Jorge Rivas instó a los kirchneristas a "recuperar el rumbo del país"

Fue durante la presentación de su libro "El Rumbo. La izquierda en el proyecto nacional y popular", obra prologada por Cristina Fernández de Kirchner. El acto se realizó en la sede del Socialismo Marplatense.

13 de Febrero de 2016 19:21

Por Redacción 0223

PARA 0223

El dirigente Jorge Rivas, titular del Socialismo para la Victoria, cuestionó al gobierno de Mauricio Macri y llamó a los militantes kirchneristas a "recuperar el rumbo". Fue este viernes en la sede del Socialismo Marplatense (Rivadavia 3422) en la presentación de su libro "El Rumbo. La izquierda en el proyecto nacional y popular", obra prologada por Cristina Fernández de Kirchner. 

En la presentación, Rivas, quien fue vicejefe de Gabinete de Néstor Kirchner y diputado nacional en los mandatos de Crsitina Fernández como presidenta 2007-2015, leyó ante los presentes un texto, mediante el sistema informático que utiliza para comunicarse desde que quedó cuadripléjico en noviembre de 2007 por las secuelas de un golpe recibido al sufrir un robo.

El mensaje de Rivas

Quiero agradecer al Socialismo Marplatense y a todas las agrupaciones políticas presentes, a Madres, Abuelas, a todos los compañeros y amigos que me acompañaron hoy en esta mesa en la presentación en Mar del Plata de mi libro "El Rumbo. La izquierda en el proyecto nacional y popular.

Los textos que componen mi libro no fueron pensados como parte de una obra cerrada. Por el contrario, son el resultado del día a día de la militancia política. Fueron escritos entre el día de mi regreso a la Cámara de Diputados en 2009 y el fin de mi mandato, el 10 de diciembre pasado. El objeto de cada uno fue defender un proyecto de ley en el recinto de Diputados, o polemizar, o dar a conocer una posición, entre otras numerosas posibilidades.

Sin embargo, si recorro los textos que integran El Rumbo, aun rápidamente, compruebo que están todos alineados por una misma vocación. La misma que impulsó nuestras acciones políticas durante toda una década. Esa vocación fue la de comprometernos, en tanto socialistas, con la difícil y apasionante tarea política que llevaron adelante los gobiernos del proyecto nacional, popular y democrático. Ese proyecto que se puso en marcha en 2003, con Néstor Kirchner, y que sigue liderando hoy Cristina Fernández de Kirchner, aun cuando haya terminado su presidencia.

Y cuando digo comprometernos en tanto socialistas, quiero decir también hacer el máximo esfuerzo para convocar a los demás socialistas, y a todos los militantes de la izquierda de raíz marxista del país, a sumarse a este proyecto. Porque los destinos de nuestro país y de toda la región se debatían, se debaten, en una nueva dimensión histórica. En esa dimensión, el proyecto encarna al movimiento popular, que se propone reparar los daños ya causados por el capitalismo salvaje y evitar nuevos daños. Y empezar, así, a avanzar, paso a paso, hacia una sociedad más equitativa y más genuinamente democrática.

Creo que está a la vista que el mundo entero marcha vertiginosamente hacia una desigualdad cada vez más terrible. Y hacia la aplicación de dosis de violencia cada vez mayores a los pueblos pobres, y a los pobres de cada pueblo. Y lo que hemos hecho, en varios países hermanos y acá mismo, en nuestro país, es levantar con esfuerzo algunos diques de contención para la desigualdad y la violencia. La inclusión social, la ampliación de derechos, la ausencia de represión a la protesta social, la sanción judicial a los terroristas de estado, fueron algunos de esos diques que nos distinguieron en el mundo feroz de la crisis del capitalismo. 

Los militantes de izquierda sabemos, hablando con honestidad intelectual, que no estamos en condiciones de proponer una transformación radical del carácter del estado. No podemos alentar la esperanza de que desaparezcan en el corto plazo las injusticias, ni sostener un modelo cerrado y perfecto de organización social superadora. Sí podemos avanzar, como parte de un masivo y heterogéneo movimiento popular, fortaleciendo nuestro Estado, para seguir enfrentando al poder económico concentrado, en el largo y difícil camino que nos acerque paso a paso a una sociedad más justa. 

Cuando presenté este libro por primera vez, faltaban apenas poco más de dos semanas para la segunda vuelta electoral, en la que se jugó el presente y el futuro de nuestro país entre dos modelos antagónicos. No pudimos garantizar la continuidad del proyecto nacional y popular. No pudimos cerrarle el paso a la restauración conservadora, que se despliega hoy con brutalidad y pone al país nítidamente en el camino opuesto a nuestro rumbo. 

Como suele suceder en la historia de los pueblos, un brusco giro, en este caso infortunado, ha cambiado el significado de muchas cosas. Las páginas de este libro ya no pueden ser leídas como la celebración de un camino que, aunque trabajosamente, nos acercaba a una sociedad más justa. Espero que puedan ser leídas, en cambio, como una firme reivindicación de lo mucho que anduvimos y como una hoja de ruta del rumbo que ahora hay que recuperar. Si me permiten, y como último, también como un llamado a poner todo nuestro esfuerzo militante en esa recuperación del rumbo provisoriamente extraviado.

 

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