Cómo fue el último refulado que le permitió a Mar del Plata ganar 100 metros de playa

La obra de 33 millones de dólares que se realizó entre noviembre de 1997 y abril de 1998 permitió cambiar la fisonomía del sector costero y renovó la cara veraniega de "La Feliz". La ciudad recuperó un espacio equivalente al que pueden ocupar unos ochenta mil bañistas durante la temporada.

Playas céntricas en 1999 y en 2016 (izquierda y derecha, respectivamente). Foto: cortesía cienciahoy.org.ar.

23 de Septiembre de 2021 17:44

Por Redacción 0223

PARA 0223

Tres dragas belgas, una boya ubicada a mil metros de la costa y un sistema submarino de cañerías fueron necesarios para que a fines de los '90 se pudiera llevar adelante el refulado hidráulico de más de 30 millones de dólares que le permitió a las playas más concurridas de Mar del Plata recuperar gran parte de la superficie que habían perdido a causa de los efectos de la erosión costera.

La obra fue financiada por el gobierno que por entonces comandaba en la provincia de Buenos Aires Eduardo Duhalde y se extendió desde noviembre de 1998 hasta abril de 1999. El trabajo se dividió en etapas y el primer foco de intervención fue Playa Grande, donde se volcaron 660 mil metros cúbicos de arena. En Playa Varese y la Bristol se hizo lo propio después, depositando 150 mil metros cúbicos y 1.670.000 metros cúbicos, respectivamente.

El total de los movimientos rondó los 2,5 millones de metros cúbicos de arena, y así los sectores más tradicionales de la costa de la ciudad pudieron aumentar su superficie con un ancho de entre 50 y 100 metros. La primera parte de las tareas se dio por finalizada el 15 de diciembre de 1998, fecha para la cual el Puerto de la ciudad ya podía recibir buques de gran calado. Las estimaciones que trazó la Dirección de Hidráulica bonaerense es que en aquel verano "La Feliz" pudo ganar un espacio equivalente al que pueden ocupar unos ochenta mil bañistas durante la temporada.

El proyecto del Ministerio de Obras y Servicios Públicos fue desarrollado por la empresa belga Dredging International, que logró imponer su oferta en el llamado a licitación con un presupuesto de 33 millones de dólares. Para poder ejecutar el plan previsto, la firma trajo tres dragas distintas, según consignó Clarín y La Nación en las crónicas de la época.

Una de ellas fue la Amazone, de 104 metros de eslora y con un peso de 3140 toneladas, que se ubicó en la boca de acceso a la estación marítima local, y las de succión Rigelstar, que transportaba 3.600 metros cúbicos por viaje, y James Ensor, de 6.400 metros de capacidad. El primer equpio realizó unos 800 viajes para poder trasladar la arena hasta las playas céntricas.

A tavés de un complejo sistema submarino de tuberías, que se colocaron a 10 metros de profundidad, la draga Amazone se hacía cargo, en la primera etapa del proyecto, de extraer unos 20 mil metros cúbicos de arena diarios del acceso del Puerto para poder trasladarlos hasta una boya ubicada a mil metros de la costa y luego volcar el material en Playa Grande. Las otras dos dragas de succión se sumaron en la fase final del refulado, ya que al principio no podían operar en la zona por los problemas de calado.

Federico Isla, profesional del Centro de Geología de Costas de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP), recuerda que la obra también derivo en algunos inconvenientes. "Se tiró demasiada arena y las autoridades de ese entonces no previeron que se iba a acumular en el mareógrafo, por lo que quedó tapado de arena. Hubo tanta arena que no midieron que eso iba a ocurrir. Y también pasó que tiraron mucha arena fina en Playa Grande, se empezó a soplar y lo que se acumuló llegó hasta la avenida", afirma, en diálogo con 0223.

De manera paralela al refulado, el Gobierno provincial decidió extender en ese momento las escolleras de Punta Iglesia y del Torreón del Monje para evitar que las corrientes marinas, por su efecto natural, reduzcan el tamaño de las playas. También se construyó un espigón, de unos 200 metros, paralelo a la escollera Norte, en Playa Grande, que terminó de cambiar la cara veraniega de Mar del Plata.