La desesperada búsqueda en la inundación de Bahía y una heroína que cambió el final: "¿Dónde está mi bebé?"
En medio de la tragedia y el dolor por el agua que puso en riesgo al Hospital Penna, el drama se adueñó de la sala de neonatología.
Por Redacción 0223
PARA 0223
Una madre adolescente estaba en su casa de Bahía Blanca cuando, de repente, los fuertes ruidos la despertaron. Era la furiosa tormenta que se desató el pasado el viernes en la madrugada y causó muertes y destrozos irremediables. Ella, en ese momento, tomó su teléfono y se desesperó: le había llegado un video de la sala de neonatología del Hospital Penna totalmente inundada.
Saira Delmiro, de 16 años, se fue corriendo al nosocomio. "No veía a mi bebé desde la noche anterior y en las imágenes no aparecía el sector donde ella estaba", explicó sobre su desesperación al ver las imágenes, en una entrevista con Infobae. Amely, su hijita, nació el 15 de febrero, con solo 27 semanas de gestación y un peso de 940 gramos. Pasaba sus días en una incubadora, con respirador y asistencia médica constante.
Diez días después del nacimiento, el 25 de febrero, los médicos le advirtieron a Saira que la beba tenía alto riesgo de mortalidad. “Antes de irme, me pidieron que me despidiera de ella, pero me negué. No quería transmitirle toda mi angustia. Le hicieron un drenaje, le sacaron el líquido y, para sorpresa de todos, mejoró. Ella es muy fuerte“.
Tras largas semanas de internación y angustia sobre el estado de su bebé, los médicos le habían recomendado que vaya a descansar a la madre adolescente. Se fue esa noche, pero unas horas después llegó la trágica tormenta. El mal sueño, el video, la desesperación. Se fue a buscar a su hija, sin embargo, cuando llegó le dijeron que no estaba allí. Con el agua casi en la cintura y una imagen terrorífica de desesperación y enfermeras corriendo para salvar a los niños, gritó: "¿Dónde está mi bebé?".
El director de neonatología le explicó que la habían trasladado a su hijita, que estaba bien. "El problema es que donde estaba quedaba pasando el centro y, con mi mamá, no teníamos cómo llegar. Paramos una camioneta que se ofreció a llevarnos, pero tuvimos que bajarnos antes. Cuando salimos del coche, el agua nos llegaba por encima de la cintura y la corriente te llevaba. Tuvimos miedo”, contó Saira.
Finalmente, cerca de las 21:30, llegaron a la clínica. “Entré y dije: ‘Soy la mamá de Amely, una de las bebés que trajeron del Penna’. Ahí me llevaron a la sala de padres para que me cambiara y después nos reencontramos. Cuando la vi, me largué a llorar. No podía creerlo. Creí que no iba a sobrevivir”.
La heroína de esta dramática historia
Luciana Marrero, enfermera del Hospital Penna, cobijó a Amely en su pecho, debajo de su ambo, para darle calor y así salvarle la vida. Junto a sus compañeras, pusieron en marcha un operativo de rescate que se extendió durante 18 horas ininterrumpidas hasta que lograron trasladar a todos los recién nacidos a un lugar seguro.
Luciana, quien trabaja en el turno noche de la Neonatología, conocía a Amely, pero no a Saira. Recién se vieron por primera vez días después de la tormenta. “Fue muy emotivo el encuentro. Ella estaba superagradecida por lo que hice. ‘No tenés nada que agradecer. Yo también soy mamá y te entiendo. Vos hubieras hecho lo mismo’, le dije. Me emocionó mucho verla afrontar una tarea tan enorme como la maternidad, siendo tan chiquita”, contó la enfermera a Infobae.
Una historia con final feliz entre tanta tristeza que invadió a Bahía Blanca. Una de tantas heroínas que, tengan o no visibilidad, siguen trabajando por la gente en una ciudad devastada por las inundaciones.
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