Con autoridad, Alvarado se metió en la final por el ascenso

El "torito" venció a Deportivo Madryn por 4 a 2 y jugará por el ascenso contra San Jorge de Tucumán. La ida será en el norte del país, mientras que el partido que lo puede llevar a la gloria será en el Minella. 

Lo grita el "Colo" López, lo grita Molina, lo gritn todos. El gol que abrió la cuenta y empezó a encaminar un partidazo de Alvarado que está en la final. (Foto: Diego Berrutti)

2 de Junio de 2019 17:43

Por Redacción 0223

PARA 0223

De principio a fin, sin dejar dudas, metiendo las que se le negaron a lo largo de todo el torneo, Alvarado tuvo su actuación consagratoria en la revancha de la semifinal de la Reválida contra Deportivo Madryn y alimentó a más no poder la ilusión de su gente. Con fútbol, con goles, el conjunto de Mauricio Giganti ganó por 4 a 2 y se metió en el cruce decisivo ante San Jorge de Tucumán que dejó en el camino a Defensores de Belgrano de Villa Ramallo.

En el partido más importante, en el que tenía que mostrar personalidad ante su gente, Alvarado hizo un primer tiempo perfecto. Porque no sólo fue superior a su rival, le ganó en todos los sectores de la cancha, lo presionó, no lo dejó pensar, sino que lo atacó y fue contundente. Entonces, lo que parecía una utopía, se concretó. El "torito" se fue al descanso con la serie liquidada: 3 a 0.

Avisó de entrada con un desborde de Molina que López conectó de mediavuelta y se fue cerca del palo. Las bandas iban a ser el lugar preferido para lastimar y eso hicieron el de Miramar y Bonetto, una pesadilla para las espaldas de Llanquetrú y Elgorriaga, y la obligación de salir a los costados para los centrales. En un córner, a los 5', el rebote quedó suelto, la metieron de nuevo y Mansilla puso la mano que el árbitro no vio pero el línea le avisó para que López canjeara por gol y sellara el 1 a 0. Eso no sólo le dio tranquilidad, sino que también le dio el envión que necesitaba para salir a definirlo. Encima, Madryn perdió al central izquierdo por una molestia muscular y rápidamente cambió el sistema y metió un volante. Pero nada cambió, era todo del dueño de casa que cuando aceleraba rompía. Depetris hizo lucir a Lencina y, en la siguiente, recibió una brillante maniobra de Julián Bonetto por derecha para que el "10" sólo tuviera que definir. La mala noticia, fue que el "Roli" debió salir por una molestia.

Era mucho más alvarado, que en ningún momento bajó la intensidad. Sí supo cuando atacar, cuando cuidar la pelota, cuando enfriar el partido, pero los espacios estaban cantados para buscar las bandas y eso es lo que hizo. En cuanto aceitara la puntería, iba a llegar el tercero. Y antes de irse al descanso, cuando Deportivo Madryn tuvo la primera (y única) aproximación por un desborde de Uribe y un taco de Penna que despejó con lo justo Degrá, lo definió. Se jutaron Molina y Gentile por la izquierda y se la sacaron al de los Quirquinchos cuando se iba a meter. De ese córner, otro rebote suelto y una volea bárbara de Martín Quiles, de zurda, cruzada, inatajable para Lencina que llevó a que la despedida de los jugadores al descanso sea envuelta en una ovación.

Izquierdo se jugó con un cambio de entrada: adentro un delantero (Bargas), afuera un central (Presentado). Pero lejos de complicar, dejó más espacios todavía y Alvarado en 3' ya había tenido dos ocasiones para ampliar. Con un remate de Caro desde la medialuna y con una buena incursión de Gentile que metió un sombrero y se engolosinó cuando estaba López libre y la tiró por arriba. El "torito" se floreaba y a los 9' hizo explotar nuevamente el Minella, con un pase bárbaro de López para Gentile que definió excelente, con un toque sutil por arriba del arquero.

El rápido descuento de Uribe para Madryn, lo único que hizo fue maquillar un resultado que era irreversible. Porque seguía siendo todo del local que movía la pelota y con los cambios de frente ponía algún jugador de cara a Lencina. El encuentro se aplacó, la visita no tenía con qué ir en busca de más y el "torito" reguló, buscando pero sin desesperarse, pensando también a futuro. Hubo tiempo para situaciones de Alvarado que no terminaron en gol porque se pasaron en alguna gambeta, porque faltó puntería o porque Lencina se encargó de ahogar ese grito. Y para un remate fenomenal de Bona que marcó el 2-4 antes del cierre. Fue fiesta en el Minella y una ilusión que se agranda y que tiene a Alvarado a 180 minutos de la Primera B Nacional.