La fiesta argentina se mudó a las calles

El sueño del pueblo se acrecentó con el pase a la final y Mar del Plata salió de forma masiva para festejar. Una multitud “copó” las calles de la ciudad, con mucha familia y los idiotas de siempre.

Fiesta celeste y blanca. La ciudad salió a la calle a festejar el pase a la final. (Fotos: Romina Elvira)

9 de Julio de 2014 22:29

Si la clasificación a semifinal después de 24 años, llevó a que el Monumento a San Martín esté como hacía mucho tiempo no se veía en festejos por la Selección Nacional, lo que sucedió luego del pase a la final, no tiene explicación. Si en otra parte del mundo se muestra la celebración, pensarían que Argentina ya hubiera levantado la Copa. La expectativa, la ilusión y el desahogo de una definición por penales, sacó a todos los marplatenses a la calle para alentar a los dirigidos por Sabella y soñar con la tercera estrella. Párrafo aparte para los idiotas de siempre, esos que nunca faltan y amargan la fiesta de la familia, con enfrentamientos entre hinchas de distintos clubes y botellas arrojadas a la gente que estaba celebrando.

Una vez más, ver el Monumento a San Martín de la forma que estaba, fue conmovedor. Sobre Luro hasta La Rioja para un lado y San Luis del otro y por Mitre hacia la catedral, no cabía un alfiler. Familias enteras, desde nenes que apenas contaban días, hasta abuelos que le dedicaban este triunfo a Di Stéfano, la “saeta rubia”, que para muchos fue el mejor de todos los tiempos y su corazón dijo basta el pasado lunes.
 
Como siempre, Maradona y Messi fueron los dos protagonistas más ovacionados por la gente y no se ahorraron cargadas para Brasil y su catastrófico 1-7 ante Alemania en la semifinal. Pero este partido terminó siendo el de la consagración de otro. De alguien que tiene mucho que ver con los dos mencionados en el inicio del párrafo. Cuando Diego era el técnico de la Selección Nacional, había tirado una de sus tantas frases rotundas: “Mascherano y diez más”. Cuando Sabella se hizo cargo, el “jefecito” no tuvo ningún problema en dejarle la cinta a “Lio”, para que lleve la 10 en la espalda y el brazalete como quién levantó la Copa por última vez (hasta ahora) para Argentina. Pero el volante central, fue la gran figura del duelo con Holanda, cortó dos avances concretos de gol de Robben sobre el final del partido, y se ganó definitivamente el corazón de todos. Algo que ya no hacía falta, después de las actuaciones consagratorias que ha tenido en lo que va del Mundial de Brasil 2014. El capitán real (más allá del brazalete), terminó de meterse en la gente y el canto que decía “que de la mano de Lio Messi, todos la vuelta vamos a dar”, se transformó en “vení vení, cantá conmigo, que un amigo vas a encontrar, que de la mano de Mascherano, todos la vuelta vamos a dar”.
 
Al quedar lejos algunos, si bien el epicentro volvió a ser el Monumento, se armaron muchos “subgrupos”, en diferentes sectores de los festejos, donde muchas familias se agolpaban, gritaban y saltaban, con chicos, con grandes, con mucho cotillón, con banderas, cornetas y redoblantes.