La Normandina, sin control: de centro cultural y gastronómico, a complejo de boliches

El complejo concesionado para ser un polo gastronómico y cultural se transformó en un ícono de la nocturnidad. Este lunes, el Concejo analizará extenderle la concesión por otros 10 años.

27 de Noviembre de 2017 08:10

Por Redacción 0223

PARA 0223

“Funcionará como un gran polo gastronómico, con un foyer ligado a la actividad cultural y un gran espacio para convenciones”. En enero de 2007, Eddie Soria, entonces gerente general de La Normandina, un edificio histórico de Mar del Plata que había sido recuperado por un grupo empresario, le daba detalles al diario La Nación de cuál sería el destino de ese inmueble instalado en el corazón de Playa Grande.

Diez años después, poco queda de la actividad cultural o del polo gastronómico: en base a excepciones y favores políticos, La Normandina se convirtió en un polo nocturno sin control. Por estas horas, los concesionarios esperan que el Concejo Deliberante les apruebe un pedido inusual: una prórroga de 10 años de la concesión que vence en 2034. Los actuales concesionarios aseguran que tuvieron que invertir mucho más de lo previsto para recuperar el edificio donde supo funcionar el Inidep.

Es un planteo que no corresponde. Cualquier persona que compra un inmueble tiene la obligación de constatar que está en las condiciones que el vendedor dice. En el caso de una concesión es lo mismo. Y encima hacer el planteo 10 años después no reviste ningún análisis”, le dijo un especialista a 0223.

 

Este lunes, la Comisión de Legislación del Concejo Deliberante volverá a analizar el planteo de los empresarios, que en la nota elevada al HCD dejan entrever que, en rigor, les correspondería un resarcimiento económico por su esfuerzo, pero para no causarle gastos a la comuna proponen que les extiendan la concesión por otra década, hasta 2044.

En medio de este planteo, surgen cuestionamientos de distintos sectores por el avance sobre el espacio público que realiza La Normandina. “Están haciendo una obra con cemento sobre la arena, cuando se sabe que está prohibido. No se ven carteles y no sabemos si está habilitada”, contó un hombre que recorre habitualmente ese espacio, quien afirmó que están provocando un “daño ambiental muy grande”. 

A su vez plantearon que estas obras van en contra de lo que se plantea desde el gobierno de María Eugenia Vidal en cuanto a favorecer los espacios públicos de cara a la temporada.

 

¿Otro boliche?

Mientras los concesionarios esperan una resolución favorable por parte del Concejo Deliberante al pedido, el complejo de Playa Grande continúa dejando atrás aquellos intentos por convertirse en un espacio cultural y gastronómico y le apuesta por completo a la nocturnidad.

A fines de 2010, a partir de un proyecto impulsado por el Ejecutivo a cargo de Gustavo Pulti, se permitió a los concesionarios abrir por primera vez un boliche en el edificio La Normandina, pese a que la concesión que habían ganado lo prohibía expresamente. En aquel entonces, el hoy diputado provincial Maximiliano Abad, rechazó desde su banca del Concejo Deliberante la autorización y anticipó que generaría un antecedente complejo.

“Esta excepción va a generar un antecedente para que cualquier otro balneario pueda después pedir convertirse en un lugar bailable”, dijo Abad. Y acertó.

En 2013, otra vez por impulso del Ejecutivo, se planteó la necesidad de modificar el pliego licitatorio para admitir nuevos boliches en el complejo. Y así, aquel lugar que proponía desde su origen, tener distintas opciones para comer con vista al mar, y poder disfrutar de exposiciones artísticas, se convirtió en un complejo de boliches bailables.

Y va por más. Según señalaron fuentes consultadas por 0223, por estas horas hay obras dentro del complejo para avanzar en la construcción de un  nuevo boliche de cara a la temporada que se avecina.