Ganancias: el gran tema pendiente

Hace casi dos semanas, el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación-Sergio Massa- presentó un proyecto de ley para modificar el Impuesto a las Ganancias, y establecer que sólo deberían pagarlo quienes perciban salarios brutos mayores a $150 mil mensuales, o jubilaciones que superen las ocho mínimas.

El impuesto no es un asunto técnico, sino eminentemente político y filosófico, sin duda el primer motivo de discusión económica. Sin impuestos no puede haber destino común, ni capacidad colectiva para actuar. Por eso, cada vez que atravesamos unaetapa histórica de conmoción política, el resultado es una revolución fiscal.

A pesar de los cambios acontecidos en el contexto de los últimos años, lo que está en juego es esencialmente lo mismo. Se trata de tomar medidas para que los ciudadanos puedan decidir soberana y democráticamente cuántos recursos desean dedicar a sus proyectos comunes: educación, salud, jubilación, empleo, desarrollo sostenible, etc.

Usualmente, se suele distinguir entre los impuestos al ingreso, los impuestos al capital y los impuestos al consumo. Se dice que un impuesto es proporcional cuando la tasa es la misma para todos (se habla también de flat tax). En cambio, es progresivo cuando la tasa es más elevada para losciudadanos más ricos, es decir los que tienen un ingreso más elevado, mayor capital más o el mayor consumo, según qué tipo de impuesto progresivo se considere. La tasa serámás baja para los ingresos más modestos.

La tasa impositiva global es de aproximadamente 40- 45% para la mitad de las personas que disponen de menores ingresos. Para el 40% siguiente, es del 45 - 50%, y comienza a declinar para el 5%de la población que percibe los ingresos más elevados. Los aportantes más ricos –el 0,1 del total- pagan una tasa de apenas 35%.

Para los más pobres, las tasas impositivas elevadas se explican por la importancia de los impuestos al consumo y las cotizaciones sociales. A medida que pasamos a las clases medias, el régimen tributario se vuelve ligeramente progresivo por el aumento del impuesto sobre el ingreso. Por el contrario, en los percentiles superiores, el régimense vuelve muy regresivopor la importancia de los ingresos que genera el capital que -en gran medida-terminan escapando del sistema.

En en tiempos de escaso crecimiento, el consenso al Estado fiscal y social es muy frágil, y disminuyemás aun en las clases medias, que tienen que aceptar la evidencia de que terminan pagando más que las clases superiores.

Con el proyecto impulsado por el líder del Frente Renovador, más de 1.267.000 de trabajadores y jubilados dejarán de pagar el Impuesto a las Ganancias. De ser aprobado, el nuevo piso permitiría consolidar un esquema más progresivo, en el que sólo pagarían ganancias los contribuyentes con mayores ingresos y las jubilaciones de privilegio.

El esquema propuesto representa un esfuerzo fiscal de 40 mil millones de pesos, y quienes perciban entre $150.000 y $173.000 pagarán menos Ganancias. Unos730 mil trabajadores que perciben más de $173.000 continuarán pagando el impuesto, sin cambios.

Así, se espera que estos 40 mil millones que sean liberados de la presión fiscal, se dirijan al consumo. En un contexto de recesión, se requiere que el Estado tenga un rol activo e impulse políticas para la recuperación, generando así dinamismo en la demanda agregada, y confianza en el sector privado: cierta seguridad en que habrá una demanda de aquellos productos y servicios que produzcan.

Pero a la vez, para el Estado social moderno es vital que el sistema fiscal que lo sostiene conserve al menos un mínimo de progresividad.Un sistema que cumplió una función clave en el desarrollo de ese Estado, ycontrarrestólas profundas desigualdades que regían la sociedad del SXX. Nuestro camino en siglo XXI deberá construirse sobre un sendero de estabilidad fiscal, con políticascontracíclicas, y al mismo tiempo políticas productivas que estén alineadas con dos objetivos; inclusión y dinamismo productivo.

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