficción es el silencio. Ese silencio detrás de una mujer que, seguramente, tiene muchas cosas para decir y para contar y que por algún motivo elige replegarse y no hacerlo. No lo ha hecho nunca y seguramente no lo hará nunca, ahí está la motivación para acercarme a este personaje”, comienza diciendo el periodista Facundo Pastor sobre su obra.

-Yo al leerla pensaba en el silencio de la protagonista, pero también pensé mucho en tu silencio, en el silencio de la espera, del tiempo de la investigación, de la búsqueda...

- Hay ahí un formato en la escritura que yo desarrollo. En este libro el enigma es el silencio de ella, pero en eso también están mis propios silencios a la hora de llevar adelante esta investigación. Las voces que aparecen en su cabeza todo el tiempo preguntándose cosas y reprochándose cosas y así se va construyendo este thriller político que es Isabel que tiene esa bajada que dice mucho sin decir qué es lo que vio, lo que sabe y lo que oculta. Pasé largas horas de mis días, que son bastantes densos, escribiendo y conectándome con este personaje y también ahí hay un silencio. Creo que la escritura como la lectura son un ejercicio silencioso. Yo soy muy metódico en el proceso de escritura y es cierto que uno no siempre encuentra las mejores estrategias para resolver un capítulo o para contar una escena, pero también, desde hace un tiempo, encontré en este tipo de proyectos la idea de entender que no siempre las cosas salen de una. Que hay un ejercicio en la reescritura, en la relectura de las ideas que uno va poniendo y en cómo uno va buscando la mejor manera de contar una historia. Me parece apasionante como búsqueda de encuentro, incluso, con uno mismo.

- ¿Cómo es su relación con el peronismo, si es que tiene alguna?

- Yo creo que dentro del peronismo actual ella no ocupa ningún lugar. Después de los casi seis años presa, de su exilio, de este silencio voluntario u obligado, un silencio sepulcral que la acompaña hasta el día de hoy, yo creo que ella intentó reinsertarse en el peronismo. Tenemos que recordar que estamos con la persona que convivió los últimos 20 años de la vida de Perón con él. Con todo lo que eso implica, eso ya abre todo un mundo. Ella conoce a Perón en diciembre de 1955 y se separa de él cuando él muere. Insisto, eso abre un mundo enorme del que ella nunca habló. Cuando el libro estaba en etapa de corrección, leí un artículo que publicó Martín Rodríguez, que se conoce en la red como Tinta Limón, en el que abría una serie de reflexiones tremendamente lúcidas que yo tomo. Isabel es algo así como un no-lugar dentro del peronismo, un peronismo sin pueblo, superando la idea que alguna vez Vandor intentó instalar, la de un peronismo sin Perón. Entonces, ¿dónde ubicar a esta mujer? Bueno, a pesar de eso, hay un sector de la CGT que todavía la tironea y la arrastra hacia la Argentina de vez en cuando. La reivindica y, hasta hace poco, en un acto importante en medio de la pandemia, compartieron un audio de ella. Ahí aparece esta mujer silenciosa poniendo un poco de sonido a este silencio, aunque no era más que un saludo formal. A veces me pregunto ¿qué tenía para decir? ¿Qué tiene para decir Isabel Perón? Pienso, pero no tengo una respuesta certera. Me gusta trabajar mis textos desde las dudas y no desde las certezas. Así es el trabajo en este libro.

- Ahora, hay como una subestimación sobre ella, la pregunta es si ella pudo decidir ese silencio por su cuenta o fue por presión externa y por miedo que lo eligió.

- Es bueno lo que preguntás. En la historia argentina quedó la idea de una mujer, o de una presidenta, que no estaba preparada para eso. Yo no tengo claro bien que hay ahí. Mirá, el libro arranca con una cita que es parte de una entrevista en canal 13. Es del año 1993 y dice: “Aparentemente, parezco una mujer manejable. Y el general Perón siempre le decía a la gente: ‘Ustedes creen que a Isabelita se la puede manejar así, fácilmente. Yo, que he sido un hombre que ha conducido por ser militar a tantísimos hombres, nunca pude manejarla porque ella tiene su personalidad. Así que mal pueden pensar ustedes que lo pueden hacer’. Yo tengo el orgullo de decir que no entregué mi bandera. Yo no entregué mi sitio. Me lo quitaron.”. Yo creo que es una mujer que tendría mucho para decir, pero eligió el silencio. Pero no tengo bien en claro por qué fue esa opción la elegida.

Isabel busca recuperar aquella función del viejo periodismo que consistía en contar historias. Es el estilo elegido por Pastor, así como recuperar esos personajes medio olvidados para releerlos y dejarnos llevar
por sus relatos de vida. “A veces me pregunto cuánto se dejó conocer ella por los que tenían alrededor”, dice Pastor. Y agrega, “El periodismo es periodismo, pero también es literatura y, abusándome de la idea de que los límites entre periodismo y literatura están cada vez más difusos, trabajo los textos de esa manera: entrando y saliendo de esos lugares, que no es entrar y salir de la verdad, acá todo es verdad, sino saliendo y entrando en una historia”.

Se lee en el texto que Isabel no fue la misma después de la última detención. Se deprimió y descartó la idea de regresar a la Argentina para morir y ser enterrada en Mar del Plata junto a uno de sus hermanos.

Hoy Isabel vive a 40 kilómetro de Madrid, en Villafranca del Castillo. Ahí tiene su casa desde los años 90. No se distancia mucho de su hogar. No sale del país. En el año 2007, la Justicia argentina puso la mirada sobre los crímenes cometidos por la Triple A, grupo paramilitar de ultraderecha que se conformó durante su presidencia. La justicia investiga y está vigente una circular roja de Interpol sobre ella que le imposibilita pisar un aeropuerto. Tiene 93 años.