"Teníamos la firme convicción de luchar contra esa discriminación que se daba por el silencio"

Así lo expresó Gustavo Schroeder, titular del Centro de Ex Soldados Combatientes en Malvinas de Mar del Plata, que a 40 años de su creación, recuerda cómo fueron esos días de total ausencia del Estado, el silencio y la discriminación de la sociedad.

2 de Abril de 2024 08:04

Hoy, 2 de abril, se conmemora el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas. Pasaron 42 años de aquel hecho histórico, pero para cada uno de los veteranos, cada uno de esos años se siente especial. Pero, por otro lado, este 2024 también suma relevancia para ellos, porque se cumplen 40 años de la formalización del Centro de Ex Soldados Combatientes en Malvinas de Mar del Plata. Primero de los espacios donde se contuvieron entre ellos, luego de la guerra y dada la ausencia total del Estado, y una institución por la que reclamar todas sus necesidades.

Hoy, Gustavo Schroeder es el actual secretario de dicho Centro y no duda en calificarlo como un “hito importante”. “Después de que los soldados nos reunimos varias veces, porque teníamos muchas incertidumbres y éramos muy jóvenes, decidimos en septiembre del 84 formalizar la decisión de constituirlo”, cuenta Gustavo.

A los 42 años de la guerra del Malvinas y los 40 de la fundación del Centro, Schroeder lo enmarca en los 150 años que acaba de cumplir la ciudad de Mar del Plata. Según el secretario del Centro de Ex Soldados Combatientes en Malvinas de Mar del Plata, “son 150 años de una ciudad donde han pasado muchas cosas. Creo que un hito importante es que es una ciudad que tuvo una participación significativa en el conflicto de Malvinas. Las tres Fuerzas que están destacadas en Mar del Plata, la Armada, el Ejército y las Fuerza Aérea participaron activamente con soldados, personal y material. También la Prefectura de Mar del Plata participó. Entonces, es una ciudad que está muy vinculada. Hay muchos veteranos, muchas familias de veteranos que en el año 82 fueron partícipes directos o indirectos de los acontecimientos. Creo que es un hecho también importante en los 150 años de vida de la ciudad y que nuestra institución cumpla 40 años creo que es algo para destacar o mencionar con otras tantas cuestiones que pasaron en la ciudad”.

-Con un estado totalmente ausente y una sociedad que en su mayoría los negaba, aquellas primeras reuniones deben haber sido muy difíciles…

- Sí, era algo que padecíamos en carne propia. Se había generado un manto de silencio sobre el tema, lo que generaba una discriminación importante. En aquel momento, parecía que ser excombatiente o veterano no se podía decir. Además, vos imaginate que esto se da en el advenimiento de la democracia, en diciembre del 83, y durante varios años las estructuras que habían ejercido el poder durante el gobierno de la dictadura seguían teniendo poder. Los medios de comunicación habían sido todos intervenidos. Entonces, el traspaso de un gobierno autoritario a lo que fue comenzar a vivir en democracia no cambió de un día para el otro. Teníamos que manejarnos con bastante cuidado y dándonos cuenta de cuál era el escenario de lo que estaba pasando. Teníamos la firme convicción de querer hacer sentir la voz y las necesidades que se daban en ese momento y luchar contra esa discriminación que se daba por el silencio. Tampoco la gente era la responsable de eso, sino que era la manipulación de la comunicación y de la información durante la guerra. Bueno, había que enfrentarse a eso y las necesidades que se habían planteados en muchos jóvenes eran angustiantes. Eso nos movilizaba y nos impulsaba a querer reunirnos y ver que la mejor manera de hacer valer y escuchar nuestra voz o tratar de hacer valer nuestros derechos, por ejemplo, el acceso al trabajo o a la salud, porque cada uno se tenía que arreglar como podía.

-Durante esa transición, ¿sufrieron amenazas cuando empezaron a mostrarse?

- Sí, claro. Toda esa transición, esa etapa del gobierno dictatorial al advenimiento de la democracia fue difícil. Al empezar a vivir en democracia, había estructuras que todavía tenían cierta fortaleza y lo que nosotros hacíamos no era conveniente para mantener el tema encapsulado como querían o que no trascendiera. Entonces había ciertas persecuciones de grupos de inteligencia. Pero bueno, con el tiempo fue cayendo por su propio peso porque los reclamos que se hacían eran genuinos, que en realidad no eran contra nadie, sino que eran para tratar de solucionar problemas que se estaban dando en muchos de los que habíamos participado de la contienda.

- ¿Participaban padres de esas reuniones o solo eran ustedes?

