"Hay una tendencia marcada a excluir a las mujeres de los casos más graves y de femicidios"

Mariana Irianni es la única jueza Criminal del Departamento Judicial de Mar del Plata. Habla de las dificultades que tienen las mujeres para acceder a cargos de relevancia. Y también se anima a revelar sus experiencias como víctima de violencia de género.

9 de Junio de 2019 07:56

Carga en sus espaldas 33 años de carrera. Sus primeros pasos los dio desde la mesa de entradas, por lo que dice conocer todos los "procesos internos y externos" que involucran la actividad que fluye por los pasillos de Tribunales. Su idoneidad, su capacidad de trabajo y su vasta experiencia, hoy la colocan en un lugar preponderante dentro de la Justicia marplatense.

Mariania Irianni no es una jueza más; de hecho, es la única mujer entre doce jueces que conforman los cuatro Tribunales Orales en lo Criminal del Departamento Judicial de Mar del Plata. Con el avance de la problemática de la violencia de género y el aumento de los femicidios en los últimos años, cada vez está más instalado el debate por la perspectiva de género que aplica - o deja de aplicar - el Poder Judicial en el país. "En Mar del Plata hay una tendencia marcada a excluir a las mujeres de la decisión final en los casos más graves o trascendentes y de casos como femicidios", señaló en una charla con 0223

Esta semana, con el grito por "Ni una menos" que se renovó por quinto año consecutivo, el presidente Mauricio Macri aprovechó la oportunidad para enviar una carta a la Corte Suprema de Justicia de la Nación para pedir una "Justicia con perspectiva de género que garantice la sanción a los culpables y que repare a las víctimas".

Y Mar del Plata no se desentiende del debate. Los últimos datos difundidos desde la Oficina de la Mujer que tiene el máximo Tribunal revelaron que de los 69 cargos designados en la ciudad para jueces de primera y segunda instancia de la Justicia ordinaria, apenas 20 están ocupados por mujeres.

"En Mar del Plata es en donde está más marcada la falta de consciencia o perspectiva de género en los operadores en general, y probablemente en los jueces", aseguró Irianni.

La jueza es palabra autorizada para trazar un análisis de este tenor: además de estar en Mar del Plata, su experiencia se extiende a los departamentos judiciales de Dolores y Azul. "En ninguno de los lugares donde estuve noté tanta resistencia al nombramiento de mujeres como en Mar del Plata", aseveró.

En el mano a mano que le concedió a este medio, la magistrada dejó en claro que no es fácil ser mujer dentro de la Justicia. En su labor diaria, reconoció que padeció numerosas "restricciones" y hasta aseguró, sin titubeos, que sufrió violencia de género e institucional. "Esto me pasó tanto en el ámbito personal como laboral, en todos los ámbitos", ratificó.

Entre otras experiencias, la jueza marplatense puntualizó en una "clara situación de discriminación" que tuvo que atravesar cuando cumplía funciones en la localidad de Azul. "Ahí hice una denuncia por violencia institucional porque, en iguales circunstancias, a los jueces suplentes varones se les liquidaba de una forma y a mí de otra. Y al final no hubo forma de que entendieran mi planteo", señaló.

Actualmente, Irianni cubre una suplencia. En la terna para cubrir el cargo vacante ya hay tres varones postulados por lo que, una vez que se defina la designación, Mar del Plata tendrá todos jueces hombres en los tribunales orales. "Hay una marcada política en este sentido tanto del Consejo de la Magistratura como del Gobierno", lamentó.

"No es que no haya profesionales o eximias juristas para ocupar los cargos que faltan, esto pasa por el inconsciente colectivo que arrastra la sociedad y porque la profesión está profundamente marcada por un patriarcalismo que impide un cambio", apuntó.

 

"No quiero ser una mujer masculinizada"

La jueza del Tribunal Oral en lo Criminal Nº3 consideró que "es la misma mujer que está en la Justicia y que está en carrera la que tiene que cambiar la cabeza" como para romper con la rígida realidad que arrastra desde siempre el Poder Judicial.

