El fin de semana largo, un mensaje inesperado y el mazazo de la pobreza

La llegada de funcionarios del ministerio de Salud provocó una confusión en el gobierno de Guillermo Montenegro, que este miércoles también recibió con preocupación las cifras de la pobreza. 

Nicolás Kreplak visitó este miércoles la ciudad y habló del posible retroceso a fase 3.

31 de Marzo de 2021 20:25

Mientras el intendente Guillermo Montenegro se estaba acomodando a los últimos anuncios del gobierno provincial sobre las restricciones (incluso ante algunas contradicciones que llamaron la atención) y prepara la ciudad para recibir turistas durante el fin de semana largo, el Indec dio a conocer el informe de pobreza correspondiente al segundo semestre de 2020: 265.580 marplatenses son pobres y 69.877, indigentes. “El número es duro”, admitió un hombre cercano al jefe comunal.

La última medición del Indec había dado una cifra preocupante: 249.977 pobres durante el primer semestre de 2020. Aunque parcial y aún sacudido por la fenomenal crisis que provocó la pandemia, el regreso de muchas actividades que el primer semestre habían estado paralizadas podía hacer creer que la cantidad de pobres en Mar del Plata se redujera. Sin embargo, hubo 15 mil marplatenses más que no alcanzaron a cubrir sus necesidades básicas.

“Hay que tener en cuenta que el primer semestre de 2020  incluye enero, febrero y casi todo marzo, que fueron meses de muy buena actividad económica”, analizó un funcionario municipal.

La difusión del índice de pobreza coincidió con un masivo reclamó que se montó este miércoles frente al municipio. Los Centros Barriales de Emergencia (CBE) reclaman al intendente que restablezca la entrega de alimentos para los barrios. Más allá de que los cuestionamientos le apuntaron directamente a Montenegro como jefe político de la ciudad, a esta altura de la gestión es llamativo el extremo perfil bajo de la secretaria de Desarrollo Social, Verónica Hourquebié.

 

La actividad turística es clave para poder revertir en Mar del Plata, tanto la pobreza como el desempleo. Y las expectativas para Semana Santa eran altas, por tratarse del último fin de semana largo de la temporada y por la previsión de que el clima iba a favorecer la llegada de visitantes (algo que no se repitió demasiado a lo largo del verano).

Por eso el crecimiento vertiginoso de los casos de coronavirus en el Amba encendieron las alarmas. Y los rumores de cierres y restricciones, aún más. El domingo por la noche, en una sorpresiva conferencia de prensa, el jefe de Gabinete Santiago Cafiero garantizó la actividad turística para el fin de semana largo, aunque abrió el paraguas por algunos límites que pocas horas después oficializó el gobierno de Axel Kicillof.

Más allá de las quejas de comerciantes gastronómicos y de la noche, la restricción horaria de 2 a 6 de la mañana fue una medida aceptable para las autoridades. Además, las quejas de los empresarios chocaban contra un hecho incontrastable: la nocturnidad había comenzado a descontrolarse.

“En los últimos 15 días empezamos a notar que se relajaron todos los protocolos y se superaba el aforo sin límite. No era que se autorizaban 200 personas y encontrábamos 205. Tenían el triple de lo permitido”, contaron desde Inspección General, área que clausuró cuatro boliches en las últimas dos semanas por esta situación. Lo ocurrido en Mr Jones este fin de semana puso en la escena pública una situación que, con mucha menos exposición, se venía advirtiendo desde hace tiempo.

 

Tras el anuncio de Carlos Bianco este martes, las charlas entre el intendente y los funcionarios del gobierno provincial (el propio Bianco, Daniel Gollán y Augusto Costa), lejos de las tensiones de otras épocas, coincidían en la importancia de reforzar los controles para garantizar un buen fin de semana largo.

Esa misma línea, manejaron los 100 intendentes que mantuvieron una reunión virtual este martes por la tarde con el ministro de Turismo Matías Lammens, y la titular de Salud Carla Vizzotti. Montenegro fue uno de los 6 oradores en el zoom, el único intendente opositor en hacer uso de la palabra.

Por eso, nadie en el municipio entendió cuando este mediodía leyó el titular de 0223 en el que Salvador Giorgi aseguraba que el gobierno provincial desalentaba el turismo y que el viceministro de Salud bonaerense confiaba que analizaban el retroceso a fase 3 (con cierre de actividades culturales, deportivas y recreativas) de 110 municipios en toda la provincia. “Las charlas fueron todas en otro registro. Que el camino era reforzar los controles, poner gente en la calle y clausurar si era necesario. Pero esto nos sorprendió”, indicaron las fuentes del Ejecutivo consultadas por este medio.

¿Pudo ser una frase desafortunada de Giorgi? Muchos creyeron eso. Sin embargo, el propio Kreplak redobló la apuesta poco después a través de las redes sociales cuando difundió un video en el que se veía una enorme fila de autos con rumbo a la costa atlántica. “Es el día con más casos de #coronavirus desde que empezó la pandemia y volviendo de #MarDelPlata me encuentro con esta imagen. ¡Por favor! Reforcemos al máximo los cuidados. Los casos escalan a una velocidad nunca vista hasta el momento. El sistema de salud tiene un límite”, escribió en Twitter el viceministro.

 

“No entendemos ese mensaje. Por un lado, dicen que puede haber turismo, que durante la temporada se respetaron los protocolos y por el otro responsabilizan a la gente de lo que ocurre”, analizaron desde el municipio.

La segunda ola del Covid-19 encuentra a Mar del Plata con una situación contenida, aunque la experiencia del 2020 ya demostró que más tarde o más temprano el virus llegará. Y esta etapa está demostrando que todo sucede mucho más rápido de lo previsto. La responsabilidad ciudadana, en esta etapa, será clave. Tanto como las reglas claras.