“Los ciegos son los únicos que le devuelven la magia a la astronomía”

Sebastián Musso es divulgador científico y habló con 0223 sobre cómo diseñó un sistema inclusivo para que personas no videntes puedan escuchar el cielo, recorrer la luna o tocar tierra la de Marte.

Sebastián Musso, un apasionado de las estrellas. 

11 de Octubre de 2015 12:52

Por Redacción 0223

PARA 0223

Para la mayoría de las personas parece sencillo inclinar la cabeza y mirar el cielo. Ver las nubes y pensar que en algunas horas puede llover, o mirar el sol y diagramar un día de playa. Pero, ¿cómo hacen las personas no videntes para conectarse con el universo?

Sebastián Musso estaba en un estudio de radio haciendo una columna de astronomía cuando se hizo esa pregunta. Un día, el conductor del programa le contó que planeaba escalar el volcán Lanin con un grupo de chicos ciegos. “Aunque yo no iba a subir, comencé a participar de las charlas previas porque simplemente me fascinaba la idea”, cuenta a 0223 este divulgador científico marplatense.

Un joven le preguntó: “¿Cómo se ve el cielo?”, y Musso sin ningún parámetro para ejemplificar, comparar o explicar se quedó sin palabras. Pero no sin acción.

Como tantas otras veces en su vida, investigó por cuenta propia y creó un magnífico sistema que transformó lo que él veía en algo que se podía escuchar. Estudió cada una de las estrellas: a los distintos brillos los transformó en decibeles y a los colores les puso tonos diferentes. Por primera vez el cielo se podía escuchar.

“Entiendo que debo ser el primero”, sostiene con humildad. Si se googlea su nombre, uno de los tantos datos que se pueden averiguar es una conferencia que dio en el Observatorio de La Plata, que fue citada por el Museo Smithsoniano de Estados Unidos y tomada por el “planetario más lindo del mundo” en Valencia, que hoy en día reproduce de forma Imax la galaxia.

Así fue como, junto con otros especialistas en el área se unieron a Astrónomos Sin Fronteras con el fin de generar herramientas de enseñanza de la astronomía para personas con discapacidades.

 

Una luna de resina

“Acabás de aplastar a Neil Amstrong”, suele reírse Musso cuando alguien trata de recorrer con sus dedos la luna de resina que saca cada vez que un interesado quiere saber cómo es el satélite terrestre. “Cerrá los ojos, caminala, hay un lado que parece estar más destruido que el otro, descubrilo”, indica.

Transformar la luna en una esfera del tamaño de una pelota de fútbol, con una réplica exacta de su superficie, es otro de los proyectos que hizo realidad. Porque una vez un chico no vidente le dijo: “Ustedes siempre la nombran en los poemas, en las baladas, pero yo nosé cómo es”. Hoy ya lo sabe.

Siempre se ve la misma cara. Cuando los meteoritos llegan de su lado, la golpean y le generan cráteres. Cuando vienen del lado de la Tierra, el planeta funciona como escudo. Es el lado “más rugoso”, el llamado Oscuro que no pudieron conocer los hombres que la pisaron por única vez en 1969 porque su tecnología no los dejaba recorrer esas cordilleras; pero gracias a las muchas “navecitas” que andan por el espacio es que se saben sus características.

 

Tierra de Marte, “trucha”

Otra de las creaciones en las que Musso estuvo involucrado -aunque en este caso sólo de receptor-  siempre con la idea de trasladar un lenguaje visual a otro alternativo para personas no videntes, es la tierra de Marte. Él la lleva en una bolsita de esas que se usan para congelar comida en el freezer.

“Las navecitas fueron, sacaron una muestra de tierra y se la reprodujo en laboratorios con las mismas especificaciones químicas”, explica y aclara que se la envió un amigo que trabaja en la Nasa.

 

¿Papá Noel trae libros de Astronomía?

Si bien pasó por los salones de Fasta donde estudió Comunicación Social, Sebastián Musso nunca se sentó en un pupitre que le enseñara cómo ser divulgador científico.

Cuando tenía apenas siete años se puso a revisar una enciclopedia que había en la casa y quedó fascinado con los artículos sobre el Sistema Solar, que devoró al instante. Siguió por otros libros, y cuando no hubo más preguntó: “¿Papá Noel trae libros de Astronomía?”. Por suerte sí. Y los Reyes como eran tres tuvieron que regalar uno más grande.

A los 12 años fue a una exposición y quien la brindaba escuchó que ese chico repetía todo lo que decía, y lo invitó a dar juntos la próxima charla. “Me fascinó”, recuerda y explica que a partir de ese momento supo que lo suyo no era estudiar la ciencia, sino comunicarla.

Por eso empezó Comunicación Social en Fasta y se instruyó en todo lo relacionado con la astronomía de forma autodidacta. “Siempre fui buscando distintas herramientas para enseñar a diversos públicos”, sostiene.

Hoy, continúa como hace 21 años con su curso de astronomía de los sábados y viaja por distintas partes del mundo instruyendo sobre astronomía para ciegos. Además, construye un observatorio en Trelew, y planea la edición de seis libros, -tres sobre “la ciencia que más arte tiene”.

 

“Me fascinan todos los temas, pero no miro el cielo”

Entonces, ¿por qué la astronomía? “Me parece fascinante que un grupo de gente dedique 10 años de su vida a proyectar una misión, 14 años a esperar que esa navecita cruce todo el Sistema Solar hasta llegar a Plutón, para sobrevolarlo durante una hora y media, sacar toda la información posible, y se acabó”, responde a modo de ejemplo.

Al descubrimiento lo entiende como una aventura. Yo logré ser y hacer lo mismo”, resume. “No hago astronomía, soy astronomía”, agrega. Y continúa: “Yo no laburo más, disfruto de cada cosa que hago, una charla, un libro, y cuando hago una exposición me la quedo mirando con los ojitos brillosos, o lloro como un loco con un taller de astronomía para ciegos cuando una persona dice que es la primera vez que tocan la luna con las manos”.

Sebastián fue uno de los nueve oradores que en este 2015 Tedx MardelPlata eligió para brindar esa “idea que puede cambiar el mundo”. En su caso, una astronomía inclusiva, que pueda ser entendida por todos sin importar las barreras físicas. “Los ciegos son los únicos que le devuelven a la astronomía la magia”, dispara.