Las razones del paro

Parar hoy, adherir a la medida de fuerza, no significa ser antidemocrático. No significa tampoco firmar un cheque en blanco al gremialismo actual, ni de la CGT, ni la CTA. Hay muchos que no paran, porque no pueden, o no quieren, y sin embargo, avalan todos y cada uno de los puntos y razones de esta medida. Este rumbo económico político no le cierra a muchos. Estas líneas brotan mientras se golpea, se detiene, se estigmatiza gente, que lo único que hizo es perder el trabajo. O salir a defender a quienes lo perdieron todo.

Ganancias, paritarias, tarifas, despidos, persecución, quita de retenciones y subsidios, inflación, consumo, falta de proporcionalidad, falta de razonabilidad, en los incrementos, a contramano de los sueldos congelados y atrasados, importaciones, fomento de la especulación financiera, afectación a la cobertura social, pérdida de derechos, quita de medicamentos a los jubilados, freno a mucha obra pública, tildándola de relacionada con la corrupción, quita de fondos a las cooperativas. Indefinición y la no aplicación, reglamentación e instrumentación, de la Ley de Emergencia Social. Persianazo de algunos comercios, con ventas que se desploman y gastos fijos que crecieron. Las razones del paro. Algunas, porque muchos podrán incorporar a esta lista, razones propias y generales.

La Gendarmería reprime en Panamericana, camiones hidrantes. Lanzan chorros de agua que impactan y alejan a los manifestantes. El símbolo, la imagen que marca que este modelo no cierra si no es con represión, deja de ser una hipótesis, una insinuación. Hoy, es la cruda realidad. Dentro de los autos  que esperan, algunos aplauden, felicitan a las fuerzas de seguridad, que bajo la orden de Macri y Bullrich, lanzan agua y gases lacrimógenos sobre hombres, mujeres, desocupados, trabajadores, periodistas, fotógrafos, camarógrafos.

En el medio, entre los que reclaman y los que pegan, por efecto de los camiones hidrantes y el sol, aparece un arco iris. ¿Señal de esperanza? ¿Señal de razón? ¿Para quiénes?

"Somos 700 trabajadores de Volkswagen suspendidos. Gano el 60% del sueldo. Esto no cierra. Vino la Gendramería y nos destrozó el auto, los vidrios, todo" dice un trabajador. Suspenden a los que fabrican el Gol, duplican los turnos de los que hacen las Hilux... ¿Hace falta alguna otra explicación?

Hay otro gobierno, hay otro país. Quizás hoy el paro marque un punto de inflexión. En un contexto diferente, ¿Tiene sentido seguir con las mismas estrategias?

Es tiempo de profundas reflexiones en cada sector. Criticar la política económica del gobierno es criticar al gobierno mismo. No hay espacio para matices o maquillajes, porque se critica el nudo de la forma de ver el país. Para muchos, los paros desgastan, y le dan al gobierno la justificación perfecta para la represión, y para seguir alimentando esa grieta, estigmatizando a quienes ganan la calle.

Bajo la consigna del respeto a los derechos de todos, se justifica el golpe, la herida, los gases, el agua y las corridas. Terminado el acto, arriba Eugenio Burzaco, el segundo de seguridad, para analizar el "éxito" de la maniobra, para el gobierno que lo mira por TV. Para muchos que celebran como un gol, y para otros que se entristecen, porque se reencuentran con la violencia de otros tiempos.

Es tiempo de revisar las estrategias. Carpas, marchas, lucha desde adentro, en cada puesto, en cada lugar de trabajo. Y en cada expresión democrática

Algunos argentinos sienten que esta es la verdadera democracia, con algunos golpes y palos incluidos. otros, sufren. Hoy, los docentes y los trabajadores de VW, los empleados de comercio, de plantas alimenticias, de la salud, reciben los palos, el achique, y la violencia.

Con golpes, con represión, nunca se resolvió nada.

Es cierto que se votó un cambio, pero hoy más que nunca, el gobierno tiene la obligación de encontrar un equilibrio, y los trabajadores replantear sus herramientas de reclamo.