Alvarado cayó en las redes de Defensores y empató en el Minella

Ganar todos los partidos de local era el primer objetivo del "torito" que ya no lo podrá cumplir, porque salvo pasajes jugó mal, no tuvo claridad y cuando la encontró no supo convertir.

Rodrigo Depetris todavía no encuentra el nivel que el equipo necesita de él en esta segunda fase. (Foto: Diego Berrutti)

17 de Febrero de 2019 22:59

Por Redacción 0223

PARA 0223

Alvarado no jugó bien pero, así y todo, mereció más. Pero como con Deportivo Roca por Copa Argentina o Sansinena en la fecha pasada, el fútbol no se gana con merecimientos sino con goles, entonces el sabor que quedó en el Minella fue amargo, la gente se fue decepcionada y el equipo con un dolor de cabeza porque no estaba en los planes dejar puntos de local y se le escaparon dos que lo obligan a recuperarlos lejos de casa. El "torito" empató 0 a 0 con Defensores de Belgrano de Villa Ramallo y la próxima fecha visita a Gimnasia de Concepción del Uruguay.

El primer tiempo se explica en los primeros 10 minutos y los últimos 5. En el arranque, se lo llevó por delante a Defensores de Belgrano, presionando, recuperando rápido la pelota, moviéndola bien de un lado a otro, atacando bien y con mucha gente, pero sin poder convertir. Por mérito de Olivera en uno y por falta de puntería en otras. Zalazar tuvo su primera gran presentación en el "torito" con un derechazo desde la medialuna que exigió una gran respuesta del "1". De ese córner, la pelota volvió a Canuhé, el centro cayó adelante y Ponce anticipó sin darle dirección y se fue por arriba. La gente se rompía las manos en la tribuna y murmuraba con las situaciones que se escapaban. Gentile desbordó bien y el cabezazo de Depetris, llegando desde atrás, fue a parar a las manos del arquero.

Ahí, el "granate" pasó el aluvión y el partido se pinchó. Alvarado empezó a equivocar los caminos, Ponce trasladaba de más, los centrales abusaban de los pelotazos y los stoppers estaban firmes para controlar los desbordes de Gentile y Canuhé. En ataque, no tenía demasiadas intenciones, cuando recuperaba buscaba al escurridizo Franco Coronel que molestaba pero le faltaba compañía. Lo único en esos 45', fue un córner que cabeceó Olego sin problemas al cuerpo de Matías Degrá, hasta ahí un espectador de lujo. En el tramo final, otra vez pisó el acelerador el local y casi llega a ese gol que tanto necesitaba. La más clara fue con una buena pivoteada de Gentile que aguantó y tocó atrás para Matías Caro que le dio como venía y reventó el travesaño. Antes del pitazo de Nasier, Olivera sacó con una mano un centro elevado y el rebote de Molina se perdió muy por arriba.

En el comienzo del segundo tiempo, Alvarado quiso hacer lo mismo, empujarlo, pero no tuvo claridad. Y por primera vez, Defensores encontró a Coronel que se metió para adentro, a espaldas de Bochi, encaró a los centrales y desde la medialuna probó un remate fuerte, bajo, que se fue apenas al lado del caño derecho. El partido se jugaba como quería la visita, sin ritmo, con el local tirando pelotazos a los centrales o que terminaban en las manos de Olivera. Como no podían entrar con juego elaborado, Depetris se animó desde afuera y sacó un buen derechazo que se fue cerca.

Giganti, como en Cerri, apostó a los dos "9", sacó a Depetris y buscó el mano a mano con los centrales. Pero Defensores seguía cómodo, defendiendo cerca de su área, haciendo tiempo, generando fastidio en el local y, si podía, intentar alguna contra. En una de esas, a los 27', la hizo toda bien por derecha, el centro -pase llegó para Olego que no llegó a definir de primera pero le quedó de nuevo y achicó bien Degrá para tapar con el cuerpo lo que era la apertura del marcador. La siguiente, fue todavía más clara: Ponce quiso tocar atrás para Mendoza pero la pelota lo superó y Coronel fue mano a mano con Herner, esperó la llegada de Fernández y tocó al medio para el ingresado que abrió el pie, engañó a Degrá, pero elevó su remate que se estrelló en el ángulo izquierdo y le devolvió el aire a los hinchas.

Quedaban 15' y ya el contexto cambió a un equipo visitante tranquilo, animándose más y aprovechando la desesperación local y un "torito" que se apuraba, que no encontraba los caminos y veía escapar un triunfo necesario. Encima, en ese ir e ir, se descuidaba atrás. Los ingresos de Lucero y Bonetto en los minutos finales aportaron frescura en ataque. Un desborde del neuquino encontró un gran anticipo de Zalazar y una mejor reacción de Olivera para mandar al córner. Pero no alcanzó, llegó al final y el murmullo del final para un equipo que intentó por momentos, equivocó en otros y se quedó con un empate con un sabor muy amargo.