Delivery: los trabajadores de apps ya duplican a los de los comercios

Así lo revelaron desde el gremio que nuclea a todos los trabajadores. En total, son más de mil en Mar del Plata. Exigen ser regularizados y medidas de prevención. 

5 de Mayo de 2020 08:15

Por Redacción 0223

PARA 0223

El confinamiento provocado por la crisis global del coronavirus, generó que el reparto a domicilio, también conocido como delivery, tuviera mayor demanda por parte de la población, y si bien no se trata de un aumento exponencial, dicho escenario reflota la precariedad en la que trabajan más de mil marplatenses que ponen el cuerpo en las calles para poder subsistir. La necesidad de trabajar los empuja a hacer un trabajo, muchas veces, en el mayor de los riesgos.

Pese a que en la actualidad es considerado una actividad "esencial", el delivery sigue siendo objeto de precarización y trabajo no registrado. A esto se suma que en plena pandemia de coronavirus, la mayoría de las empresas no proveyeron de los insumos básicos de higiene a los trabajadores: alcohol en gel, guantes, barbijos y gafas de protección. Fue recién a partir de gestiones del gremio que nuclea a los cadetes, el Sicamm, en conjunto con la Secretaría de Desarrollo Productivo, que se obtuvo dicho equipamiento fundamental para el cuidado de la salud.

"Es contradictorio porque es una actividad esencial y a la vez no está registrada", sostuvo a 0223, Alan Veltri, secretario general del Sicamm, y reconoció que en dicha actividad hay "un porcentaje altísimo de trabajo en negro y ni siquiera con esto parece haber posibilidad de que se regule nuestro trabajo". Según el gremio, hoy en Mar del Plata trabajan alrededor de 400 cadetes en negocios en particular, y otros 900 aproximadamente que forman parte de las aplicaciones como Glovo o Pedidos Ya, que se dedican a repartir todo tipo de mercaderías.

"Las empresas, en esta pandemia, no se hicieron cargo, nos dejaron sin los elementos de higiene fundamentales, lo tuvimos que gestionar nosotros, articulando el trabajo con la Secretaría de Producción", remarcó el referente motoquero. "Conseguimos lo que las empresas no dieron a nuestros compañeros, barbijos, alcohol y guantes", sostuvo y agregó: "no cumplieron con lo básico, somos personas, tenemos familia y nos ponemos en riesgo para poder tener un ingreso".

"Estamos trabajando, tal vez un poco más", señaló Vetri, y destacó que por decreto presidencial se trata de "un servicio esencial para que las personas se queden en la casa cumpliendo con el aislamiento". "La gente pide más, ahora incluso hay almacenes, kioskos y verdulerías que tienen reparto", sostuvo el gremialista que, al igual que toda la comisión directiva del sindicato, sigue trabajando en las calles.

"Cada vez hay más bicicletas para el delivery"

Según el titular del Sicamm, las aplicaciones de reparto a domicilio "contratan mucha gente, no paran", y la bicicleta es "una salida para muchos chicos que no tienen trabajo". Una de las falencias que hay es que "no trabajan en un radio más acotado, el pedido lo llevan igual por más que sea lejos, y no es lo mismo una pizza en moto que tarda 10 minutos, cuando en bicicleta tarda 25, es perjuicio para el cliente que tiene mayor demora y para el trabajador que pierde muchísimo tiempo en un pedido", detallaron. 

Otra de las situaciones irregulares que advirtieron desde el sindicato es algo que cada vez se ve más: dos trabajadores de una aplicación en una moto. "No tendría que ser así, es mucho más peligroso, la moto no responde igual con dos personas y el desgaste del vehículo es el doble", expresó Veltri y explicó que se da esta situación porque "trabajan cada uno con su cuenta en una sola moto".

Lo concreto es que desde los inicios del reparto a domicilio y las mensajerías, es muy bajo el porcentaje de trabajadores registrados, lo cual es extremadamente grave dado a los altos niveles de riesgo y exposición a los que se someten los motoqueros y repartidores en general. "Quien manejó una moto sabe lo proclive a una caída o algún accidente que se está, y nuestros compañeros están en la calle con frío, con lluvia, sin ART o algún tipo de seguro. El ninguneo a esta actividad es una cuestión ideológica, nadie quiere pagar lo que corresponde por este servicio", concluyó Veltri.