- Si bien las primeras reuniones estaban impulsadas por nosotros, hubo también una participación clave que fue de algunos papás de los chicos caídos y cuando digo los chicos caídos hablo de amigos nuestros. Eran con quienes habíamos convivido en esos días, las ultimas horas, y sumar la amargura de que no hayan podido regresar. Entonces, los padres fueron un aporte importante, sobre todo yo siempre destaco a José Gurrieri, porque él tenía la experiencia de haber sido veterano de la Segunda Guerra de Italia. Su hijo Ricardo muere en Malvinas y él siempre contaba la paradoja que la vida le había deparado: él cae prisionero de los ingleses en el norte de África y viene hacia Argentina huyendo de lo que fue la miseria de la Segunda Guerra en Italia, acá tiene la desdicha de que su hijo muera en manos de los ingleses en Malvinas. José era alguien que sabía qué pasaba por la piel, la cabeza y el corazón de un veterano y fue un gran impulsor para que nos armemos en un centro en una forma organizada. Pero también estaba el papá de José Luis Del Hierro o de Federico Planes que todavía está siempre con nosotros empujando la verdad. Para nosotros fueron importantes y hoy en día siguen siendo importantes.

- Y luego con el tiempo se suman sus hijos al Centro…

- Sí, esa es la etapa que estamos viviendo. Ya todos estamos transitando nuestros 60 años y todo lo que se construyó esperamos que perdure en el tiempo. Son tres cuestiones básicas que son nuestros principios, una trilogía que para nosotros es fundamental: honrar la memoria de los que murieron, defender la soberanía sobre las islas y bregar por la paz. Creo que son tres principios que nos trascienden, entonces. La preocupación es cómo en el futuro se sigue con esto, ese es el desafío que tenemos por delante.

- Sus hijos e hijas reciben este compromiso como un legado

- Sí, a veces, pobres, es un padecimiento para ellos, pero se va formando un grupo bueno. En toda organización siempre hay destacados, los que tienen esa vocación de querer sumarse, porque esto es tener vocación de servicio, acá no hay nada a cambio. Solo tener el orgullo de llevar adelante una bandera, como estos principios.

- Pasaron 42 años de la guerra. Fueron solo dos meses, pero para ustedes fueron eternos. ¿Cómo se recuerda ese tiempo? Quiero decir, ¿se recuerda como un todo o por detalles?

- No es fácil. Yo siempre pienso que, si fuimos a las islas diez, doce mil soldados, bueno hay diez o doce mil guerras distintas. Cada uno te va a contar su guerra. Y en lo personal, siempre digo que para esta época es como una película que empezás a ver. No sé, el 19 de marzo me acuerdo de que me había incorporado y no tenía ni idea de lo que me iba a deparar el futuro cercano, porque no faltaba nada para el 2 de abril. Y de ahí en adelante, entonces es como que vas transitando ese rodaje durante el tiempo que pasaste allá hasta la vuelta. Después la vuelta y un poco todo te retrotrae a recordar algunos momentos: el alistamiento, la salida de Mar del Plata. Siempre tenemos recortes de diarios guardados. Nuestros padres que también recuerdan lo que ellos vivieron, lo que se vivía en la ciudad, acordate de que la expectativa era grande, había un clima de algarabía, que no era el que sentían los padres de los que estábamos yendo hacia allá. La angustia, la zozobra y la incertidumbre era grande para ellos, para nosotros que éramos jóvenes era como el principio de una aventura, no nos imaginábamos todo lo que venía después. Un poco, cada año, es volver a rodar esa película y cada uno tiene su película de lo que vivió.

- ¿Hay cosas aún de las que no se hablan? ¿O en cada cuál en su película, con el paso del tiempo, ha logrado canalizarlas?

- Es cierto eso que decís. Con el paso del tiempo se ha dado la posibilidad de abrirse, porque quedarse cerrado, lo elaboré desde el principio, me pareció que no era lo mejor y menos cuando participás de una organización como esta, donde tenés que revertir una realidad que se había dado cuando volvimos, pero no todos podíamos. Cada uno hizo lo que pudo y cada uno tuvo su posguerra. Con el tiempo se ha dado la posibilidad de que se abrieran y pudieran contarlo. Hoy en día nos juntamos a comer y siempre alguno cuenta algo distinto o algo nuevo que no habíamos escuchado antes. Por eso, eso que decís es cierto, creo que el tiempo te va aflojando un poco, te va dando tranquilidad para poder expresarte. Por eso siempre nos estamos enterando de algo nuevo, algo que no lo habíamos escuchado nunca, que no habíamos tenido en cuenta o alguien se anima a contarlo ahora.

- En cuanto al presente, ¿cómo ven las reacciones nacionales ante el tema?

