"Pedir que un fiscal esté en un barrio es no entender el fenómeno de la delincuencia"

Fabián Fernández Garello dijo que las críticas de Pulti fueron de carácter electoral. (Foto gentileza: Diario El Atlántico)

6 de Febrero de 2013 19:36

Por Redacción 0223

PARA 0223

por Mariano Suárez


Fabián Fernández Garello es el jefe de todos los fiscales del Departamento Judicial de Mar del Plata, un cuerpo que en los primeros días del año recibió numerosas críticas. Durante una entrevista con 0223 respondió a cada uno de los cuestionamientos que se le realizaron. Las que se hicieron en público y las que se oyen por lo bajo. Pidió "prudencia" en reiteradas oportunidades y aseguró que las declaraciones del intendente Gustavo Pulti tiene más relación con el año electoral que con la realidad. 

En medio de los pedidos de la descentralización de las fiscalías afirmó que el proyecto "no es funcional" y aseguró que quienes proponen este plan "desconocen" el funcionamiento de la Justicia y de la delincuencia. 

Fernández Garello sostuvo que si hubiera un fiscal en cada barrio no aumentarían las denuncias porque la gente tendría miedo de que los delincuentes de la zona los vieran. 

-El año comenzó con dos homicidios en Mar del Plata y los fiscales fueron muy cuestionados. ¿Cómo analiza la situación?

-No tengo bien individualizada cuál ha sido la crítica. El homicidio de La Bella está esclarecido. El fiscal ha hecho todo lo que tenía que hacer. Por razones de una licencia que tomé, no estuve siguiendo los medios de prensa. El Ministerio Público Fiscal cumple su función estricta que es llevar adelante juicios. Se nota que a lo largo del año, no sólo en enero, hay condenas permanentes de distintos hechos.

-¿Entonces cree que las críticas son injustificadas?

-La Justicia -no sólo el Ministerio Público- es un poder que actúa después que han sucedido los hechos. No cabe exigirle a la Justicia que haga tareas de prevención. Esto no sólo en Mar del Plata, sino en cualquier lugar del mundo. Yo tengo reuniones permanentes con autoridades policiales y municipales para tratar de ver qué se puede ajustar. Y las cuestiones las tratamos de resolver en un marco de serenidad y sobre todo de reserva. Si nosotros exponemos ante toda la opinión pública distintas debilidades que puede tener el sistema en su conjunto pareciera que los delincuentes toman nota y a partir de ahí sale todo el mundo a robar. Yo veo a veces declaraciones muy imprudentes en este sentido. Hay que tener en cuenta que esto es una especie de pulseada entre un poder visible que es el Estado y un poder invisible, amorfo, deagregado, que es la delincuencia. Me gustaría que me precise cuáles fueron las críticas.

-El intendente reclamó más compromiso de los fiscales.

-Este es un año electoral. Hacer declaraciones de este tipo tienen que ver más con el precalentamiento por un año tan difícil como el que se viene que con lo que ocurre en la realidad. Yo veo un compromiso permanente de parte de los fiscales.

-¿Las considera meramente politicas?

-Creo que son declaraciones políticas. Es un mecanismo de transferencia de culpas para dar alguna explicación de situaciones. Inclusive, la cuestión de la seguridad no es la tarea principal del intendente. Cada vez que nos ha convocado para una conversación hemos estado, pero habría que reflexionar un poco antes de este tipo de menciones.

-¿Habló con el intendente en lo que va del año?

-No he tenido oportunidad. Yo me he reintegrado hace dos o tres días. 

-Volvió al centro de la escena el pedido para descentralizar las fiscalías. ¿Qué opina?

-Tengo que volver a explicar cuestiones que ya expliqué en su momento. Pareciera que hay una sistemática insistencia sobre cuestiones que la propia (procuradora general de la Corte, María del Carmen) Falbo le había hecho conocer al intendente. Que de ninguna manera resultaba funcional descentralizar las fiscalías.

-¿Por qué?

-Nosotros somos cabecera del departamento judicial y tenemos que estar en un solo lugar. Tenemos que hacer juicios, esa es la tarea principal de un fiscal. A veces desde el periodismo -y es lo que se traslada a la gente- se ve en la televisión que el fiscal llegó al lugar del hecho. La gente se queda con la idea de que el fiscal es un funcionario que hace permanentemente un recorrido por lugares donde suceden hechos delictivos. El fiscal va una sola vez al lugar del hecho. El resto del turno es tomar declaraciones a los imputados, elevar causas a juicio, contestar oposiciones por nulidades, hacer apelaciones ante la cámara. Es una tarea procesal. Para poder hacer esto tiene que estar cerca de los jueces. Si no está, no tiene fiscales para hacer juicios. Si no hay juicios, no hay condenas. Y si no hay condenas lo que reclama la gente, que los delincuentes estén presos, no se produciría. 

