“Nunca vi un caso igual de aberrante y con tal nivel de saña”

Antes de explicar durante veinte minutos las imputaciones a las ocho personas juzgadas por el crimen de un niño de cuatro años durante la realización de un rito umbanda, el fiscal Juan Pablo Lódola dijo a metros de la sala donde se realiza el debate que nunca le tocó presenciar un hecho de estas características. “Jamás vi un hecho tan aberrante, con esta saña y gravedad ante un niño sin ningún tipo de contención familiar”, confesó.

El fiscal –que reemplazó a Eduardo Amavet al frente de la investigación- recordó que el personal de Policía Científica que llegó en primer momento al lugar y los profesionales que practicaron la operación de autopsia se asombró por el estado del cuerpo del chiquito. “La víctima fue mutilada, cortada, quemada y abusada durante los tormentos que sufrió”, sostuvo.

A partir del silencio de allegados a la pareja o asistentes habituales a los ritos umbandas encabezados por la “Mae” Ramona Rosa Toledo, los investigadores tuvieron serios inconvenientes durante el primer año de la causa para avanzar con la misma. “Eran declaraciones escuetas, estaban muy cerrados y tenían más miedo por los posibles ‘trabajos’ que pudieran hacerles que por las consecuencias legales de dar un falso testimonio”, agregó.

Tras la primera investigación que llevó a imputar a la pareja que tenía a su cargo al niño como coautores de homicidio cuadruplemente agravado y a otras dos personas como partícipes necesarios se logró llegar a los supuestos instigadores del crimen y un hijo de la “Mae” como supuesto autor de encubrimiento agravado. La madre biológica de Uriel también será juzgada por el delito de abanado de persona agravado con resultado muerte,aunque llegó al juicio en libertad.