Hidratación: beneficios, alertas corporales y recomendaciones

Cómo mantenerse hidratado, qué impacto tiene en el cuerpo y qué líquidos son mejores para tomar. Tips y consejos de especialistas.

En invierno también es importante prestar atención a la ingesta de agua.

13 de Junio de 2024 20:08

Si bien durante el verano y ante las altas temperaturas es más común escuchar hablar de la importancia de la hidratación, este proceso debe ser tenido en cuenta a lo largo de todo el año como uno más de los cuidados personales para el correcto funcionamiento del cuerpo.

Especialistas sostienen que afecta mucho más de lo que pensamos en la cotidianidad: desde el rendimiento físico, hasta las funciones cognitivas. Pero ¿cómo saber si se está manteniendo una hidratación adecuada?

"Nuestro cuerpo es principalmente agua, el organismo está constituido en un 60-70% por este elemento y de ahí su importancia", explicó en diálogo con 0223 la nutricionista Estefanía Ferrarello (MP 2407). 

Todo es positivo

Los beneficios de hidratarse son más que abundantes y lo que genera en el cuerpo es ganancia al 100%.

"Una correcta hidratación es fundamental para poder llevar a cabo el proceso de digestión de los alimentos, poder metabolizarlos y absorberlos, y también para eliminar desechos, entre otros beneficios", contó la especialista.

No sólo eso, sino que también previene la constipación, permite regular la temperatura corporal (principalmente frente a las altas temperaturas), ayuda a humidificar el aire que se inhala, es fundamental para lubricar las articulaciones y evitar dolor en esas zonas, es crucial para el rendimiento físico, y resulta importante para mantener la atención, las funciones cognitivas y el rendimiento intelectual.

¿Cuánto líquido es necesario tomar?

Mantenerse hidratado, suele ser el punto clave. Pero saber cuánta agua tomar genera dudas. "Generalmente se habla de recomendaciones que van entre 1,5 litros y 3. Pero en realidad, los parámetros son personales y van de acuerdo a los requerimientos de cada uno", especificó Ferrarello.

En ese sentido, va a depender del peso corporal, el nivel de actividad física, la temperatura o la humedad del ambiente.

"Una ecuación básica que se puede hacer para ajustar el requerimiento es multiplicar el peso actual por 35; eso va a dar la cantidad de mililitros que se deberían consumir a lo largo del día", indicó.

Muchas personas tienen también la duda sobre la ingesta de bebidas y si esa cantidad de agua consumida tiene que ser sí o sí en forma líquida. "El agua que nos hidrata no solamente proviene de la que tomamos sino también de la que ingerimos a través de los alimentos, sobre todo los más frescos (como lácteos, verduras y frutas). Sumar agua por encima de esos alimentos va a otorgar una cuota mayor en el organismo", añadió Ferrarello.

Según la nutricionista, hay que tener en cuenta que las infusiones como el mate, el té o el café no deberían contarse como fuente única de hidratación por sus compuestos, que favorecen a la diuresis (deshidratación). 

Cómo saber si hay deshidratación

Ferrarello recomienda una forma fácil de reconocer la falta de hidratación y consiste en ver simplemente si se tiene sed. "Cuando tenemos ganas de tomar líquido, quiere decir que ya perdimos el 2% del agua corporal total; por lo tanto, es importante tomar agua sin la asociación directa con la sensación de sed", enfatizó.

Este aspecto es muy importante en adultos mayores, donde este estímulo no está tan activo, lo que lleva a que sufran mucha deshidratación.

"También te puede doler la cabeza, sentirte cansancio, presentar constipación, o ir poco a orinar", relató. 

En ese punto, la nutricionista aseguró que mirar el color de la orina es una estrategia, ya que si está oscura casi anaranjada es que está muy concentrada y faltan unos cuantos vasos de agua. Sentir la piel y la boca secas, o los ojos hundidos, son otros de los síntomas de alerta.

Tips para garantizar una buena hidratación

-Asociar los vasos de agua con las comidas principales: entre uno y dos vasos en cada comida van a garantizar una cantidad aproximada de lo que se necesita beber a lo largo del día. 

-Utilizar apps que recuerden cuándo hay que tomar: así se puede tomar conciencia de la cantidad de líquido que se ingiere.

-Saborizarla con rodajas de fruta fresca: en caso de que no guste el sabor del agua sola, este paso ayudará a incorporarla.

-Consumir más verduras, frutas, leche, productos lácteos como yogures y carnes frescas: permitirán incorporar agua a través de otra variable que no es simplemente el líquido a beber. 

-Tener cuidado con las bebidas comerciales: las gaseosas, los jugos en polvo, los concentrados, en caja o envasados tienen altas concentraciones de azúcar que no favorecen a la hidratación. 

¿Se puede tomar demás?

"Si soy una gran consumidora de agua, puedo superar mis requerimientos pero no va a pasar nada grave más que orinar con más frecuencia", tranquilizó la especialista.

En ese sentido, ingerir mucha agua no va a ser casi nunca algo negativo.

"Sí en casos muy extremos puede generar hiponatremia, que es una concentración baja de sodio, lo que lleva a un impacto negativo en la salud. Pero estamos hablando de casos muy raros. Eso va a depender de las necesidades de cada individuo", confió Ferrarello.