Los procesos de descentralización, que son por ley, no por capricho del fiscal general, ni de la Procuradora de la Corte, son procesos que se dan en ciudades que están fuera del departamento judicial. Un ejemplo es Bahía Blanca y Carmen de Patagones, que están separadas por 500 kilómetros. Muy distinta es una ciudad como Mar del Plata que es cabecera de Departamento Judicial. Fíjese que el edificio central de Tribunales quedó sólo para el fuero penal porque se necesita infraestructura. Si usted pone a un fiscal en algún lugar tiene que armar hasta un calabozo para tener detenido a alguien mientras espera que se le tome declaración. El fiscal tiene que tener empleados, un vehículo para trasladarse. Seis fiscales de turno descentralizados en seis puntos de la ciudad se diluirían de una forma que no daría resultado. 

-Y más allá de los recursos, ¿el proyecto ayudaría a mejorar la labor de los fiscales? 

-Hay mucho improvisado en esto. Si yo pusiera mañana un instructor judicial en un barrio, en muchos casos la gente no se acercaría porque tiene miedo. La gente no quiere que en el barrio donde a veces viven delincuentes se vea que está entrando a hablar con un instructor. Si después viene un allanamiento en la casa de la otra cuadra se sabe automáticamente quién es el testigo con reserva de identidad que generó el allanamiento. La gente no quiere eso.

Yo permanentemente recibo a gente de todo Mar del Plata y me entero lo que pasa en los barrios. A veces convoco a la policía y el tema se resuelve con prevención. A veces no y mando a instructores judiciales. Los mando en un coche viejo, en jean, con una remera para que no se note que es funcionario judicial. Le toca timbre, toma unos mates en la cocina y recién ahí logramos una declaración. Lo primero que manifiesta la gente es que tiene temor por las represalias. Los que están proponiendo la descentralización desconocen asuntos de esta naturaleza.

-Entonces, ¿tampoco cree que sea una idea práctica?

-En estos momentos, los fiscales estamos repartidos en seis edificios. No se imagina la problemática cotidiana que tenemos. El año pasado en Mar del Plata entraron 32.300 causas por distintas denuncias. Esas causas demandan muchos trámites y hay que ir de un lado a otro. No es soplar y hacer botellas. Una vez charlando con una sociedad de fomento les pregunté qué les parecía esta idea de tener la oficina de denuncias en el centro (funciona en La Rioja y Brown) y la gente me contestó que todos los colectivos de Mar del Plata van al centro. Es más fácil ir al centro; la gente viene a hacer otros trámites, a trabajar.

Yo en este momento no estaría en condiciones de opinar si el transporte público de Mar del Plata es eficiente. No es mi tarea. Tampoco podría analizar si obras como la del emisario submarino son eficientes o no. Y consecuentemente no me animo a opinar de esto. Entonces, yo hago un llamado a la prudencia. Decir que la policía es deshonesta es restar credibilidad al vecino que tiene que hacer una denuncia. Decir que todos los fiscales no le ponen lo que le tendrían que poner a esto es desconocer lo que pasa con los fiscales que trabajan durante todo el día. 

-Se planteó como alternativa a la descentralización que haya fiscales específicos para cada barrio. ¿Es viable?

-¿Cuántos barrios hay en Mar del Plata? Yo tengo seis fiscales de turno. Le tengo que asignar 15 barrios a cada uno. Esto es desconocimiento de lo que ocurre en la función y es hablar sin prudencia. Además, no es que el que roba en el barrio Los Troncos roba siempre ahí. No es que roban siempre los mismos cuatro juntos. Nosotros tenemos una ventaja sobre el conurbano es que tenemos una planta urbana definida. Entonces la concepción de esta planta, ya sea desde el operativo policial o desde los fiscales, tiene que ser una concepción de ver a la ciudad en su conjunto. Porque cuando le roban a los comerciantes de Güemes vienen de otros barrios a robarle. Usted puede estar sentado analizando el seguimiento de la Comisaría Segunda, pero si el delincuente viene del barrio Libertad, cuál es el sentido.

Cuando usted habla con un jefe policial y le pide encarar un tema muy específico. A veces la respuesta es "Tengo que traer gente de afuera porque a los 10 investigadores que tengo los conocen". Y nos auxilian de inmediato. Viene gente de afuera y la situación se resuelve enseguida. Dígame de qué sirve mostrarle a la gente que la cara visible del Ministerio Público es un fiscal sentado en un barrio. Esto es no saber cómo funciona el fenómeno de la delincuencia. 

-¿Y qué se puede hacer?

-Quizás lo que hay que hacer, y aquí es donde una vez más veo una dosis de improvisación con algunas declaraciones, es quedar a la espera de la puesta en funcionamiento de la policía judicial, cuya ley se sancionó en noviembre. Si se quisiera hacer una política con visión estratégica tendría que estar Mar del Plata alineada pidiendo que la experiencia piloto sea aquí. 

