Dos años sin el Repunte y sus 10 tripulantes: "Sé que mis hijos son la única razón para que yo siga acá"

Roxana es la viuda de José Ricardo Homs, el cocinero que tenía el pesquero marplatense. En un nuevo aniversario del naufragio, rememoró a su marido y contó cómo atravesó el proceso para tratar de superar semejante pérdida. "A veces sigo llorando a escondidas", confesó.

17 de Junio de 2019 15:59

Tuvo que encontrar siete razones para asumir la pérdida que nunca imaginó ni esperó y por la que tampoco nunca halló explicaciones. Supo que se trataba de un dolor distinto: era un dolor que no se preparaba para la lucha, sino que llegaba con la convicción de quedarse para siempre. Tuvo que aprender entonces a convivir con él, y con el recuerdo diario de su compañero de vida; del hombre con el que compartía prácticamente “todo”. Pero las razones que le permitieron reunir fuerzas no tardaron en aparecer: las encontró en cada uno de sus hijos.

De 25, de 23, de 21, de 19, de 16, de 14 y de 8 años. Ésas son las edades de Marcos, Brenda, Ignacio, Bruno, Celeste, Lucía y Ailén, los siete hijos que tuvo Roxana Herrera con José Ricardo Homs, cocinero del Repunte, y uno de los tres marineros que pudo rescatar sin vida en el mar la Prefectura Naval Argentina después del trágico naufragio que protagonizó el pesquero marplatense el 17 de junio de 2017 durante la temporada de langostino.

No importa que hayan pasado dos años del hundimiento: Roxana asegura que sigue extrañando a "Ricky" - así lo conocían a su marido - y que lo tiene “muy presente” en distintos momentos del día. “El dolor no se borra, es como si hubiese sido ayer todo lo que pasó. Yo trato de vivir y seguir haciendo las cosas, pero a veces sigo llorando a escondidas para no llorar delante de mis hijos”, confiesa.

Roxana dice que acudió a un psicólogo durante los primeros meses que sucedieron a la tragedia pero señala que, después de un tiempo, prefirió encontrar las fuerzas para tratar de superar la situación dentro de su familia. Y cuando evoca a sus hijos es inevitable que sus ojos no se inunden de emoción.

 “Nos contenemos entre nosotros. Mis hijos son mi fuerte y por ellos me levanto todos los días aunque no tenga ganas. Yo sé que por ellos estoy acá”, afirma, y agrega: “Ellos me tienen muy ocupada y me ayudan a no estar pensando todo el tiempo en esto, por la escuela y un montón de cosas. Pero es un día a día: un día uno no tiene ganas, o una semana está bien y otra mal. Los estados de ánimo son cambiantes”.

El caso de los hijos más grandes es distinto: ya están independizados y tienen sus respectivas familias. Pero siempre se hacen un lugar para visitar y acompañar a su madre. “Vienen todos los días y me dan muchas fuerzas. Cuando me ven mal, ellos me levantan, me hacen una broma o hacen algo para distraerme y ya cambian el clima”, destaca Roxana, en un mano a mano que le concedió a 0223.

La unión de la familia de Homs, sin embargo, encuentra su máxima expresión en los días 17 de cada mes, cuando se cumple un nuevo aniversario del naufragio. “Siempre tratamos de estar juntos en ese día. Para nosotros es una fecha muy triste, desde que nos levantamos hasta cuando nos vamos a dormir”, grafica la esposa del marinero.

El “compañero de todo”

Roxana era amiga de una de las tres hermanas del hombre de 57 años, y fue a través de ella que se conocieron e iniciaron una relación que perduró 26 años. Cuando tiene que definir a "Ricky", no duda en elegir la palabra: lo define como alguien “maravilloso”. Dice que era “buen padre, buen hijo y buen hermano”: “Siempre estaba en todo y estaba muy presente. Era nuestro mundo”.

“Sobre todo, era muy compañero. Hacíamos todo juntos prácticamente: íbamos de compras, hacíamos los trámites… cuando estaba en tierra, aprovechaba para ir con él para todos lados”, agrega la esposa del tripulante que había elegido ganarse la vida arriba de un barco durante las últimas tres décadas.

La muerte de su marido también significó un duro golpe para la familia desde el plano económico porque el marinero era el único sostén de la casa. “Tuvimos que remarla y seguimos tratando de ayudarnos siempre entre nosotros con todo lo que podemos”, reconoce Roxana.

Ahora la mujer está cobrando la pensión que le corresponde pero el trámite significó otro problema porque se presentaron distintas dilaciones por parte de la empresa Ostramar S.A, a la cual pertenece el pesquero marplatense. Según la viuda, hace menos de un año que empezó a recibir el dinero.

“Como estaba en concubinato, me costó mucho conseguir la pensión porque me costaba comprobar la convivencia con él. Pero sé que es algo que también le ha pasado a otras familias, e incluso sé que hay algunas que ni siquiera están cobrando nada”, comenta.

 La “familia del Repunte” frente a un Estado “ausente”

La esposa de Ricardo Homs fue crítica con la poca presencia que mostró el Estado después del hundimiento del Repunte pero al mismo tiempo destacó la unión que se logró conformar con los familiares de los otros tripulantes, y lo reconoció como otra de las “ayudas” que le permitió salir adelante.

“Acá uno siempre la tiene que remar solo y luchar porque el Estado está bastante ausente, pero las familias que tuve que conocer por esta desgracia me han dado mucho apoyo para no bajar los brazos”, resalta, y afirma: “Nosotros ya somos la familia de Repunte, y siempre estamos en contacto con las chicas: siempre hay alguna que está mal pero hay otra que también está para darle aliento”.

Roxana, por ejemplo, dice que todas las familias comparten un grupo de whatsapp en el que conversan “todos los días”, y particularmente pondera la figura de Gabriela Sánchez, la hermana del capitán del buque Gustavo, quien desde un principio se convirtió en una de las principales banderas de la lucha y fue impulsora de la multisectorial “Ningún hundimiento más”. “Es una genia y la admiro muchísimo por la fuerza interior que tiene; es impresionante”, sintetiza.

Hasta esta fecha, la mujer se muestra “conforme” con los resultados logrados a partir de sus numerosas marchas y reclamos aunque también sabe que “siempre faltan cosas por cambiar” en el Puerto de Mar del Plata para evitar que siga en riesgo la vida de quienes se ganan la vida en el mar. “Se lograron avances que son únicos en la historia; seguir luchando y no bajar los brazos tiene sus resultados. Vamos por el buen camino”, confía.

“Deseo que se haga Justicia por ellos, por el abandono que tuvieron en todo momento. Hay que hacer Justicia y hacer algo para que no pasen más estas cosas. Yo tengo conocidos y amigos que navegan y no quiero acompañar a más familias que tengan que pasar por lo mismo que pase yo”, concluye.