¿En peligro de extinción?: humedales, los "amortiguadores" del impacto del cambio climático que nadie protege

El Congreso dilata la sanción de una ley para preservar estos ecosistemas claves para mitigar los problemas del calentamiento global. Si no hay avances, a fin de año, el proyecto va a perder estado parlamentario. Desde 2006 que se impulsan propuestas similares pero todos los intentos han quedado en la nada.

Los memes de los carpinchos exponen un debate necesario y urgente para cuidar nuestra naturaleza.

28 de Agosto de 2021 07:53

Por Redacción 0223

PARA 0223

Que no todo termine acá. Que los carpinchos en Nordelta, los memes que se multiplican por las redes y la lectura infantil de las noticias que los tienen como protagonistas no banalicen una situación grave y determinante para el futuro, ya no de los roedores, sino de la propia humanidad. El debate real, de fondo, que parece esconderse – en verdad, está a la vida de todos pero la política se niega a mirarlo a los ojos – entre tanto bullicio mediático es el de la preservación de los humedales, ecosistemas que hoy están desamparados y desaparecen tres veces más rápido que los bosques a pesar de que son esenciales para garantizar la vida en el planeta y mitigar los problemas que provoca el vertiginoso avance del cambio climático.

Lo que se está viviendo es una carrera contra el tiempo: ambiental y legislativa, ante todo. Ahora, en el Congreso, hay en discusión un proyecto de ley de humedales con el que se pretende poner un freno al gran despliegue de emprendimientos privados que se realizan sin evaluar su impacto para estos grandes reservorios de agua.  Se trata del quinto intento si se contabiliza la cantidad de expedientes que han tenido en sus manos los legisladores nacionales desde 2006 para definir algún marco legal de preservación.

En 2006, 2008 y 2018 las propuestas que se presentaron ni siquiera lograron tratamiento; en 2013 y 2016 otras iniciativas lograron un debate y la media sanción en la Cámara Alta pero no superaron la traba de Diputados. Y el proyecto actualmente en curso es el resultado de una serie de presentaciones que se impulsaron el año pasado en la Cámara Baja: se recibieron diez ideas distintas pero la comisión de Recursos Naturales y Conservación del Medio Ambiente decidió unificar todo en una sola propuesta que obtuvo dictamen de consenso en noviembre. Desde esa fecha, no se conocen novedades.

Para llegar al recinto, el proyecto de ley también tendría que ser discutido antes por los diputados que integran las comisiones de Agricultura, Ganadería, Presupuesto y Hacienda y la de Intereses Marítimos, Fluviales, Pesqueros y Portuarios. Entonces, en caso de aprobarse en cada instancia y en sesión, recién podría dar el paso al Senado para recibir el tratamiento final. “El problema es que si todo esto no sucede antes de fin de año el proyecto pierde estado parlamentario y vuelve a caer”, advierte María De Los Ángeles González Sagrario, investigadora marplatense del Conicet, en una entrevista con 0223.

Qué son y para qué sirven

Los humedales son las reservas de agua más importantes de la humanidad y constituyen el hábitat de un número significativo de mamíferos – entre ellos, los carpinchos – y otros animales, además de una importante diversidad de plantas. Engloban una serie muy heterogénea de ambientes como lagos, turberas, pantanos, lagunas, arroyos, esteros y cañadas, que incluyen una vegetación ribereña y marginal. “El término engloba una diversidad de ambientes que se caracterizan por presentar agua en estado permanente o temporal y que tienen una vegetación específica que los define”, precisa al respecto la doctora en Biología.

El 21,5% del territorio nacional está ocupado por humedales, y solamente 23 de esos ecosistemas han recibido la declaración de “sitio Ramsar” en base a la adhesión que hizo el país hace treinta años de la convención de Ramsar, que es un acuerdo internacional que promueve la conservación y el uso racional de los mismos en cooperación internacional con otros países. Ejemplos de humedales a nivel local y zonal son la Laguna de los Padres, la Reserva Natural del Puerto, las lagunas de Punta Mogotes, los arroyos y la albufera de Mar Chiquita.

Las funciones ecosistémicas que cumplen son tan variadas como importantes. Proveen de alimentos o agua para tareas productivas, y hasta servicios con fines culturales, espirituales o religiosos y recreacionales o turísticos desde el punto de vista social. Pero donde pone el foco González Sagrario es en su valor ambiental por la capacidad que tienen los humedales de “amortiguar los eventos climáticos más catastróficos” y de convertirse en una especie de “filtro biológico”.

“Los humedales son sistemas que pueden regular el clima a nivel local y que pueden mitigar inundaciones porque actúan como esponjas que retienen el agua. Al mismo tiempo, la vegetación característica que los define funciona como un filtro biológico al incorporar compuestos contaminantes y nutrientes en sus tejidos que posteriormente al morir la vegetación, pasarán a formar parte de los sedimentos; a su vez, como la vegetación disminuye la velocidad del agua promueve también la recepción de sedimentos”, explica la integrante del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMyC).

A su vez, la investigadora resalta el rol que cumplen los humedales en la captura del carbono,  una función estrechamente ligada con la mitigación del cambio climático. “Son de los sistemas más productivos sobre el planeta y la vegetación, al crecer, incorpora el dióxido de carbono que está en la atmósfera. El carbono se almacena primero al tejido de las plantas y finalmente queda retenido en los sedimentos”, dice, y sintetiza: “Básicamente, son sitios que funcionan como sumideros de carbono, y eso tiene un impacto en la mitigación de cambio climático. Sin embargo, también pueden ser sitios de emisión de gases invernadero. Estudios recientes enfatizan la importancia de los bosques, selvas y humedales como ecosistemas que claves en la retención de carbono y relevantes en la mitigación del calentamiento global, que es fundamental en este momento dada la crisis climática que estamos viviendo".