-¿Siente que la Justicia está alejada de la gente?

-Con los barrios hacemos reuniones permanentes. Cuando vienen yo les pido una casilla de correo y le damos la nuestra. Le mandamos una planilla con las sentencias semanales, donde figura el delito, dónde vive el imputado, la fecha que comenzó el proceso y la fecha que terminó para que vean la celeridad de las sentencias. Esto lo mandamos a más de 450 mails. Son mecanismos que hemos ido diseñando para ver cómo podemos acercarnos. Yo no puedo charlar con todos los habitantes. Pero si tengo 450 casillas de correo electrónico pareciera que hay 4 o 5 personas por barrio.

Con esto, además, nosotros aspiramos a que la gente si  fue a hacer una denuncia y no se la quisieron tomar nos avise de inmediato. Es fundamental que nos ayuden los medios a difundir esto. Entran 32 mil casus por año. En la oficina de denuncias del Ministerio Público entran nada más que dos por día. Otro grupo de denuncias, fundamentalmente de delitos económicos, vienen de abogados. Y en los barrios queda esta situación que a veces están lejos de la comisaría. Pero para generar una situación de cercanía necesitaríamos poner en lugares estáticos a no menos de 50 personas. Si a mi me ponen 50 instructores para estar sentados, ¿de dónde va a salir el presupuesto para formar a la policía judicial? 

-Otra de las críticas es que los fiscales de Mar del Plata se toman vacaciones en enero, el mes en el que la población se duplica. ¿Qué responde?

-Esto, una vez más, es producto de una imprudencia y una desinformación. La feria en enero hasta la Corte lo ha estudiado. A la gente tiene que darle vacaciones en algún momento. Para recibir cosas en el turno con lo que queda es suficiente. Lo más importante en cuanto a cantidad viene cuando hay que hacer el juicio. Si se dijera que cada uno de tome las vacaciones cuando quiera no sólo que tendríamos un problema con los fiscales si no que no tendríamos tribunales integrados para poder hacer los juicios. Entonces, cerramos en enero y a partir de febrero está todo el mundo trabajando.

Si no la hiciéramos en enero, ¿por qué? ¿Se duplica el delito en la ciudad? No. Quedan turnos en todas las fiscalías, económicos, culposos, flagrancia. El incremento de delitos en el mes de enero, debido al incremento policial que hay, es del 15 o del 20%, no es un número que se triplica. Es preferible -y a esta conclusión llegó la Corte- mantener este esquema. 

Además, le aclaro que enero es el peor momento para irse de vacaciones porque los pasajes están más caros, está lleno de gente en todos lados. Hay un formidable desconocimiento de todo lo que ocurre acá dentro y lo ideal sería ser prudente. 

-¿Qué cambios haría usted para que las fiscalías mejoren?

-Si tuviéramos la posibilidad de contar con un cuerpo de policía judicial hay muchas tareas que hoy se hacen dentro de las fiscalías que se podrían derivar. Por ejemplo, en las fiscalías de delitos económicos hay no menos de 700 causas anuales. La competencia de la ley de la policía judicial va a estar para eso. Si funcionara, ese bloque de causas se les derivaría y generaría un alivio administrativo en determinados sectores. Esto nos permitiría la posibilidad de reagrupar o incrementar la cantidad de fiscales de turno. Sumarle un fiscal más a flagrancia. Poder establecer una fiscalía -como lo hicimos y no pudimos mantenerla- especializada en abusos sexuales. 

-¿Cómo es la relación entre fiscales y policías?

-El año pasado se detuvieron 1.500 personas en flagrancia. Esto supone una relación cotidiana entre fiscales y policías. Se aprehende a alguien que está cometiendo un delito, se lo trae ante el fiscal y en 24 horas ya está dando su declaración de descargo. Con esa cantidad debo dar por sentado que algo está funcionando. 

Hay situaciones que son de otra naturaleza y que son patológicas como ocurrió hace dos años cuando se armaban causas en la comisaría cuarta, cuando se intentó armar la causa de Dardo Molina, que son puntuales y que tienen sus causas formadas. 

Justamente en el homicidio de Dardo Molina se comprobó que dos policías, que hoy están condenados, habían detenido antes a los delincuentes que después terminaron generando este luctuoso episodio. Hicieron un negocio en ese lugar. ¿Cómo hace para prevenir eso? ¿Siento un fiscal en cada patrullero? El nivel de corrupción también lo tenemos a nivel de agentes de tránsito. Esto no ocurre todos los días, es lo patológico y cuando lo encontramos procedemos. Hay niveles de corrupción que están tan sueltos que son difíciles de controlar. Pero estos hechos de enero los esclareció la policía. No vino el FBI a resolverlos. ¿Cómo puedo decir que no funciona? Ahora, cuando un policía no hace lo que no corresponde o un camarista, como ocurrió hace muchos años, nosotros hacemos lo que corresponde. 


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