Urtubey: "Si no se construye algo diferente desde la política, el destino de Argentina va a ser peor"

El exgobernador de Salta tiene la mira puesta en el 2023 y anticipa que trabaja en la construcción de un nuevo espacio que se ordena "desde la sociedad y no desde el poder político" para vencer al kirchnerismo y el macrismo. "El país hoy distribuye pobreza, y eso hay que cambiarlo", apunta.

Urtubey con Santiago Bonifatti, en un encuentro que celebró el Movimiento Productivo Argentino en Mar del Plata.

6 de Diciembre de 2022 16:52

Por Redacción 0223

PARA 0223

Juan Manuel Urtubey dijo presente este jueves en Mar del Plata para participar de un encuentro organizado por el Movimiento Productivo Argentino. Allí, el excandidato a vicepresidente compartió su análisis sobre el presente del país y el futuro hacia “dónde debería ir” y aprovechó para convocar a la dirigencia política a que se sume en la construcción de otra fuerza que rompa con la polarización del kirchnerismo y el macrismo.

En esa construcción trabaja desde hace tiempo el hombre que supo conducir los destinos de la provincia de Salta. Lo hace en silencio y con perfil bajo pero con la convicción de que en 2023 habrá una tercera opción electoral con grandes chances de ser Gobierno. “La crisis que hoy vivimos es una ventana de oportunidades para los que estamos afuera. Por eso tenemos que prepararnos”, insiste.

Más allá de este aviso, Urtubey todavía no confirma ni descarta una posible candidatura e insiste en la importancia de que su nueva fuerza se ordene "desde la sociedad y no desde el poder político". “Yo quiero una nueva alianza de poder con un modelo desarrollista que se vincule directamente con el complejo agroalimentario, la economía del conocimiento, la generación de energía y la minería sustentable”, sostiene, en una entrevista con 0223.

-¿Qué se lleva de esta nueva visita por Mar del Plata? ¿Qué es lo que ha escuchado en cada charla?

-La verdad que me sirvió para tener una enorme cantidad de reuniones y escuchar gente de distintos sectores. Empresarios, políticos, vecinos, y hasta dirigentes deportivos. Y, en alguna medida, veo acá en Mar del Plata lo que se vive en gran parte de la Argentina: una sensación de fin de ciclo desde lo político, con un clima de deterioro del tejido social y productivo. Esto es producto de la inflación del 100%, el 50% de pobreza, y particularmente el tema de la desocupación, que también pega fuerte en Mar del Plata. Entonces, la situación es compleja porque claramente estamos en un país con una potencia formidable pero que hoy no puede encontrar la forma donde la esperanza pueda ser movilizadora de la actividad económica, política y social. Hoy no hay elementos para ser optimistas en el corto plazo en la Argentina y eso genera un circulo vicioso del cual nos cuesta salir.

-El 2023 está cerca, no falta tanto… ¿hay tiempo?

-Sí, falta mucho tiempo. Más allá de la ansiedad que tenemos los políticos, todo se ha hecho mucho más dinámico y por eso creo que tenemos un tiempo largo todavía. Lo que hay que pensar es que, si uno quiere aprovechar la coyuntura electoral, las cosas pueden salir bien o mal pero al final de camino no se logra cambiar la realidad del país.

-¿Le preocupa mucho la herencia que pueda dejar el final de este Gobierno?

-Y… un país con 100 de inflación, con 50 por ciento de pobreza, con un sistema productivo postrado, y desencajado de todo proceso global requiere de un esfuerzo gigantesco para recomponerlo y ese es el gran desafío que tenemos para delante. El año que viene nos podemos encontrar con una gran competitividad electoral por el deterioro que hay. No es que podamos ser muy buenos pero está todo muy roto. Estas crisis son una ventana de oportunidades para los que estamos afuera. Por eso tenemos que prepararnos porque es posible que el año que viene tengamos que gobernar Argentina.