Urgencia de ley

Más allá de la particularidad de cada proyecto, lo que se pretende con la sanción de una ley es establecer los “presupuestos mínimos” para la conservación, protección y uso sustentable de los humedales, de modo que se evite un avance indiscriminado y sin ninguna clase de estudio ambiental. La iniciativa que hoy se discute contempla, por otra parte, la realización de un inventario nacional de humedales y un ordenamiento donde se incluyen zonas amarillas y rojas.

Las áreas amarillas permitirían realizar pequeñas actividades sustentables sobre los humedales y las rojas prohíben todo tipo de actividad económica y la dotación de recursos al poder Ejecutivo para la correcta aplicación de la normativa. Frente a ello, se incluye la figura de delito penal, con multas abultadas, para que no se pueda avanzar mediante incendios y terraplenes tal como ya ocurre hace largo tiempo.

“La ausencia de una ley implica que no hay ninguna regulación de esas actividades y que los humedales no se incluyen en las estrategias de ordenamiento territorial. Al no estar en la agenda del ordenamiento territorial, se produce una destrucción de los humedales porque no se establecen criterios de conservación, y tampoco de gestión y restauración”, explica González Sagrario, quien remarca: “Los humedales son los sistemas más impactados hoy en día: los ecosistemas acuáticos son los más impactados por las actividades humanas en el planeta”.

Algunas voces del campo suelen alzarse en contra de este tipo de intentos de legislación pero la representante local que tiene el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas remarca que los presupuestos básicos de cuidado de los ecosistemas no van necesariamente “a contramano de lo productivo”. “No se trata de ir en contra de sino simplemente de vivir en armonía con el medio ambiente”, afirma.

Prácticas locales nocivas

En los últimos meses gran parte de la comunidad de Mar Chiquita decidió hacer valer sus intereses ambientales y se manifestó en defensa de la albúfera. Durante mayo, se realizaron caravanas de vehículos para defender el futuro del barrio parque de la laguna, sitio declarado reserva de biósfera por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Los cuestionamientos principales que plantearon los vecinos en su momento no fueron novedosos sino que eran los mismos de los últimos años: el intento de desarrollo inmobiliario del emprendimiento privado Lagos del Mar, paralizado por la justicia desde hace varios años por haberse iniciado de modo irregular, de continuar con su construcción en una zona lindera a la laguna.

La “canalización de los arroyos y la rectificación de los cursos” es otra de las actividades perjudiciales que reconoce González Sagrario, también referente del grupo de investigación Ecología Funcional de Ambientes Acuáticos y Paleolimnología: “Eso genera la pérdida de toda la vegetación ribereña y de las márgenes, entonces se pierde la capacidad de los arroyos de filtrar todos los nutrientes y contaminantes que llegan de los campos”.

“Son prácticas comunes. También se suele cultivar hasta el borde de las lagunas y arroyos y se produce la destrucción del hábitat marginal, la vegetación ribereña, y esa pérdida implica una disminución en la capacidad de retener agua, nutrientes, compuestos contaminantes”, amplía, y reitera: “Hay que cambiar estas prácticas porque se puede tener un sistema productivo y hacer un uso sustentable pero respetando y no avanzando sobre las zonas ribereñas".

“El agua también es un derecho”

La investigadora del Conicet reconoce que el panorama ambiental se avizora como “muy difícil y lamentable” y advierte que “Argentina vive con tantos problemas inmediatos en el día que parece no entender los problemas ambientales”. “En el planeta estamos viviendo una crisis ambiental global debido al calentamiento global. Va a haber áreas del planeta que van a ganar agua y otras que van a perder, sobre todo las más mediterráneas, y el agua va a ser un recurso muy importante y requerido por la humanidad”, plantea.

“La población crece, crece y crece, y el agua no es un recurso infinito. Va a ser una necesidad y un gran problema. Si no cuidamos los humedales y dejamos que se sigan destruyendo, estamos perdiendo estos ecosistemas valosísimos hoy y sobre todo para futuras generaciones: el agua también es un derecho humano pero no lo tenemos en la cabeza. Es preocupante ver la falta de consciencia”, insiste la doctora en Biología, que también se desempeña como vicepresidenta de la comisión de Educación en la Sociedad Internacional de Limnología.

Si bien algunos sectores ambientalistas ya anticipan la desaparición de un importante número de humedales en un proceso de 50 años, González Sagrario hace énfasis además en el “deterioro de su calidad”. “Lo que implicar esto es que muchos de los servicios que proveen van a desaparecer. Cuando los humedales pierden su integridad ecológica, se produce el deterioro de la calidad de estos sistemas, es decir, de sus funciones y servicios ecosistémicos”, señala.

En este sentido, la mujer del IIMyC dice que cada uno de estos ecosistemas “son resilientes” y que ofrecen una “resistencia al cambio y al impacto antrópico” aunque esta capacidad varía según las propias características de cada humedal. “El propio sistema, a pesar de la presión antrópica que recibe, puede resistir pero llega un momento que esa resistencia y resistencia la pierde. Es muy difícil saber o predecir cuándo un humedal desaparecerá o perderá la mayor parta de los servicios ecosistémicos que provee”, aclara.

“Lo que hay que entender es que los humedales son muy importantes para la mitigación del cambio climático. La naturaleza ya tiene sus propios recursos para mitigar estos eventos pero si nosotros no aprendemos a realizar un uso sustentable de estos recurso, la naturaleza pierde esas capacidades y llegamos al punto en que nos encontramos hoy: enfrentando una crisis planetaria. Si perdemos la superficie de humedales, perdemos la capacidad de mitigar estos cambios globales”, sentencia.