La disputa por la OEA

Luis Almagro, Maria Fernanda Espinosa y Hugo De Zela buscan conducir la Organización de Estados Americanos (OEA). Acá te contamos que intereses representa cada uno y como viene el voto a voto. 

Maria Fernanda Espinosa, Hugo De Zela y Luis Almagro, los candidatos para la secretaria general de la OEA

24 de Febrero de 2020 19:07

El 20 de marzo los países integrantes de la Organización de Estados Americanos (OEA) elegirán un nuevo Secretario General. Luis Almagro, electo en 2015, busca la reelección pero tendrá que competir con la excanciller ecuatoriana, María Fernanda Espinosa, y el actual embajador peruano en Estados Unidos, Hugo De Zela. 

La disputa por los votos viene reñida, ya que, las posturas de Almagro durante su gestión dividió aguas entre las diferentes naciones de la región. Tal polarización expresa el grado de disputa existente en América Latina y la incapacidad de la OEA para ser parte de la solución de los problemas existentes ante la desarticulación de la Unasur y el inmovilismo de la Celac. 

Almagro asumió en la OEA con el antecedente de haber sido Canciller de José "Pepe" Mujica en Uruguay. Su procedencia del Frente Amplio y la izquierda esperanzaron a muchos que miran con recelo a un organismo que depende demasiado de la voluntad de Estados Unidos. La esperanza se transformó en frustración cuando decidió alinearse de manera directa con la Casa Blanca, especialmente, a través su posición radicalizada contra el gobierno de Nicolás Maduro. 

 

Al principio, tal vez para disimular, el exdirigente progresista repudió el golpe parlamentario contra Dilma Rousseff y apoyó la candidatura de Evo Morales en Bolivia luego de perder el referéndum de 2016 pero con el tiempo se enfocó solo en su cruzada contra el régimen venezolano e ignoró la detención del expresidente Lula Da Silva, las elecciones fraudulentas en 2017 en Honduras, las brutales represiones en Ecuador, Chile y Colombia del año pasado y las reciente suspensión de las elecciones en República Dominicana. 

La gota que rebalsó el vaso fue el rol del organismo en el golpe de Estado contra Evo Morales en Bolivia cuando publicó un informe preliminar en el que reportó irregularidades en los comicios del 20 de octubre y encendió la chispa que desató la salida anticipada del mandatario boliviano del poder y produjo masacres como la de Senkata y Sacaba con represión policial y muertes. Almagro decidió no mirar ni denunciar y, desde entonces, se puso en modo campaña y sus expresiones tienen la única función de sumar votos que le garanticen la reelección. 

El exsecretario general de la OEA, José Miguel Insulza, en la entrevista que le realizó Resumen del Sur el 17 de noviembre del año pasado por 0223 Radio cuando calificó a la OEA de sistema parlamentario  y consideró que "Luis Almagro ha optado por hacer la política desde su punto de vista sin consultar al Consejo". 

 

 

Almagro se caracterizó por abandonar el rol de mediador y convertirse en parte de las internas profundas de nuestra región. Ese "error" explica mucho el grado de fragmentación existente, las convulsiones repetidas y la horfandad institucional que vivimos en esta parte del continente. 

En este marco, Luis Almagro busca seguir por 5 años más en el organismo. ¿Como viene el poroteo? El uruguayo tiene el apoyo de Estados Unidos, Brasil, Ecuador, Colombia, Canadá, Paraguay, Bolivia (el gobierno de facto), Chile, Uruguay, Honduras, Guatemala y El Salvador.  Son 12 votos contra los 18 necesarios para garantizarse el triunfo. El resto de los países están entre el voto a su principal contrincante, María Fernanda Espinosa, y la abstención. . 

 Espinosa fue funcionaria del gobierno de Rafael Correa, en 2007 como Canciller (luego asesora de Ricardo Patiño en el ministerio) y ministra de Defensa entre 2012 y 2014 hasta que fue nombrada como representante permanente ante la ONU en Ginebra. 

Continuó con Lenin Moreno en la Cancillería y fue ternada para ocupar la vicepresidencia que dejó vacante Jose Glas luego de su detención. Esto rompió el vinculo con el correísimo. Por eso las declaraciones en su contra por parte de Rafael Correa. Finalmente, en junio de 2018 fue electa con 128 votos a favor y 62 en contra para la presidencia de la Asamblea General de las Naciones Unidas. 

Estados Unidos no la mira con buenos ojos por dos motivos: el apoyo recibido por Bernie Sanders quien defendió que "luego de 71 años, es hora de una mujer a cargo de la OEA" y la defensa realizada por Espinosa al asilo del fundador de Wikileaks, Julian Assange. Esto le hizo ganar el odio de la derecha ecuatoriana y del gobierno de Lenin Moreno. 

¿Quién apoya a Espinosa? Los estados miembros de la Comunidad del Caribe. Hablamos de Antigua y Bermuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Monserrat, Santa Lucía, San Cristobal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Trinidad y Tobago. Si la ecuatoriana lograr las voluntades de Argentina, Nicaragua, Panamá y los estados asociados de la Caricom como Anguila, Bermudas, Islas Caimán, Islas Turcas y Caicos e Islas Vírgenes Británicas, la victoria estaría garantizada.

El país restante es Perú que presentará su candidato propio, Hugo De Zela, un experimentado diplomático que corre de atrás en la polarización entre Almagro y Espinosa.

¿Cuál será la postura del gobierno argentino? Si bien en un principio todo indicaba que el apoyo iba con seguridad a la ecuatoriana, en las últimas semanas se barajó la posibilidad de una abstención que le permitía la victoria a Almagro. 

La opinión de Alberto Fernández sobre el uruguayo es pésima, lo llegó a calificar como "lo peor de la historia de la diplomacia internacional", pero la urgencia argentina para resolver el tema de la deuda externa lo obliga a realizarle un gesto a Donald Trump. 

Martín Guzmán presentará la propuesta para reestructurar la deuda el 9 de marzo, tal vez, para el 20 haya una resolución que permita orientar el voto de los representantes argentinos. 

La disputa está pareja y la presión de Estados Unidos para convertir los votos negativos en abstenciones serán determinantes para la continuidad de quien cumplió como nadie las voluntades de Washington.