-Recién hablaba del ‘fin de ciclo’ de la política, ¿cómo se hace para recuperar la confianza de la sociedad en los ‘políticos’ y gobernantes?

-El problema es que el escepticismo requiere inevitablemente de algo que pueda, no sé si volver a enamorar, pero sí generar cierta seducción para que la política se mire otra vezb con interés. Y lo primero que hay que hacer es una construcción diferente. Si vos ofrecés lo mismo, hecho de la misma manera y con la misma propuesta, lo más probable es que no te vaya bien. El proceso es dificilísimo porque partimos de una sociedad muy desencantada con la política donde ya empasta hablar del tema.

-¿Y qué sería una ‘construcción diferente?

-Ahora lo que estamos planteando es la construcción de un espacio que traiga una agenda diferente a la Argentina, parado hacia una nueva alianza de poder con un modelo desarrollista que se vincule directamente con el complejo agroalimentario, la economía del conocimiento, la generación de energía y la minería sustentable. Esas son las cuatro patas sólidas que consideramos que debe estar en la nueva mesa argentina y lamentablemente todos estos sectores hoy están afuera del poder porque la política quedó encerrada en una lógica de funcionamiento casi mirándose el ombligo.

Hace 13 años que la Argentina no crece. Algo está pasado. Evidentemente el problema no es de distribución de riqueza sino que lo que se distribuye es pobreza porque no se genera riqueza en Argentina. Y hay que generar riqueza, y para eso hay que liberar las fuerzas del sistema productivo. Yo lo que veo es que tanto el Frente de Todos como Juntos por el Cambio tienen una mirada muy ajena a la de una Argentina de desarrollo y producción, y eso es lo que hay que cambiar.

-¿Y con qué dirigentes está hablando? ¿Cuáles son los referentes en esa construcción?

-Trabajamos con el gobernador de Córdoba Juan Schiaretti, con dirigentes en la Provincia de Buenos Aires como Florencio Randazzo, Graciela Camaño y Diego Bossio, que van sumando miradas respecto de cómo podemos consolidar una construcción que responda a otra lógica, que no se ordene desde el poder político sino desde la sociedad. Es una construcción diferente a lo que estamos acostumbrados a ver pero está demostrado que lo que estamos acostumbrados a ver ya no funciona y por eso entiendo que hay que probar otra cosa.

-¿No volvió a hablar con viejos aliados como Sergio Massa, el actual ministro de Economía?

-No, no volví a hablar. Él está en otra oposición política. Igual no tengo problema en hablar. No se ha dado la situación. Pero no imagino la posibilidad de una construcción en común porque Sergio ya está en una posición de otro tipo. Igual no tengo restricción para hablar con nadie.

-¿Pero qué tan abierta es la construcción de este espacio? ¿No hay un límite?

-El límite está en la construcción de algo que tenga que ver con el modelo desarrollista. Yo quiero ponerme de acuerdo con ideas, no con personas. Y los que estén de acuerdo con esas ideas que vengan a trabajar, no hay problema. Si bien hoy estamos muy desencantados con la política, tenemos que entender que si no construimos algo para salir desde este lugar, desde la política, el destino va a ser peor.

-¿Y cómo se ve en el 2023? ¿Cuál es el lugar que usted ocuparía?

-Yo trabajo en la construcción, yo quiero que esa exista. Si para que eso exista y tenga potencia, tengo que ser candidato lo seré pero no es un tema que moviliza hoy. Creo que la Argentina romper ese circulo vicioso donde los políticos lo único que hacen es discutir poder. Vamos a construir este espacios y como queremos que la misma gente lo construya vamos a utilizar las Paso para definir nuestros candidatos. Así todos los que creen que pueden aportar se presenten como candidatos, y entre todos generemos el volumen necesario para una nueva oferta democrática, competitiva, y con una expresión mucho más oxigenada que la de un supuesto líder mesiánico que viene con la solución.