Para la familia del camionero asesinado se obtuvo una “justicia a medias”

Apenas unos minutos después de escuchar que Hernán Ezequiel Cajal (36) y Sergio Contreras (28) fueron condenados a 22 años de prisión y que la pareja que era menor al momento del crimen fue absuelta, la familia del camionero asesinado en octubre de 2020 en el barrio La Herradura sostuvo que se obtuvo una “justicia a medias”.

Javier Vieytes, hermano de Nicolás, dijo en la puerta de Tribunales que cuando participaron del hecho las personas que fueron absueltas tenían 16 y 17 años y entendían perfectamente lo que hacían. “Uno se va con la sensación que ellos van a hacer su vida normalmente, nunca lo dejaron de hacer, y se llevaron la vida de una persona muy trabajadora”, indicó.

“Queremos conocer los argumentos para estudiar con nuestro abogado la posibilidad de apelar porque queremos que ellos también paguen. Si existe la mínima chance vamos a apelar, porque no nos vamos a conformar con la sentencia de los mayores”, dijo su hermana Noelia.

“A los que eran menores los tuvimos que cruzar siempre. Para nosotros hay dos personas sueltas que son asesinos y quedaron impunes, ojalá cambien las leyes porque esto está mal”, agregó.

Javier recordó qué si esas dos personas no hubiesen estado, el crimen no habría pasado. “Nos llegaron a mandar solicitudes de amistad en Facebook, nunca tuvieron respeto por las víctimas”, indicó.

La condena

Los jueces Néstor Conti, Mariana Gulminelli y Natalia Giombi hallaron coautores responsables de Homicidio en ocasión de robo agravado por el uso de arma de fuego y la participación de un menor a Hernán Ezequiel Cajal (36) y Sergio Contreras (28). En los alegatos realizados la semana pasada el fiscal Leandro Arévalo y el abogado Osvaldo Verdi habían solicitado una pena de 25 años de prisión.

Desde un comienzo la hipótesis del Ministerio Público Fiscal fue que Cajal y Contreras atacaron a la víctima con fines de robo en el barrio La Herradura y lo terminaron matando de un disparo. Ambos tuvieron la complicidad de una pareja -menores al momento del hecho- por lo que el juicio tuvo una modalidad mixta de desarrollo.

Todos los imputados tuvieron el asesoramiento de miembros de la defensa oficial en el debate que tuvo lugar en la sala del entrepiso de Tribunales: Gabriela Zapata se presentó por Contreras, Gabriela Mónaco por Cajal, y Juan Manuel Ravino y Mariana Saumell por los jóvenes que eran menores al momento del homicidio.

Los jueces entendieron que los menores no pudieron actuar libremente durante los hechos que terminaron con el crimen de Vieytes. En tal sentido sostuvieron que "la capacidad de autodeterminación estaba fuertemente restringida, tornando inexigible otra conducta a la emprendida, frente a la certeza de un mal grave e inminente".