- Nosotros tenemos muy en claro esos principios que te mencionaba al principio, esos principios que nosotros defendemos. Defender la soberanía de las islas, además, tiene rango constitucional. Yo creo que es muy difícil que un gobierno se pueda mover de ese mandato constitucional. Después, siempre estamos expectantes, cuando hay cambios de gobierno, sobre cuál es la actitud que van a tomar. Ya el gobierno inglés, ducho en relaciones internacionales y sabiendo que todo cambio de gobierno siempre trae alguna fragilidad, movió un par de fichas importantes. Una es la venida del ex primer ministro Cameron, que no es cualquier persona. Además, hace más de 30 años que no venía ningún ministro a las Islas y esa es una señal fuerte del Reino Unido que, me parece, no tuvo medianamente una respuesta acorde a esa provocación. Se dio luego alguna formalización de Cancillería, pero al principio no hubo una reacción a la altura de la provocación que estaban generando, que no es ni gratuita, ni ocasional, ni casual. Los ingleses tienen una expertis en las relaciones internacionales y después, encima, anunciaron lo de la ampliación de los cupos de pesca que sigue siendo parte de esta provocación. Creo que están probando hasta donde pueden hacer estas cuestiones y qué reacción tienen del otro lado y es ahí donde hay que ver cómo sigue, hasta dónde se los deja avanzar. Estamos expectantes, nosotros sacamos un documento porque nos pareció liviana la respuesta oficial.

Una biblioteca especializada en Malvinas que cuenta con más de 3 mil libros

Funciona desde hace 22 años. Cuenta con más de tres mil libros de los cuales más de 250 son escritos por veteranos y ex combatientes de la guerra de Malvinas de todo el país. También realizan muestras y otras actividades.

Un 2 de abril de hace 22 años atrás se creaba la Biblioteca especializada Malvinas Argentinas. Jorge Alberto Gómez, hoy su director, y la bibliotecaria María Alejandra Díaz recorrieron el país y las bibliotecas de cada uno de los lugres a los que llegaban, para darse cuenta de que había pocos libros que tematizaran esa parte de la Argentina: las Islas Malvinas y el Atlántico sur. En ese mismo momento aparece la idea de darle forma a una Biblioteca especializada en las Islas Malvinas y comienza lo que Gómez define como “una militancia malvinera”.

Hoy, con más de 20 años encima, la biblioteca funciona con más de tres mil libros en su catálogo y unas cuantas actividades hechas en la zona, incluyendo una en la Feria Internacional del Libro.

“Para el 2013, el listado de los libros escritos por veteranos de guerra superaba los 250. Notamos que ellos en un momento pudieron sacarse la mochila de la guerra de encima y traducirlo en palabras. Ese material se va actualizando permanentemente. Después hay una gran variedad de material, es muy amplio el catálogo. La publicación más antigua que tenemos es de 1918 y lo más nuevo está editado en marzo de 2024. Tratamos de tener todo lo que sale y de los temas más variados”, asegura su director.

El material es de lo más diverso. Más allá de la gran proporción dedicada a la guerra en sí, otros de los ejes son: cómo se vincula los aspectos religiosos a Malvinas, el deporte, el movimiento obrero en Malvinas, la diplomacia, el petróleo y las islas. Su fauna, las armas nucleares, el estrés postraumático después de la guerra, historietas, libros álbumes de fotos, historias de ciencia ficción, relatos de todo tipo y hasta obras de teatro. También un gran número de obras plásticas y poesías sobre el tema.

A esto hay que sumar cientos de notas y periódicos, así como láminas y películas documentales. Todo el material fue adquirido a través de recursos propios y donaciones. Hay libros de cada una de las provincias del país, así como de países vecinos y otros. Por ejemplo, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Cuba, Nicaragua, España y México, entre otros.

En la biblioteca no hay textos en inglés. Gómez asegura que “es por la razón de desconocer el idioma, pero sí hay de ingleses en sus traducciones al español”.

- ¿Cómo es la relación de la biblioteca con los ex soldados y ex combatientes de Malvinas?

- Tanto los veteranos de guerra como los ex combatientes de Malvinas ven con buenos ojos el trabajo nuestro. Nosotros, así como otros crean museos y lugares de actividades sobre aquellos hechos, acompañamos el esfuerzo que hicieron en la guerra y que se los considere héroes a aquellos que cayeron en la guerra. Siempre nos acompañan y participan. Hemos presentados muchos de los libros de los veteranos.

Hoy la Biblioteca Malvinas Argentinas cuenta con su sede propia en Santa Clara del Mar. Después de muchos años de estantes en garajes y libros en cajas, hoy todo ese material está abierto al público y, sobre todo, a los establecimientos educativos, en calle Pollensa 1561, entre San Remo y El Paso.