Tras idas y vueltas, el gobierno finalmente avanza con el impuestazo a las cervezas

Decidieron incorporar en la reforma tributaria el aumento del 8 al 17 por ciento en la alícuota que pagan las cervezas (en la práctica pasa de un 8.7 a un 20,48%).

12 de Diciembre de 2017 19:40

Por Redacción 0223

PARA 0223

Tras idas y vueltas con el proyecto, el gobierno nacional finalmente decidió este martes incorporar en la reforma tributaria el aumento del impuesto interno a las cervezas que, de ser aprobado, implicará un incrementó del 12% en el concepto que hasta ahora abonaban las empresas por sus productos.

El oficialismo consiguió este martes firmar dictamen de mayoría a favor del proyecto de reforma tributaria, con cambios de último momento respecto a la propuesta original, que incluyen un reordenamiento del esquema de impuestos internos.

En el marco de una reunión de la comisión de Presupuesto y Hacienda, el dictamen de mayoría fue firmado por Cambiemos y -con disidencia parcial- por el bloque Justicialista y Evolución Radical (la bancada que lidera Martín Lousteau), en tanto que el Frente para la Victoria-PJ y el Frente Renovador firmaron sus propios dictámenes de minoría.

Entre las modificaciones, se destaca el retorno a la propuesta original para llevar del 8 al 17 por ciento la alícuota que pagan las cervezas (en la práctica pasa de un 8.7 a un 20,48%). 

La decisión original fue muy cuestionada en su momento por la Cámara de Cervecerías Artesanales de Mar del Plata (Ccam), por "el carácter regresivo que entendemos tendrían dichas medidas y del impacto negativo que las mismas ocasionarán a nuestra actividad; perjudicando el consumo y por sobre todas las cosas desalentando las inversiones y la formalización que con mucho sacrificio venimos procurando como colectivo".

En noviembre los cerveceros marplatenses remarcaron que “lo último que necesitamos son medidas que compliquen la fragilidad económica y financiera de las compañías medianas y pequeñas que están dando sus primeros pasos” y consideraron que la medida era “un castigo innecesario, profundamente inoportuno y que además no tiene el menor impacto desde el punto de vista de la recaudación y el equilibrio fiscal”.

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