"La que tiene que sentir que es igual que el hombre es la mujer porque hay un nivel en el que trabaja el inconsciente humano y no nos deja ver otras cosas", consideró, y ejemplificó: "La mujer tiene altos niveles de autoexigencia para competir en determinados niveles, y muchas veces ella misma se exige más que el hombre en los mismos niveles".

En este sentido, la funcionaria aseguró que advirtió "muchos casos" de nombramientos de hombres dentro de la Justicia que tenían una "peor formación de las mujeres que podrían haber accedido" al mismo cargo. "Los nombramientos tienen un perfil político y el hombre es mas hábil para ese desarrollo de la habilidad del convencimiento de todos los que hay que acceder para entrar al cargo. Eso también es real, y me hago cargo de lo que digo porque lo vi", ratificó.

"Yo me defino como mujer, y no quiero ser una mujer masculinizada en el Poder Judicial. No quiero hacer lo que hace el hombre: si estoy en un debate y me conmueve lo que están declarando, se me va a escapar una lágrima. Pero eso no quiere decir que vaya a aplicar mejor o peor la ley que un hombre", remarcó.

Al profundizar sobre la disparidad de género que hay en el Poder Judicial, graficó: "Hoy, la Suprema Corte provincial está integrada por cinco jueces, de los cuales uno solo es mujer. Los secretarios son todos varones en distintas áreas. La mujer llega hasta el cargo de secretario, y a partir de ahí la designación, en iguales o peores condiciones en muchos casos, es para los hombres".

Irianni consideró que la Justicia refleja "el mayor retroceso" del rol que se le asigna a la mujer, al trazar la comparativa con el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. "Esto sucede porque el ingreso no lo hace cualquiera; excepcionalmente ya hay un camino más estrecho. Por ejemplo, todos tenemos que tener acá algún tipo de formación y rendir un examen especial, cosa que no pasa para ser diputado o senador", analizó.

Ante ello, la jueza consideró que las marchas por "Ni una menos" son "bárbaras" porque ayudan a visibilizar la problemática aunque al mismo tiempo reconoció que la "concientización" no debe surgir solamente de este tipo de manifestaciones. "Inclusive, muchas veces provoca una exacerbación de los conflictos", advirtió.

"A nivel estadístico, he visto que al otro día de las marchas tenía más mujeres denunciando pero también más hombres golpeando. El problema está en que en el nivel del inconsciente el conflicto se visibiliza y el que lo tiene reprimido o sin resolver o que ya tiene esa conducta, actúa. Hay un efecto rebote", reveló.

 

Ley de cupo femenino, la cuenta pendiente en la Justicia

La magistrada de la ciudad insistió por el pedido para que se dictamine una "ley de cupo femenino" que permita garantizar que "todos los tribunales colegiados tengan al menos una mujer" entre sus integrantes.

"Esto son los tribunales que deciden las cuestiones de género. Y si, por ejemplo, el Juez de Garantías es un varón, después va a tener un tribunal revisor donde haya sí o sí una mujer", fundamentó.

Irianni dijo que vería "con muy buenos ojos" el avance de una iniciativa de estas características al considerar que "se ha llegado a un punto en la Justicia que hace necesario la inclusión de las mujeres bajo algún tipo de porcentaje".

La funcionaria, además, brindó como otro argumento su propia experiencia: es la primera vez en su trayectoria que tiene la oportunidad de integrar un tribunal colegiado, que hoy comparte en Mar del Plata con los jueces Fabián Riquert y Juan Manuel Sueyro.

"Son dos colegas fantásticos y me siento muy cómoda con ellos. La verdad que es excelente que estén las visiones tanto del hombre como de la mujer dentro de un mismo tribunal. Mi opinión, desde el palo femenino, muchas veces es un aporte enriquecedor para las decisiones que se toman en casos determinados", sostuvo.